Un poema de Robert Hass

Santiago Espinosa ha traducido la poesía de Robert Hass (San Francisco, 1941). Apareció recientemente en Ediciones Valparaíso Meditación interrumpida. Selección, traducción y prólogo de Santiago Espinosa. Según Louise Glück, ““Hass tiene una capacidad de empatía que trasciende nuestros límites. Al igual que Ceslaw Milosz tiene esa maestría en el tono, ese don asombroso de la inteligencia, para dotar nuestro discurso cotidiano con un subtexto de insospechadas resonancias”. En el New York Times Book Review se lee: “Todo en él suena como una obra maestra, como un virtuoso que lograra un sonido único a través de un instrumento tan común: el habla cotidiana de los estadunidenses”.

Robert Hass, nació en San Francisco, en 1941, estudió en el St. Mary College y en la Universidad de Stanford. Entre sus libros de poesía destacan: Guía de campo (1973) Alabanza (1979), Deseos humanos (1989), El sol bajo el bosque (1996) y Tiempo y materiales (2007), que obtuvo del Premio Pullitzer y el National Book Award. A Comienzos del 2020 se publicó en los Estados Unidos Nieve de verano, traducido por primera vez en esta edición. Entre sus traducciones se destacan las versiones sobre los grandes maestros del Hai-Ku japonés, así como sus colaboraciones con los Premios Nobel Tomas Tranströmer y Ceslaw Milosz, quién fue su vecino en California durante casi dos décadas. Su libro de ensayos Placeres del siglo XXI, ganó el Premio Nacional del Círculo de Críticos, en 1984. Entre 1995 y 1997 fue designado como Poeta Laureado de los Estados Unidos, donde lideró una intensa labor para la protección de los ríos en todo el mundo. Actualmente vive en Berkeley junto a su esposa la poeta Brenda Hillman, y es profesor de la Universidad de California.

Santiago Espinosa (Bogotá, 1985) es poeta, ensayista, traductor. Es profesor de la Universidad Central y del Gimnasio Moderno de Bogotá, donde Dirige la Escuela de Maestros. Es el autor de Escribir en la niebla, (Granada, España, 2015) compilación de ensayos sobre 14 poetas colombianos, y del libro de poemas El movimiento de la tierra (Granada, España, 2017), ganador del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2016. En 2019 apareció en Turín Detrás de lo que escribo siempre hay lluvia, antología de sus poemas traducida al italiano. Meditación interrumpida es su primera traducción.

 

 

 

 

 

BAILANDO

 

La radio hace clic: es la pobre y amoratada América[1]
despierta desde temprano, muy ocupada en vender
su exhaustiva obligación de la felicidad, al tiempo
en que se debate de manera intermitente si el hombre
que mató a cincuenta personas en cinco minutos,
con el arma automática que el mismo compró para ese
propósito, es un enfermo mental o no. O un terrorista.
o si los terroristas son enfermos mentales, porque matar
con unas armas tan sofisticadas a un grupo tan grande
de personas tiene que ser un síntoma de enfermedad…
Quisieras que el inicio fuera el fuego, nuestros primeros
ancestros atraídos por el calor y la luz, así debió haber
sido, por los enormes rayos incandescentes que caían
desde el cielo, los árboles calcinados y marchitos,
así debió haber sido, con un poder repugnante,
el olor del ozono que respiraban los dioses;
o de los pastos incendiándose, y el viento azotándolos
sin descanso, los animales huyendo en estampida,
furiosos, sintiendo el terror en sus caderas.
Al presenciar un campo en llamas por la madera
quemada, los viejos troncos ardiendo, debieron
sentirse como el que se alimenta de las migas
del poder divino, y contarían la historia de Prometeo
el ladrón, y la del águila que se cebó con su hígado,
seguramente convocados alrededor del fuego,
así debió haber sido, y después –siglos o milenios
más adelante– alguna tribu de recolectores meticulosos,
o una curandera o unos artesanos del metal descubrieron
una arena que al ser arrojada al fuego producía una llama
azul o de un verde quemado, de una manera tan sencilla
que hasta los niños podían hacerlo, así debió haber sido,
o alguna piedra suave que se hizo polvo al frotarla, y que,
al ser arrojada al fuego daba un brillo fosforescente
y blanco. La palabra química, que viene del griego
—algunos dicen que del árabe— se deriva o está
asociada con el trabajo del metal. Pero fue en China,
hace dos mil años, donde los fuegos artificiales
fueron inventados: el fuego y los minerales sometidos
a presión podían producir fuerza. Ya conocían
sobre el poder que tenía el fuego y el agua,
conocían la fuerza del vapor, 100 años antes de Cristo,
por los tiempos de Julio Cesar, en Alejandría,
un matemático griego produjo un motor de turbina
impulsada por vapor. Contener y explotar.
“El primer registro que conocemos de la pólvora
en un arma es la ilustración de un lanzallamas de
mediados del siglo XII, Con la bandera de seda de
Dunhuang”. La seda y la ruta de la seda.
Las primeras pistolas árabes aparecieron
a comienzos del siglo XIV. Los ingleses utilizaron
cañones y pistolas de asedio en Calais, en 1346.
Ceriñola, sur de Italia, 1503: fue la primera batalla
que se ganó por el poder de los rifles, arcabuceros
españoles doblegaron a los picadores suizos y a la
caballería francesa. (Explosiones de sangre y humo,
esferas de plomo desgarrando los cuerpos de los caballos
y de los jóvenes soldados, la mayoría de ellos campesinos,
chicos del campo reclutados por los ejércitos de sus señores
feudales.) ¿Cómo llegaron las pistolas a Norte América?
Un titular del 2014:
BUZOS DESCUBRIERON EL SANTA MARÍA
uno de los cañones de un barco lombardo, al hundirse
debió ser asaltado por los salvajes piratas en los arrecifes
de Haití. Y Cortés conquistó México con 600 hombres,
17 caballos y 12 cañones, La Salle, en 1679, construyó
un barco con siete cañones, Le Griffon, que disparó
su armamento cuando entró por primera vez al interior
del continente. El cielo se oscureció por el terror
de los pájaros. En sus sueños los pájaros
siguen elevándose en enjambres, oscureciendo el cielo,
los coros agudos de sus crías, como el eco de esa primera
explosión pasmosa, centelleando sobre las aguas,
todas las aves de la pandilla, parpadeando en el viento
con sus alas. Arsenal de Springfield, 1777.
Arsenal de Rock Island, 1862. El rifle Henry original:
dieciséis disparos, calibre 44, acción de palanca
y retrocarga, fue patentada en 1860 –esto ocurría en
la edad de los artesanos– por un tal Benjamin Tyler Henry,
justo a tiempo para usarla en la Guerra Civil.
Vícimas de los Confederados en batalla:
alrededor de 95.000. Víctimas en batalla de la Unión:
alrededor de 110.000. Contener y explotar. Arrojaron
la arena al interior del fuego, una llama azul, un verde
incandescente. La ametralladora Maxim, 1914:
de 400 a 600 rondas por minuto. La cifra de muertes
en combate de ambos bandos, (1914-1918),
fue de 8.042.189. Había alguien contando los cuerpos.
Así debió haber sido. Pudieron enviar cosas a través
del silbido del agua hirviendo… Los niños alrededor
del fuego debieron gritar de la alegría. 1920: Irak,
las personas del lugar estaban “intranquilas”
bajo las leyes británicas, así que el joven
Winston Churchill diseñó una nueva política
de “vigilancia aérea”, y que una vez montada,
relatan las fuentes, se utilizó para bombardear
a la población civil que sería pacificada después
con las tropas en tierra. Esto llevó a la táctica
de aterrorizar a la población civil en la Segunda
Guerra Mundial. El total de víctimas de la guerra
en todo el mundo: soldados, 21 millones, civiles,
27 millones. Ellos arrojaron la arena al interior
del fuego. El ancestro que robó la luminosidad
del cielo tenía las entrañas devoradas por un águila.
Abriendo las alas sobre una roca el gran pájaro
se complacía. Y se preguntaban en la radio
si el terrorista estaba loco. Si era un terrorista,
o quizás sólo un infeliz. Londres, Dresde. Berlín.
Hiroshima, Nagasaki. Es muy difícil estimar las bajas.
Hiroshima: 66.000 muertos y 70.000 heridos.
En un minuto. Nagasaki: 39.000 muertos; heridos,
25.000. Murieron más personas, 100.000,
y en un despliegue mucho más terrorífico,
cuando las bombas incendiarias cayeron sobre Tokio.
Después de que se arrojaron las cenizas dos brazos
se alzaron. El resto de los países industriales
no pudieron alcanzar estos límites tan rápido.
Contener, explotar. Se quedó con la contienda
el cohete capaz de producir una explosión
que calcinara a decenas de miles de seres
humanos, envenenando la tierra en el proceso.
Ellos se preguntaban si el terrorista estaba loco.
Si era un terrorista, quizás fuera sólo un infeliz.
El otro reto, después de todo, fue como construir
ametralladoras que un hombre o un niño pudieran
cargar: ligeras, compactas, fáciles de armar.
Primero un sargento ruso, un tal Kalashnikov,
un hombre astuto para las armas, fabricó una
basándose en un modelo alemán. Ahora las pesadas
ametralladoras, aquellas armas del Imperialismo
europeo con las que unos cuantos hombres
entrenados en artillería podían destazar ejércitos enteros
de nativos en África y en la India, en las montañas
de Afganistán, se convirtió en un “arma portátil
que podía ser operada por un niño.” Era como un
ecualizador. Entonces los subdesarrollados e insurgentes
vietnamitas pudieron pelear contra el ejército más grande
del mundo, y los afganos pudieron pelear contra el ejército
soviético usando las Kalashnikovs provistas por la CIA.
Ellos arrojaron el polvo al interior del fuego, bailando.
Ejércitos de niños en África, portando AK-47, disparan
30 rondas por minuto. Un tiro equivale a una ronda.
Hay un estimado de 500 millones de armas de fuego
En todo el mundo. 100 millones son Kalashnikov
semiautomáticas. Ellos estaban bailando en Orlando,
en un club. Una noche de primavera. Era un Fiesta
del Orgullo Gay. La relación de bajas en la historia
del arma que arrojó ese metal al interior de sus
cuerpos: 30 rondas por minuto, o 40, es un instrumento
hermosamente fabricado, y en los Estados Unidos
lo puedes comprar en cualquier parte: al interior
de esa misma cultura de la vergüenza que le dio origen
a las fiestas del Orgullo Gay. La mayoría de ellos
eran hombres jóvenes, estaban bailando en un club,
en una noche de primavera. El radio hace clic.
Fuego verde. Fuego azul. Las inmensas bandadas
de pájaros aterrorizados, elevándose todavía,
igual que se suceden las olas en un sueño. Chillan
de forma brutal, a medida en que el barco francés
se abría paso en la inmensidad de la tierra nueva.
América. La radio hace clic. Los árabes, está diciendo
el comentarista, requieren mano dura. Bailando.

 

 

 

 

 

 

[1] N.T: Estados Unidos. En este caso particular lo traduzco literalmente del original, atendiendo al poema.

 

 

 

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