Nueva poesía europea: Marco Pelliccioli

Versopolis es un programa europeo de literatura que cuenta con el apoyo de Europa Creativa, el propósito que tiene es el de promover la poesía escrita por los jóvenes poetas europeos a través de una serie de festivales con distintas sedes en Europa como los que dirigen nuestros amigos y colaboradores Ales Steger y Todorce Tasevski, directores de los festivales Days of Poetry and Wine, en Eslovenia, y el Struga Poetry Evenings, en Macedonia, respectivamente. Ahora leemos al poeta italiano Marco Pelliccioli. Nació en Seriate, Bérgamo en 1982. Publicó L’orfano con LietoColle-Pordenonelegge en 2016. Ganó el premio Inedito Colline di Torino en 2015 y fue finalista en el Premio Rimini. en 2016. Su colección C’è Nunzia in cortile, publicada con LietoColle en 2014. Fue finalista en los siguientes premios literarios: Ciudad de Como, Mauro Maconi, Mario Pannunzio y fue ganadora del premio Alberto Andronico en 2015. Vapore metropolitano, publicado con Albatros en 2009, obtuvo el tercer lugar en el Premio Mario Pannunzio en 2009. También ha publicado la novela corta A due passi dal treno con Eclissi en 2015, que recibió una mención en el Premio Italo Calvino 2015.

 

 

 

 

No sólo la muerte me aterra, ¿sabes?
también este eterno, imperante estar aquí y ahora
que en dos clics engulle
historia, padres, raíces
padre, me has abandonado, el hijo en el vientre
de los huérfanos, solo…
Fragmentos, escombros, ropa, susurros,
la tierra destrozada:
“¿Quienes somos?”
me pregunto ahora…

 

*

Non solo la morte, sai, mi spaventa
ma questo eterno, imperante presente
che fagocita i padri, le radici, la storia
con un paio di clic
e lascia me padre, il figlio nel ventre di lei
orfani, soli…
Cocci, detriti, vesti, fruscii,
la terra spaccata:
“Chi siamo?”
mi chiedi ora tu…

 

 

Tranvía n.3

Alguna vez pasó por aquí el tranvía número tres
recogía a los trabajadores, a las esposas, para ir a la ciudad
siquiera fuera un avión o un animal extraño:
cuando llegaba al final de la línea
la trattoria dell’Alba, la ropa, los trapos colgados,
los niños corriendo por la calle
en la osteria de Nino apoyaban los vasos sobre los barriles
quien entraba notaba resentido a los equipos nacionales…
Después una mañana, un día no regresas más
la Morena en la parada, los puños apretados en las caderas,
te esperó tres horas con el boleto del pasaje
y aún en la ventana de la calle Furetti a veces
escucha la puerta, las ruedas, los frenos, los faros
que ahora ya no están
y en su desvelo extiende los paños desgastados en el viento… 

 

 

Tram n.3

Un tempo passava di qui, il tram numero tre
raccattava gli operai, le mogli, per giungere in città
neppure fosse un aeroplano, o un animale strano:
quando arrivava a capolinea
la trattoria dell’Alba, i panni, i cenci appesi,
i monelli dell’asilo correvano per strada
all’osteria del Nino poggiavano i bicchieri sulle botti
chi saliva a bordo notava risentito le Nazionali accese…
Poi una mattina, un giorno, non sei più ritornato
la Bruna alla fermata, i pugni stretti ai fianchi,
ti aspettò tre ore con il biglietto in mano
e ancora alla finestra in via Furietti a volte
ascolta le porte, le ruote, i freni, i fari,
che ormai non sono più
e nella veglia stende i panni logori nel vento…

 

 

Catafam

Ella raspaba la olla en el fregadero,
las manos con cortes, heridas,
quitaba el óxido, las costras
por sus siete hijos hambrientos.

Ninguna estrella dorada brilla
en el oscuro valle de los ríos
ni dulce su fluir sobre la Mörla
o sobre la luna:
el amarillo tiene miedo y muere mudo y solo
la niebla ha descendido en vientres hoy vacíos.

Se cuentan historias a los niños junto a la estufa
la madre en el fregadero, raspando, sangrando todavía.
Era mejor dormirse pronto que escuchar
las historias de horror, María sin piernas
que sacia su hambre con el miembro dorado
oculto en el desván…

Quién sabe si mañana vendrán los soldados
para traernos jabones para vender en pueblos,
tendremos un poco de leche para limpiar las costras,
y ver en el rostro de nuestra madre
el reflejo de las flores de durazno en el corral.

 

 

Catafam

Scrostava il paiolo all’acquaio
le mani tagliate, i calli,
staccava la ruggine, croste,
per i sette figli affamati.

No brillano stelle dorate
nella valle buia del serio
né dolce è il fluire della Mörla, o la luna:
il giallore ha paura e muore en silencio
la nebbia è scesa in pance ormai vuote.

Si raccontano fiabe ai figli al camino,
-la madre che scrosta, le mani di sangue-
sono fiabe d’orrore: la Maria senza gamba
spegne la fame col suo arto d’oro nascosto en soffitta…
tra brandine di paglia conviene dormire.

Chissà se domani verranno i soldati
a portarci i saponi da vendere al borgo,
ci sarà un po’ di latte a mischiare le croste
per vedere nel volto di nostra madre
il riflesso del pesco sbocciare nell’aia.

 

Nunzia está en el patio 

Nunzia está en el patio
sus manos destrozadas, su bastón apoyado contra el muro,
el agua derramada sobre las hortensias.
Sus arrugas remendadas se parecen a la tierra:
capullos de rosa levemente abiertos,
gracia que brilla junto a la fuente.

 

C’è Nunzia in cortile

C’è Nunzia in cortile
con le mani lacerate, il bastone appeso al muro
l’acqua versata sulle ortensie.
Sembrano la terra le sue rughe rammendate:
boccioli di rosa appena pronunciati
grazia che splende alla fontana.

 

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