Mapa de la poesía francesa actual

Gabriel Grossi ha escrito una guía para acercarse a la poesía francesa contemporánea. Propone un viaje a través de diez autores, “casi clásicos” y “contemporáneos extremos”. De Yves Bonnefoy o Philippe Jaccottet a Jean-Michel Maulpoix o Marie-Claire Bancquart, conocemos la actualidad de esa literatura. La traducción es de Emma Aidé Flores Flores. 

 

 

 

 

 

Mapa de la poesía francesa actual. Diez autores de hoy

 

Si la poesía contemporánea está muy viva, es porque está lejos de los reflectores mediáticos. Fuera de las pasiones y de los especialistas, muy pocas personas serían capaces de mencionar los nombres de poetas actuales. La poesía contemporánea es, por tanto, rica en una bella diversidad.

 

Los que casi son clásicos

Al hablar de poesía contemporánea, nos referimos, en resumidas cuentas, a las antologías publicadas de 1950 a nuestros días. Por lo tanto, son casi setenta años de historia literaria por descubrir. Es obvio que, entre más retrocedemos en el tiempo, más conocemos a los autores que han podido adquirir una cierta notoriedad, hasta volverse casi clásicos. Los poetas que comenzaron a publicar muy recientemente son, por supuesto, menos conocidos.

 

Yves Bonnefoy (1923-2016)

Originario de Tourine, ha visto algunas de sus colecciones estudiadas en el programa de l’Agrégation de Lettres modernes. Es decir que su obra es considerada como imperdible en la historia literaria del siglo XX. Se hizo conocido desde los años cincuenta con su colección Du mouvement et de l’immobilité de Douve, donde la palabra douve (foso) designa una fosa dentro de un castillo y, al propio tiempo, a la mujer amada. Yo prefiero por mucho Début et fin de la neige, publicado en los años noventa, donde el poeta evoca el invierno con un léxico muy depurado. A continuación, un poema extraído de esa colección que recuerda la filosofía materialista de Lucrecia y el «clinamen»:

 

Lucrecia lo sabía:
Abierto el cofre
Verás que está lleno de nieve
Que se arremolina.
 

Y a veces diez escamas
Se reúnen, se unen,
O bien uno se aparta, graciosamente,
En su pequeña muerte.
¿De dónde viene la luz?
Dentro algunos nombres
Cuando uno es solo de noche
¿El otro un sueño?

 
¿De dónde vienen estas dos sombras
Que van, riendo,
Y una arropada,
Con una lana roja?

 

Philippe Jaccottet

Nacido en Moudon, Suiza, en 1925, Philippe Jaccottet vive en Drôme, Grignan, desde que se casó en 1953. De esa época datan sus primeras obras importantes: L’Effraie et autres poésies (1953), y L’Ignorant (1958). Philippe Jaccottet apareció progresivamente como uno de los poetas mayores de la generación anterior a la guerra, junto a Yves Bonnefoy, Jacques Dupin o André du Bouchet. Entre su obra, podemos encontrar títulos como d’Airs (1967), Éléments d’un songe (1961), Paysages avec figures absentes (1970) o À la lumière d’hiver (1994).

La poesía de Philippe Jaccottet seduce por su autenticidad. Hay en él, en efecto, una preocupación constante por evitar el discurso gratuito, el artificio superfluo, la metáfora excesiva. Es, pues, una poesía que pretende ser muy humana, atenta tanto a los paisajes como a la fragilidad de la vida. En Dans Leçons cet Chants d’en bas (Lecciones de este Canto desde abajo), el poeta describe de manera muy refinada el sufrimiento asociado al duelo.

 

Sin embargo, hablar es otra cosa, a veces,
Es cubrirse con un escudo de aire o paja …
A veces es como abril, con el primer calor
cuando cada árbol se convierte en manantial, cuando la noche
parece fluir con voces como una cueva
(creer que es mejor hacerlo en la oscuridad de las
hojas frescas que dormir),
surge de ti como una especie de felicidad,
como si fuera necesario, que era necesario gastar
exceso de vigor, y vuelven en gran medida al aire
la embriaguez de haber bebido del frágil vaso del alba.

 

Salah Stétié

Nacido en 1929 en Beirut, Salah Stétié es un poeta libanés que escribe en francés. Nació en un país de lengua árabe bajo el protectorado francés, teniendo el benefició de una escolaridad en lengua francesa y de una iniciación en la cultura árabe-musulmán en el círculo familiar, por lo que es poseedor de una doble cultura que él asume plenamente. Descubrió París antes de la guerra y pudo conocer a algunos de los principales poetas de la época (específicamente Jouve y Bonnefoy). Sus funciones de diplomático, así como su trabajo de poeta, ensayista y traductor, lo convierten en un verdadero intermediario entre Oriente y Occidente. Algunas de sus obras son L’Eau froide gardée (1973), Inversion de l’arbre et du silence (1980) y Lecture d’une femme (1985). Su lenguaje se caracteriza por el minimalismo léxico: siempre las mismas palabras vuelven a su pluma y construyen un paisaje puro. De acuerdo con Béatrice Bonhomme, Salah Stétié desconfía de los poderes de la imagen: en esto se une a los poetas de los años cincuenta que rechazan los excesos de la metáfora y se desvían de los caminos surrealistas. Pero esto también corresponde, sin duda, a su cultura árabe-musulmana donde la imagen figurativa a menudo se considera un riesgo de idolatría. Es así como, según Béatrice Bonhomme, la repetición de la misma palabra aparece en Salah Stétié como una forma de anular la imagen creada por la primera ocurrencia. Para dar una idea de la poesía de Salah Stétié, he elegido unos de los poemas preferidos de este autor, incluido en Début et fin de la neige:

 

Hay contra mi corazón un niño que arde
Como un niño de nieve
Su naturaleza es nieve y su lágrima me quema
Donde cae la nieve
Hay una lágrima de nieve
Su luz es una lágrima

Lámpara de nieve de lágrimas de la mañana
Y preciosa cama de día
Donde el fuego arde imaginariamente
De esta mujer deslumbrada que arde viva
En nombre de todos de antemano

 

François Jacqmin

A continuación, presento a un poeta que sin duda es de los menos conocidos en Francia, pero que es uno de las grandes voces de la poesía belga contemporánea. Merece ser incluido como lo he nombrado entre los poetas contemporáneos que se volverán “clásicos”. Sólo he leído Le livre de la neige de François Jacqmin, que es una colección absolutamente sublime. Todos los poemas son cortos y tienen el mismo número de versos libres. ¿Pero siguen siendo versos, los saltos de línea que parecen sobre todo dictados por el deseo de evitar un resultado demasiado “poético”, demasiado grandilocuente? En efecto, como otros poetas de su generación, François Jacqmin es un poeta depurado. Es constantemente guiado por la preocupación de evitar usar palabras de más, el artífice lingüístico, la metáfora más próxima a la reflexión filosófica que dé la inspiración poética. Aquí hay un ejemplo entre otros:

 

Fuerte
que la nieve proclama su esencia
es un alejamiento incesante
blancura,
el verbo
aspira a no ser más expresable.
Todo está en consonancia con su propio ser
y lo dice absteniéndose de decirlo. Así
que pierdo un brazo
cada vez que escribo la palabra nieve.

 

De pronto, podríamos haber contado el número de apariciones de la palabra “nieve” en la colección para saber cuántos brazos perdió François Jacqmin. Bromas aparte, este poema es muy bello porque expresa un impedimento para hablar frente a la nieve, que resulta imposible de describir con absoluta precisión. La poesía de François Jacqmin se enfrenta así fácilmente a lo indecible. Para saber más de François Jacqmin, te invito a consultar mi artículo titulado: “Connaissez-vous François Jacqmin ?”.

 

El contemporáneo extremo

Algunos distinguen la poesía contemporánea y la llaman “la extrema contemporánea”, es decir, publicaciones tan recientes que apenas han tenido la oportunidad de ser comentadas y estudiadas. Es la poesía actual, tal como se escribe y publica cada año.

 

Jean-Michel Maulpoix

Jean-Michel Maulpoix, nacido en 1952 en Montbéliard, es actualmente profesor de la universidad de la Sorbonne (Paris III). Sus numeras obras de poesía de componen de un numero igualmente importante de ensayos en los que no deja de cuestionar la problemática noción de lirismo. Sus poemas, a menudo escritos en prosa, son los de un “viajero encorvado con bolsas y maletas”, que explora el mundo contemporáneo para traducir su esplendor y su miseria. En su colección más conocida, Une histoire de bleu (1992), descubrimos “el poema de la finitud moderna que anda a tientas en busca de lo sagrado en un mundo que ha perdido la idea pero conserva el deseo de ella”.

 

Conocemos por susurros la existencia del amor.

Sentados sobre una piedra o bajo una sombrilla roja, tendidos en el prado de insectos que zumban, con las dos manos sobre la nuca, arrodillados en la frescura y la oscuridad de una iglesia, o arrellanados en una silla de mimbre entre cuatro paredes, con la cabeza baja, con los ojos fijos en un rectángulo de papel blanco, soñamos con estuarios, tumultos, oleajes, bonanzas y mareas. Escuchamos crecer en nosotros el inagotable canto de la mar, que fluye en nuestras cabezas y luego se retira, al igual que regresa y se retira el deseo curioso que tenemos del cielo, del amor y de todo lo que nunca podrán tocar nuestras manos.

(Versión de Valeria Guzmán Pérez)

 

 

Béatrice Bonhomme

Béatrice Bonhomme, profesora de literatura francés del siglo XX en la universidad de Nice, es autora de numerosos poemarios entre los cuales encontramos Jeune homme marié nu, Les Gestes de la Neige o Cimetière étoilé de la mer. A la muerte de su padre, el pintor Mario Villani, en 2006, publicó dos obras en homenaje, Mutilation d’arbre (2007) y Passant de la lumière (2008). Aquí un poema extraído de Poumon d’oiseau éphémère:

 

Cómo agradecer
por este pequeño hilo de esperanza
y saliva
buena respiración
que el aire a veces parece confiar
a los pulmones del silencio?
Dice que si escapo …
pero la espuma alcanza el impulso azul
querer vivir sin fin, sin fin
y renunciar
en la podredumbre verde
los pulmones de los pájaros en el pasado
hace mucho tiempo y espacio
en tus efímeros pulmones de pájaro

 

 

Marie-Claire Bancquart

Marie-Claire Bancquart, nacida en 1932 en l’Aveyron, escribe poesía y novela. Su poesía describe la cotidianidad que se percibe como extraña y misteriosa. Marie-Claire Bancquart sabe percibir el acertijo que se esconde en las situaciones que aparentemente son ordinarias. Ella hace referencia a los grandes mitos de la humanidad: Ícaro, Acteón, Ulises. A continuación, un poema extraído de Explorer l’incertain, donde evoca su infancia en el hospital durante la guerra:

 

Otra ventana, durante el éxodo de la última guerra, en esta ciudad entonces especializada en medicina de larga duración,
Y frente a ella estaba yo, en el primer piso,
encerrado de pies a cabeza en una prisión, atada a un colchón integrado en el armazón de un carro.
40 de junio. Hacía buen clima. No había comido nada desde
El día anterior. Los adultos desde hace más tiempo.
En el primer piso. Sola: no me arriesgué a volar. […]
Vi la calle. Vino el caballo de pestañas blancas, luego
el carro.
Estaba lleno hasta el borde, goteando, en pequeños goteos, con sangre que relucía sobre el asfalto.
Sobre ella, varias capas de cuerpo, todavía atadas
sus colchones. Podíamos vislumbrar a los de abajo a través de los lados del carro. Los de arriba mostraban total obscenidad. Los hubo rotos todo el tiempo, trozos de carne aquí y allá. […]
Aquí están, mis similitudes conmigo atadas con yeso. Mi muerte.
Todavía son mis muertos. Mi familia. En mi Salón de espejos, uno de los espejos siempre los refleja.

 

 

Jean-Yves Masson

La poesía de Jean-Yves Masson es fantástica. Es profesor de literatura contemporánea, imparte clases en la universidad de la Sorbona, es especialista en estudios de traducción, además de ser editor y traductor. Tengo que contar, en este blog, de sus muy bellas obras que son Onzains de la nuit et du désir, Neuvains du sommeil et de la sagesse, publicadas por Cheyne, respectivamente en 1995 y 2007. A continuación, presento uno de los cuentos de su libro Neuvains du sommeil

 

Duerme, confidente mío a quien temo traicionar, silenciosamente cerca del pozo de la sabiduría donde cada ser acuerda su deseo, posas tus manos sobre la inocencia del rostro, desarmas la mentira y el orgullo, reavivas el fuego en el corazón que lo mantiene vivo. Duerme ¡oh showman de sombras! memoria de la tierra, dadora de fuerzas que enseña a los ojos ausentes el precio de una hora de luz.

 

Estaba decidida a recordar diez poetas contemporáneos, pero llegando al décimo nombre, no sé cuáles más elegir, hay tantos nombres de grandes poetas recientes. Entonces, decidí no elegir y terminar diciendo algunas palabras sobre varios poetas. Cómo omitir el nombre de James Sacré cuya poesía, muy humana, destierra cualquier grandilocuencia en favor de un lenguaje deliberadamente un poco tambaleante, a veces familiar, que permite al poeta para dirigirse a su lector como si fuera su amigo. También me gusta especialmente la poesía de Daniel Biga, a veces considerado un beatnik francés, un poeta de la generación de mayo del 68. Pero su poesía no se reduce a eso. Leeremos con gusto sus haikus reunidos en Le Sentier qui serpente. Termino mencionado algunos nombres de otros poetas: Gabrielle Althen, Jacques Ancet, Jean-Marie Barnaud, Christian Bobin, Xavier Bordes, François Cheng, Benoît Conort, Jean-Luc Despax, Antoine Emaz, Jean-Marie Gleize, Emmanuel Hocquard, Jean-Pierre Lemaire, Henri Meschonnic, Gérard Noiret, Serge Pey, Yves Peyré, Lionel Ray y Marc-Alexandre Oho Bambe.

 

 

 

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