Ha muerto el poeta peruano José Rosas Ribeyro (Lima, 1949). Para el crítico Ricardo González Vigil, Rosas Ribeyro “merece ser considerado e iniciador de la actitud que predomina en la Generación del 70”. Editó la mítica revista Estación Reunida. Recibió el premio José María Arguedas en 1972. Luego vivió en México y entabló amistad con los infrarrealistas. Publicó, entre otros, Curriculum mortis (1985), Ciudad del Infierno. Poesías completas (y homenajes) (1994).
Ahora estás en mente / yo no /pero puedo pronunciar tu nombre
Estarás conmigo
para que la distancia y el tiempo dejen de existir
cuando caminemos hacia Chapultepec
cordones atan mi cabeza a la tuya
mis dedos se van quedando sin uñas
Te traigo una soledad
la mía
y te la ofrezco
Lima se fue (yo no me he ido)
sueño un extraño sueño que hoy se me aparece
cubierto de rojo y con rostro de ola de mar en febrero
con mirada de niño en el cine /
y olvido mi pieza de 4 por 3 que no he medido
y el reloj que obstinadamente quiere
convencerme de que siempre son las 10
Cuando vuelva después de que vueles / salpiques / te
Vayas / y regreses estaré repleto de ti / gozoso:
abriré la cadena que me protege
en un acto de ilusionismo
y seré para ti el gran Houdini
cuando nos parezcamos a los pájaros
Hoy no ha llovido para todos pero sí para mí
/ y me he escondido
me he escondido hasta soñar:
te aparecías por detrás mío
trayéndome tu sonrisa que suena música
y tus pasos que no distingo
TE TRAES A TI MISMA Y YO ME ACOSTUMBRO
y te necesito como el agua
y me alimento de ti
Estarás conmigo
hoy / mañana
y tu presencia retumbará en las estaciones del metro
como un terremoto
que nos hará diversos:
pájaros-río
flores-campanas
llaves-mundiales
y cobre-cal o mina entera
Saldremos a trastocar la realidad como en un juego de fantasmas
en el que nada se ha perdido
porque tú porque yo
somos/somos
cuando las imágenes del mundo exterior crecen y
terminamos de soñar
o nunca terminamos
alargándose siempre como chicles arrojados debajo de los árboles
Estarás conmigo / sí
pero no sé la dirección del manicomio / ni he averiguado
dónde exhiben tu rostro de bicicleta / ignoro quién
transmite tus palabras hasta mis manos para que yo las
toque / no sé dónde guardas tus ropas para que no las
recuerde / ni puedo buscar tu boca fuera de ti misma–
tu-boca-no-es-un-con
junto-de-líneas
escritas-a
mano-
pero cuando sé que vienes / y lo sé de veras
mi reloj recuerda que son doce las horas dos veces al
día / mi cuarto crece contigo / y yo-Houdini te corto
por la mitad / te hago pedacitos / te bebo entera como
una taza de manzanilla caliente / o un chocolate en el
frío / y el ilusionismo que practico es solo una gracia
para alegrarte / para que tu sonrisa se repita y se repita
como la canción del disco rayado
Estarás conmigo / sí
ya no más / no
yo-solo-tú-sola
ni penumbra en Chapultepec
estás conmigo tú y yo somos uno el mundo es el
paisaje que escogemos