Leemos poesía colombiana. Leemos un texto de Piedad Bonnett (1951). Sobre su trabajo escribió Marco Antonio Campos: “La complejidad de su obra poética no está en su lenguaje sencillo y directo, ajeno a toda decoración barroca, sino al indagar en sus contenidos”. En 2012, recibió el Premio de poesía Poetas del Mundo Latino, en 2014, el Premio de Poesía José Lezama Lima y en 2016, el Premio de Poesía Generación del 27. En 2017 publicó, bajo el sello de Visor, el poemario Los habitados. Aquí leemos, en la tradición de la postal anímica o el paisaje psíquico, el poema “De tarde en tarde”.
De tarde en tarde
A mi madre le gusta ir a ese café de sobrias lámparas,
pedir galletas de vainilla,
tomar dos tazas de té negro con parsimonia
como un acto ceremonial.
Hoy la he traído, pues, cediendo al gesto filial mi tarde laboriosa.
Tras los enormes ventanales vemos correr la vida afuera
mientras hablamos de otros días
y la tibieza del lugar sugiere que la felicidad no es más que esto.
De repente
como recuperando las palabras de un sueño
ella dice: “Qué lástima que todo se termina”.
Lo dice con sonrisa liviana, pues sabe
que ser trascendental no conviene a la tarde.
(Mi madre cumplió setenta y cuatro años
y alguna vez fue bella).
Al fondo de las tazas el té pinta sus signos.
Yo no sé qué decir.
Miramos la avenida, las caras planas de los transeúntes,
los árboles que callan. Anochece.