Proponemos la lectura de una poética de Langston Hughes (1902-1967), James Mercer Langston Hughes, escrita alrededor de 1950. Hughes, según Lindsay Patterson, fue ninguneado durante años por los críticos literarios blancos, tan patricios. Este texto apareció en el volumen Strong Words. Modern Poetry on Modern Poets, editado por W. N. Herbert y Mattew Hollis, publicado en Inglaterra por Bloodaxe. La traducción es de Jesús Moreno Cadena.
Cómo ser un mal escritor
(en diez sencillas lecciones)
- Usa todos los clichés posibles, como “Tenía un resplandor en sus ojos”, o “Sus dientes eran blancos como perlas”.
- Si eres negro, esfuérzate mucho por escribir con la vista puesta en el mercado blanco, utiliza estereotipos modernos de estereotipos viejos: negros grandes y corpulentos, criminales, malvivientes y prostitutas.
- Pon muchas blasfemias y tantas páginas de casi-pornografía como sea posible y serás tan moderno que precederás a Pompeya en tu solitaria cruzada hacia las listas de los más vendidos. De alguna manera u otra, sé malentendido, no apreciado y precoz al publicar, de esta manera puedes sentir, o no, compasión por ti mismo, el público seguramente lo hará.
- Nunca caracterices a los personajes. Solo nómbralos y luego déjalos ir por sí mismos. Deja que todos hablen del mismo modo. Si el lector no tiene imaginación suficiente para hacer algo con tarjetas de cartón, ¡lástima por él!
- Escribe acerca de China, Grecia, el Tíbet o las Pampas argentinas, cualquier lugar que nunca hayas visto y del que no sepas nada. Nunca escribas acerca de algo que tu conozcas, tu ciudad natal, tus amigos o de ti mismo.
- No tienes que decir nada, pero usa muchas palabras, particularmente palabras rimbombantes, para decirlo.
- Si eres un dramaturgo, pon en tu guión muchos ademanes y ondulaciones espirituales, de preferencia las que todo el mundo ha escuchado miles de veces desde Marion Anderson hasta los Golden Gates.
- Si eres un poeta, rima June con moon tan seguido y de todas las formas que sea posible. También usa thee’s y thou’s y ’tis y o’er, e invierte tus oraciones todo el tiempo. Nunca digas, “El sol salió brillante y resplandeciente”. Más bien, “Brillante y resplandeciente salió el sol”.
- No prestes atención a la ortografía, a la gramática o a la pulcritud del manuscrito. Y al escribir cartas, nunca firmes con tu nombre de forma que cualquiera pueda leerlo. Un garabato rápido indicará mejor que tan importante eres y que tan ocupado estás.
- Bebe tanto licor como sea posible y siempre escribe bajo los efectos del alcohol. Cuando no puedas pagar el alcohol tú mismo, o incluso si puedes, bebe con tus amigos, admiradores y el público en general.
Si eres blanco, hay muchas más cosas que te puedo aconsejar para ser un mal escritor, pero como este texto es para escritores de color, hay algunas cosas que sé que un negro no hará, ni siquiera por el bien de la escritura, así que no sirve de nada mencionarlos.