El poeta León Félix Batista (Santo Domingo, República Dominicana, 1964) ha merecido recientemente el prestigioso Premio Nacional de Poesía Salomé Ureña de Henríquez de los Premios Anuales de Literatura del Ministerio de Cultura de la República Dominicana por su libro Poema con fines de humo, aún inédito, y del que en esta ocasión presentamos un fragmento. León Félix Batista ha publicado, entre otros, Negro Eterno, Vicio, Burdel Nirvana, Pseudolibro, Delirium semen (México, 2010), Caducidad (Madrid, 2011), Música ósea (Perú, 2014), Se borra si es leído, Prosa del que está en la esfera (Bs As, 2006); Inflamable (Montevideo, 2009), Sin textos no hay paradiso (Colombia, 2012), Joda poética completa, El hedor de lo real en la nariz imaginaria (Quito, 2014), Un minuto de retraso mental y Prosa de fabricación casera (Estados Unidos, 2018). Aparece en varias antologías, entre ellas Zur Dos (última poesía latinoamericana, Bartleby, Madrid, 2005), Jardín de Camaleones (la poesía neobarroca en América Latina, Iluminuras, Brasil, 2005) y Cuerpo Plural (antología de la poesía hispanoamericana contemporánea, Pretextos, Valencia, 2010). Tiene un libro de ensayos publicado en España (Globos de ensayo y error, 2020).
MÁQUINA EXPENDEDORA DE AVENTURAS SIN SUJETO
Un monumento en nada
una suma de sus simas
ser humano
autorretrato abstracto
de narcisos de nosotros
en el reino de las formas inconstantes
superficies de mirar
como si fuera efímera
amenaza de una hiena
se sale de ese bucle
haciéndose bagazo
lo que sigue es disolverse
en holocausto, y esto:
eliminar la víctima trazándola con cal
así me destaqué: crisálida
translúcida en su fardo filosófico:
cerrar errancia
con una exhalación
desconocer la sed de lo que el agua dice
con la mente en altavoz
error de narrativa
polvo y parva
si no me quedo en carne ya no me necesito
después de siete pies de espanto
quien ha yacido en un espacio denso
quien haya sido sigue siendo yo
un instante pitagórico
y desemboqué en persona:
uno crea su hojarasca
con tal de que algo cruja
carcasa sin salida
ante la emboscada próxima
para cuando llegue el páramo
asunto de escoger el carcinoma exacto
y la cirrosis recia
tapiar las grietas de la máquina cardíaca
tomé mi zumo de silencio y sodio
arena a cántaros
sin cuenco
y luego ¿qué?: Caín
cuando me emancipé
escribiéndome hacia dentro
a la lumbre de un relato
¿ha muerto el pensamiento?
¿le di a mi casa alcance?
¿cuál hebra de la trama creó la realidad?
desasosiego de no saber qué hacer
con el sentido
crítica de terracota
tener tiempo mental y no del otro
neutro
a punto de rompiente
certidumbre de extinción
lo mismo que cerner vacío en un cedazo
diques contra el otro oculto
más esquivo a cada coz:
desasir las conjunciones
de mis prójimos rapaces
la lógica de logia de los cuervos
el carbón fundamental no es tal: rescoldos
del cataclismo implícito
incubándose en la niebla brahman-atman
horada en algo árido y exhumarás
más humo
un extracto de quien fui
aunque en una historia huera:
yo corrí
y descarrilé
enredándome en alambres
deserté de la gavilla literaria
y me arranqué los cardos
de la cifra a descifrar
astilla por astilla de una estaca
un paso en foso
que después devino vano
semental sentimental
mentira
periplo curvo
para decir “no sé”
y abdicar en el camino
corregirme la caverna
y regresar
en un hombre reversible
y redefinir mi réquiem
liado entre la tundra del lenguaje
cortar la piedra y comprender
a partir de aquí rumiar
de mi ración caníbal
como cebo de mi sino
y escribir que ya no escribo: edulcorar con hiel
calostro el estro
raquítico relato.