Poesía mexicana: Felipe Flores

Leemos algunos textos del poeta chiapaneco Felipe Flores (Huixtla, 1990). Hizo estudios en Literatura hispanoamericana y fomento lectoescritor en la Universidad Autónoma de Chiapas. Ha ejercido como docente interino y participado en festivales y talleres literarios. En 2015 fue parte del libro Un manojo de lirios para el retorno. Antología de poetas chiapanecos (1973-1991), publicado por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas, en Tuxtla Gutiérrez. La imagen de portada es de A. Mancilla.

 

 

 

 

I

Cielo gris y blanco
pero también azul…
Tarde de viento fresco, leve, como una mariposa de pequeñas alas
Sentir de la memoria, querer decir algo, pero no saber qué
Cielo más gris, menos blanco,
apenas y azul.
Sosiego de la mirada, anhelo del espíritu
querer algo
decir qué
pero no…
relámpago de la distancia que apenas se alcanza ver
cielo oscuro y añil, viento nube oscura
Oh Espíritu de Dios, quién pasa,
quién se mueve sobre la faz de esta oscura nube de viento,
¿eres ya la brisa breve, la estrella que aparece, ya la cegada luz?

 

 

 

II.

Tener el sentimiento del mundo
acariciar la noche y su fin, la luz y su principio
tener la primera mirada y el vaho de las cosas
y luego lanzar la saliva desde lo alto

 

 

 

 

    Para Mauricio

 
Ya no taparás más el hueco del costal,
tampoco costurarás bultos de cacao, o de café.

 
La lluvia ha caído fuerte, dijo mi hermano.
Y tú estabas enfermo, azotando cargas todavía,
afilando tu machete, tu cuchillo, tu lengua.

 
Mi padre estaba triste, lo sentí.
¿Qué decir?
Por ti escribiré un poema largo.
Sí, he de verte un día con tu pañuelo en la cabeza,
sudado otra vez,
y con tu garfio de estibador.

 

 

 

 

 

 

Tiempo de lluvia
pasan las nubes grises,
pasa también la hormiga

 

 

 

 

Pasa la lluvia,
pasan las nubes,
¡todo pasa, menos yo!

 

 

 

 

Un flamboyán aquí
otro allá,
¿es un cenzontle el que canta?

 

 

 

 

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