Poesía argentina: Javier Galarza

Leemos poesía argentina. Leemos un poema inédito de Javier Galarza (Buenos Aires, 1968). Es poeta y ensayista. Dio cursos en la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino. Publicó los libros El silencio continente (2008), Reversión (2010, Tropofonia, Belo Horizonte), refracción (añosluz, 2012), Cuerpos textualizados (Letra Viva, 2014, en coautoría con Natalia Litvinova), Lo atenuado (audisea, 2014), Chanson Babel (Buenos Aires Poetry, 2017), el ensayo La noche sagrada (audisea, 2017), Für Alina (Ediciones en Danza, 2018), el ensayo La perfecta desnudez (Letra Viva, 2018, en coautoría con Leonardo Leibson y María Magdalena) y participó con sus notas en la edición de H.D –Qué son las islas, Llantén, 2018, (traducciones de Tom Maver).  En narrativa editó Diez cuentos góticos por La Docta Ignorancia, en 2019. 

 

 

 

 

 

CUÁNTICA

 

 

  1. Lara abre los ojos

 

Lara abre los ojos y tiembla pálida
frente a su espejo de la mañana.
En su pestañear de muñeca confusa
enciende el universo,
decide las sábanas manchadas
a los pies de la cama,
el vaso de whisky a medio tomar,
un retrato entre las sombras de la biblioteca.
No perdonará la realidad
que le otorga mi mirada.
Mi corporeidad, a su vez,
está determinada por sus ojos
que me indagan con desesperación.
Lara tiene una belleza inabarcable,
es tibia como el horror
de saberse huesos junto a la chimenea.
Fluye desde las muecas de su ‘femme’
y quiebra al caer las copas
que la noche ha perdonado.

 

 

 

  1. La calle

 
Dejé a Lara sola en el bar
para abordar el subterráneo.
¿Y dónde está el yo
que permaneció llorando
junto a ella,
y el que fue devastado
por los automóviles en la avenida
o el que manchó de rojo
las paredes del baño,
al cortar con tanta violencia?
¿Esto no sucedió antes,
digo recientemente,
hace cien años
o dentro de mil años más?
Descubrir con pavor que tarde
o temprano ocurrirá lo que uno desea.

 

 

 

  1. ‘No cesa de no’

 
La caricia que llegó
demasiado temprano
o demasiado tarde,
así la piel
transita la vida en el mundo,
poco alivia nuestro camino
entre la primera estimulación
y el destino de polvo.

¿Dónde va a dormir
cada futuro que no elegimos,
cada pasado que una acción
en el hoy o el mañana
terminó por anular?
¿Está la vida construida en base
a errores, aciertos, desencuentros,
parcialidades, equívocos?

Abruma la simultaneidad de transcurrir.

El cuerpo intenta drenar ese exceso
donde la vida insiste
como excepción.
Para Lacan ‘algo no cesa
de no escribirse’ en lo real,
pues no es lo que ha sucedido lo que duele
sino el verbo potencial,
como posibilidad que no cesa de no ocurrir,
los caminos no transitados
nos aguardan en algún lugar,
eso no se escribe, no cesa, ‘no cesa de no’.
Instantes, donde una función de onda
colapsa una de las caras
en las que el hado o destino
se hubiera manifestado
y el cosmos se estremece
herido de incomprensión.

 

 

 

  1. Pasajeros

 
Elegimos no comprender
por qué el relámpago antecede al trueno
o la causa precede al efecto.
La paradoja fuimos nosotros,
llegando tarde a un lugar
que no existe.
Un horizonte de sucesos
que devora las estructuras
del mundo de la ilusión.
Un antisitio donde el cosmos se libera
del peso de miradas y preguntas
que lo obligan a manifestarse
tan solo para responder
algo que no sabe.

 

 

 

  1. El azar

 
A veces jugaba y tenía que elegir
el juego de las diez diferencias
entre Lara y Lara.
Las cartas marcadas.
Cada mano de hoy
en el juego perdido de ayer.
Dejaba que el tiempo reescribiera los faltantes.
Olvidaba donde guardar lo que no estaba.
Algo nos desvanecía
en los montajes de la niebla.
Así nos dejábamos decir.
Esta es tu escritura.
Tu pequeño teatro.

 

 

 

  1. Los caminos

 
No hay materia,
solo vibraciones
en distintas frecuencias.
El Todo se está diciendo a sí mismo,
contando su indivisibilidad.
Nada es sólido ni cierto ni seguro.
Todo está intercomunicado,
los átomos se transmiten información
‘aquello es esto’.
Nada es observado,
cada mirada provoca una versión
diferente de los hechos.

 

 

 

  1. Lara

 
Lara se recuerda vieja
alimentando a los gatos,
y joven, sangrando en la bañera.
Lara es Lara y no.
Duele no saber qué acto en su futuro
modificó su pasado.

 Se ama contra la ley de gravedad,
porque la muerte devasta los cuerpos
creados para las caricias,
porque cada abrazo
es un golpe
contra la omnipresencia
de lo oscuro,
porque cada cuerpo es un enigma a descifrar
bajo una amenaza permanente:
la aniquilación.

Voy a los libros:
el tiempo no es duración sino luz.

 

 

 

  1. Adaptaciones

 
Debí desarrollar nuevos ojos
para desear a Lara,
para mirarla sin extinguirme.
Como Ivayn,
el salvaje caballero de la mesa redonda,
me hice invisible para contemplarla
en sus silencios.
Para ver cómo arreglaba sus cabellos
junto a la ventana.
Para saberla desvistiendo el crepúsculo
con dulzura adolescente.
La guie, la supe, la observé,
guardando su felicidad como los ángeles
extraviados de Wenders
a las criaturas de este mundo.
Y cuando mi sed de aventuras
rompió sus promesas
y fui desconocido,
vagué en harapos por el bosque,
aullando,
desatando tormentas sobre su castillo.

Todo es difuso,
voy perdiendo la dulce
prisión de tus piernas,
la noche devela en su misterio
y abandona.

 

 

 

  1. Grafitti

 
Lara, estoy perdido
en las calles de la ciudad,
me cuesta pensarte
en las estaciones.

¿Quemarás en algún sótano
la yerba de tus días
mientras mi desconsuelo asalta un bar?

Tal vez mañana vuelva
al templo de los descalzos
pues la unidad de los devotos
cantará por nosotros,
porque la visión del todo
rompe la ilusión de la divisibilidad.
Estaremos juntos en el absoluto,
me levantaré por la madrugada
a preparar té para mis hermanos,
para reinventarte
en besos y en mantras.

 

 

 

  1. Lara cierra los ojos

 
Cuando la materia alcance
su mayor grado de densidad,
condensada en un punto,
se producirá el movimiento de la implosión
y al ‘big bang’ sucederá el ‘big crunch’
y quizá todo vuelva a repetirse,
la combustión
de lo que el fuego engendra
y consume.

 

 

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