“La noche amarilla. 33 + 1 voces de la poesía uruguaya actual” es un dossier que ha preparado Marisa Martínez Pérsico para los lectores de Círculo de Poesía. Su objetivo es visibilizar y difundir un repertorio de voces que se inscriben en distintas tradiciones líricas, es decir, mostrar una parte de lo que acontece en la poesía oriental a partir de cuatro criterios: diversidad discursiva y/o estética, integración equitativa de poetas mujeres y hombres, integración generacional (de por lo menos cuatro promociones etarias) e inclusión de poetas que escriben fuera del país (en Argentina, Brasil, México, España y Suecia). [Lee la introducción a esta muestra aquí] .
Leemos una selección de “Decir ahí es una flor difícil” y otros poemas de Eduardo Milán (1952). Es poeta y ensayista. Exiliado en 1979, reside en México. Fue miembro del consejo de redacción de la revista Vuelta que dirigió Octavio Paz y del Sistema Nacional de Creadores de Arte (FONCA). Sus libros de poesía: Estación, estaciones (1975), Esto es (1978), Errar (1991), Nivel medio verdadero de las aguas que se besan (1995), Acción que en un momento creí gracia (2005), Unas palabras sobre el tema (2005), El camino Ullán (2009), Disenso (2010), Vacío, nombre de una carne (2011), Donde no hay ( 2012, 2014), Chajá para todos (2014). Consuma resta I (2018), Salido (2018). Ha publicado los ensayos Resistir (1994-2004), Crítica de un extranjero en defensa de un sueño (2008), Ensayos Unidos. Poesía y realidad en la otra América(2011), No hay, de veras, veredas (2012), Visión de cuatro poemas y el poema que no está (2013), En suelo incierto, ensayos (1990-2006) (2014), Ensayos por ahora (2014), Hilachas raíz, Chajá (2019). Fue publicado en las antologías Pulir huesos. Veintitrés poetas latinoamericanos (2007) y Las ínsulas extrañas (2002), en colaboración con José Angel Valente, Blanca Varela y Andrés Sánchez Robayna.
DECIR AHÍ ES UNA FLOR DIFÍCIL
decir ahí es pintar todo de pájaro
decir ahí es estar atraído
por la palabra áspera
cardo
y por el cardenal cardenal
decir ahí es decir todo de nuevo
y empezar por el caballo:
el caballo está solo
ahora está solo
no hay ahora oscuro
no hay ahora de silencio
no hay ahora de palabra
no hay ahora de silencio contra la pared:
el caballo está solo es decir está negro
saltó por encima de la blanca
purísima realidad
el caballo está ahí
fuga
por las hendiduras del día
florescencia
como la luna fluye
el caballo salta por encima de su sombra
salta por encima de su silencio
salta por encima de la realidad
salta por encima
de un universo todavía negro
antes de la suma
antes de la cima
de los colores:
montaña verde sobre cielo azul
la silueta del caballo es colorada
colorada de sol cuando se oculta
ahora se oculta
ahora se hunde en el caballo
moneda de sol
no hay ahora de silencio
no hay ahora de palabra
no hay ahora de caballo
Excelente lenguaje, excelente.
Puro, blanquísimo, una flor: azucena.
Los pájaros cantan en pájaro. Los castores
comen en castor. Los humanos
hablan en humano, mano a mano, tocan
su voces en la conversación. ¿Brillante?
Se dice brillante. New York se dice New York.
Lenguaje de plata se dice lenguaje de plata. Para
un siglo de oro se dice para un siglo de oro. Góngora,
Góngora, Ya era hora, cordobés, ya era hora, cordobés.
Llaga se dice fácilmente.
No consigo estar de acuerdo conmigo:
Dudo, titubeo. ¿Qué debo decir que esté conmigo
De corazón, no tanto de lenguaje?
Es que el lenguaje es tanto. Y mientras
Al costado mi hijo espera,
Al costado mi hijo espera,
Al costado mi hija espera,
Pacientemente al costado mi mujer espera:
Son tres hijos y mi mujer al costado del poema,
Al costado de mi desacuerdo conmigo.
¿Qué es esta justificación tentativa de una tiniebla
como si no tuviera derecho? La izquierda
no me lo quita sea lo que sea ese derecho no civil,
estar a una doble sombra, la de la.
Árboles referí que estaban al costado, esa paisajística
Ingenua: yo y al costado árboles en prolongación, voy con ellos,
Rasgos de una querencia con un yo central, pampa
En el dibujo, charreteras de mi camisa, hombros de mi cabeza.
Es que no consigo estar de acuerdo yo profundo
Con yo profundo, va uno por su lado y otro por su lado
Ladeados reconociendo lados de los que dudo, soldados
No israelíes tipificados en su tipo ni soldados por soplete
A mi yo –mijo incaico de rodillas ante lo que cae- sino
Soldados por el sol dados a la infancia del cubilete.
por la dignidad el mendigo despega, uruguayo
derechos humanos son desde que nace
toda la vida durante el paso por el lomo de la ballena
figura de fuente de la abundancia
surte
se enseña en la escuela sin loro
sobre el pupitre sin loro
niño, ser sin loro
ni flor de loto
debajo de un cielo de espaldas al pasto
la dignidad por la que el mendigo despega
de la mano que le deja caer
de las caídas de la mano
una indigencia que no se reduce
sino en necesidad, no en esencia
una casa que embriaga la sobriedad
escancia el éxtasis
eso en el mundo en que hay todo escasea
estaba un enero a los 14 años en la estancia de mi padre en Tres Cruces
tierra límite entre Tacuarembó y Salto
tenía un garrafón de agua, una guadaña para cortar la yerba mala extendida
un perro, un caballo, todo el sol de la mañana a pique, soñaba
ahora que no estoy allí recuerdo la estancia de mi padre
el garrafón de agua, la guadaña, la extendida yerba mala
el perro, el caballo, todo el sol de la mañana, ya no sueño
sueño con soñar lo que soñaba -todo junto-
ese enero en el campo con el sol a pique
que So-shu soñó
salvo en mí
no está mi padre
la leyenda del poema que no es desde hace mucho
la leyenda del poema que no es sino yendo
esas serían las nuevas incrustaciones
las grietas en la roca, las hendiduras, ahí
ningún metal, oro menos, amalgama
huevos en la grieta mientras vuelve a la caza
lo que viene del fondo del tiempo aparece, cotidiano
el día cierto, no se puede mentir, se experimenta entre
común, no común, viven mojarras, saltan pulgas
la mirada técnica, incisiva, técnica, distante
ojos apretados hasta un filo de lámina, esa, exacta en el corte
la mirada de la pregunta, la que quiere saber qué hay
dentro de un topo, qué más que órganos, vísceras, sangre
la mirada del vecino, la mirada del anciano, la mirada del niño, no
un niño abre los ojos, suelta sus labios
corazón comunica corazón
Comuna con Comuna, en una tea el cruce de aldea a ciudad
pigmentos del fuego, incisiones negras en el rojo amarillo
lo que se derrite, lo que chispea desparrama, llamas voladas por el viento
y una idea encendida que va de tea en tea, idea de día, de noche antorcha
todo un espacio para sí mismas
antorchas
la leyenda del poema que no es sino yendo pasa por París, 1871
La Comuna, ahí ve si se queda, si sigue, se diluye
está muy cerca de lo que hablo
amor jugado, amor cumplido