Poesía brasileña: Júlia de Carvalho Hansen

Presentamos una muestra del libro Selva, veneno o fruto de Júlia de Carvalho Hansen. Nació en Sao Paulo, Brasil, en 1984. Es Licenciada en Letras por la Universidad de São Paulo y Maestra en Estudios portugueses por la Nueva Universidad de Lisboa. Es escritora, astróloga y una de las editoras de Chão de Feira. La traducción corre a cargo de Beth Guzmán. Licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara, donde actualmente también labora como docente de preparatoria. Es poeta y promotora de lectura. Fue becaria Interfaz del programa Los signos en rotación 2018.

Esta colaboración fue seleccionada en la Convocatoria 2020.

 

 

Busco en el viento
la consciencia de las plantas.
Noto que lo que se eleva
tiene raíz. Retrocedo mil años
para afirmar: ¡mil años!
Y conquistar
¿el silencio? Adelante.
Si está en algún lugar
la experiencia de los dioses
habita en las frutas.

 

 

 

Procuro no vento
a consciência das plantas.
Noto que o que se eleva
tem raiz. Recuo mil anos
para afirmar: mil anos!
E conquistar
o silêncio? Adiante.
Se está em algum lugar
a experiência dos deuses
mora nas frutas.

 

 

De la palabra salir
habitar otros mundos
la espina dorsal del pez
lamer hasta limar los dígitos.
Dar los tímpanos
al vibrar los grillos
reconocer la llegada del trueno
en el desplazar de la sangre
y al anteceder terremotos
¡subir! En lo alto del árbol
y caer con el rabo
enredando un gallo
colgarse en la bóveda celeste
soplar el rumbo de los polos
y de las mareas que vienen de los polos.
No conocer despedida
viaje o culpa
código, símbolo o cuchillo.
Nunca alterar la ruta del fuego.
Ser selva, veneno. O fruto.

 

 

Da palavra sair
habitar outros mundos
a espinha dorsal do peixe
lamber até limar os dígitos.
Dar os tímpanos
ao vibrar os grilos
reconhecer a chegada do trovão
no deslocar do sangue
e ao anteceder terremotos
subir! No alto da árvore
e cair com o rabo
enovelando um galho
se dependurar na abóbada celeste
soprar o rumo dos polos
e das marés que vem dos polos.
Não conhecer despedida
viagem ou remorso
código, símbolo ou faca.
Nunca alterar a rota do fogo.
Ser seiva, veneno. Ou fruto.

 

 

Echar raíces es lo mismo que hacer órbitas.
Dibujar el resto del agua
que queda hecha hielo en los polos
o la cobertura de musgo
que vive en la sombra
y con el viento no se arranca
aunque se mueva
sutilmente
cuando llueve.

Ofrecer el propio cuerpo a ser
arbusto y agua corriente
viento ya no sé
lo que engloba
lo que me ve.

 

 

 

Criar raízes é o mesmo que fazer órbitas.
Desenhar o resto da água
que se abanca em gelo nos polos
ou a cobertura de musgo
que vive na sombra
e com o vento não se arranca
embora movimente
sutilmente
quando chove.

Oferecer o próprio corpo a ser
arbusto e água corrente
vento já não sei
o que engloba
o que me olha.

 

 

Mi vida fue a parar a otra galaxia
y escribo para rescatarla.
Pero entre yo y la vida
había quien creyera
que las cosas que piensa
piensa por si mismo.

Sería un obstáculo.
No dijera yo que nadie piensa
por sí mismo
no tenía que hacerme explicar
con mis pantalones rojos
mi abrigo monocromado
R. de resentimiento
picando mi lengua.

Es la explicación el origen
del hoyo negro
en que estamos.
En el hoyo negro
se deslizan las paredes
si las intentamos agarrar
cuando llegamos a eso
que no hay.

¿Cómo llegamos allá?
Al morir. Tú mueres
y tu materia
se queda en la tierra, ¿cierto?

O se disipa en el fuego
la materia de tu cuerpo.
Aquello en ti que te anima
el perro de tu respiración
la daga que son tus ojos
tus cabellos, tus cuervos
aquello que muerde tu dentadura
y vibra fibra músculo en fin
tu alma por igual
y todo aquello que es invisible en ti
es tragado (invisiblemente)
por el hoyo negro.
Las caries, los pergaminos egipcios
Las cucharas que doblaste abriendo latas
no. Eso se marchita en la tierra.
Siete palmos.

 

 

Minha vida foi parar em outra galáxia
e eu escrevo para resgatá-la.
Mas entre mim e a vida
havia quem acreditasse
que as coisas que pensa
pensa por si próprio.

Seria um obstáculo.
Não falasse eu que ninguém pensa
por si próprio
não tinha que me fazer explicar
com minhas calças vermelhas
meu casaco monogramado
R. de ressentimento
esburacando a minha língua.

É a explicação a origem
do buraco negro
em que estamos.
No buraco negro
deslizam as paredes
se as tentamos agarrar
quando chegamos nisso
que não há.

Como chegamos lá?
Ao morrer. Você morre
e sua matéria
fica na terra, certo?
Ou se dissipa no fogo
a matéria do teu corpo.
Aquilo em ti que te anima
o cão da tua respiração
a faca que são teus olhos,
teus cabelos, teus corvos
aquilo que morde a tua dentição
e vibra fibra músculo enfim
a tua alma mesmo
e tudo aquilo que é invisível em você
é tragado (invisivelmente)
para o buraco negro.
As cáries, os pergaminhos egípcios,
as colheres que você entortou abrindo latas,
não. Isso definha na terra.
Sete palmos.

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