Iniciamos un dossier de poesía africana siguiendo la idea de las connected histories del historiador indio Sanjay Subrahmanyam: flujo de conceptos, gustos, personas, estilos, etc. Leeremos poesía de expresión francesa, inglesa, portuguesa y poemas vinculados, por supuesto, con otras tradiciones. De la mano del poeta y traductor argentino Leandro Manuel Calle, nos acercaremos a la poesía africana que se escribe en francés. Comenzamos este recorrido con algunos textos de la poeta argelina Annisa Mohammedi (1967). Es poeta bilingüe: francés-bereber. Realizó estudios de biología en la Universidad de Tizi Ouzou (Kabylie). A partir de 1999 se estableció en Francia. Actualmente vive alternadamente entre Francia y Argelia. Su poesía es sutil, particularmente lírica y filosófica sin dejarse atrapar fácilmente. La rebeldía, la búsqueda, el amor, el sufrimiento, el exilio y la tierra perdida son temáticas recurrentes de su poesía. Ha participado de numerosos festivales de poesía en México, Francia, Quebec, Nicaragua, Rumania, El Salvador, Chile, etc. Publicó, entre otros libros, Soupirs, Argelia 1997; La voix du silence, Editions Racine, Francia, 2001; ANADI (La quête), Kabyle, 2002 y éditions Tamazgha, Francia; Au nom de ma parole, «Autre temps» (Marseille), 2003; De terre et de chair, poesía, « Le temps des cerises (Paris), 2009.
2
Mastico la palabra prohibida
sabor afónico
Entonces en mi boca
el fuego se vuelve manantial.
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¿Quién soy
en la perplejidad de la memoria?
Soy ese rostro desnudo de trazos
ni el sol ni la bruma
empobrecen el resplandor
el reflejo del día en mis ojos
que se encamina hasta el infinito temido
entre las huellas que llevo,
aquellas del éxodo desposeído
bajo las miradas del horizonte
que el tiempo dibujó
a través de los años
y que como las arrugas
no ha dejado todavía de ser bello
y es aún guardián de la esperanza
¿Quién soy
en las vibraciones del poema?
Soy la libertad no convencional
la inseminación juvenil
nacida y renacida en el cielo eterno
para no ser sino preludio
en la amalgama de matices,
la razón es este mensaje sin rostro
que tiembla con la melopea
al paso de siluetas melancólicas
cuando la noche no tiene abrigo
y la golondrina ha perdido su nido
y el aliento ruidoso del crepúsculo
exaspera mi ritmo respiratorio
Inflo entonces la voz en la estrechez de los senderos
hasta un grado de errancia silenciosa
cuando el susurro nostálgico
de amores sin frontera
vuelca mi sueño
y me contraigo
en la envergadura de mis palabras
tarareadas bajo el arco
de una nueva aurora.
¿Quién soy
en la endecha de tus tormentas?
Soy la caricia inmutable que recorre
tu rostro
tu memoria
y mis cicatrices
para que germinen en nuestros silencios
aquellos sueños afiebrados.
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¡Palabra errante!
¡Palabra abierta!
Más allá de las barricadas
marcadas con babas
la divisoria se abre
céfiro sorprendente
arabesco titilante
a contra corriente
los aguaceros se vacían
en los surcos cavados
por el llanto
y las risas nerviosas
cuando incluso el susurro
no se escucha
en mi lengua seca
que siente la ira venial
de los años que hay que revivir,
es tuya la verdad
incluso si no tienes
otra que la insólita, la falsificada
no quiero más
de ese humo que
me enronquece la garganta
y me oprime el pecho
para dejarte
libre de errancia.
16
Heme aquí palabra
cautiva de infinitos universos
seducida por una única misión
Reúno en estas dos orillas
los turbios fragmentos del tiempo
el eco del alba secular
abreva en la nostalgia devastadora
de ese canto suspendido
en la noche sombría
Por encima mis palabras deambulan
y solo yo conozco su secreto.
20
Tantos misterios
en este universo
Las huellas de pasos ignotos
atraviesan los surcos
La ruta es sinuosa
sembrada y bordeada de palabras
Ningún camino parece
más largo que aquel
que se aferra a mi carne
¿Poeta? ¡Escuché!
¡Silencio!
La sombra nos acecha
para abandonarnos
en medio del oleaje
ahí donde el misterio se disuelve.
24
Ustedes, hombres
de universos filantrópicos:
¿qué tienen para decir
de esos fanáticos que aparecen
como sombras
detrás de vuestros pasos,
qué tienen que decir
de sus manos de buitre
que atrapan sin descanso
de vuestro aliento apenas exaltado
cuando incluso la oración tiene piedad
de la sabiduría reinventada?,
¿tienen acaso una respuesta?
Creo que ninguna palabra
ningún gesto vuelve posible
la historia de vuestra tierra
que los siglos arrojaron
en la puerta de la duda,
el zócalo ya no sirve más
para sostener el peso
del mundo abandonado al holocausto.