Bajo el pseudónimo de Magdalena Rayo, estos versos escapan de la tiniebla en la que el régimen fascista que encabezan Daniel Ortega y Rosario Murillo ha sumido a Nicaragua. Una vez más, en la tierra de Ernesto Cardenal, la poesía se levanta en protesta y promesa de libertad.
Leche amarga
(sobre el poema de Paul Celan)
Leche amarga de la traición bebimos a raudales
quienes combatimos por la libertad
miles de muertos en mi generación
y en la precedente y la siguiente
las tumbas multiplicadas por todo el país
Nueve hombres se proclamaron dioses
cegados por la codicia y el poder
todos mediocres pero encumbrados a genios
ninguno apuesto pero creyendo serlo
promovían la guerra en vano profetas consejeros sabios
en vano el pueblo en vano el sueño
Lóbrega leche del terror bebemos sin tregua
noche y día atragantados la seguimos bebiendo
Un hombre y su mujer habitan en el búnker deciden en un tablero
las muertes de la jornada en Nicaragua
cuando la gente está en sus afanes cotidianos
la noche oscurece nuevas tumbas
Maldice el hombre la mujer se desgañita dando orden de cárcel
de tortura de destierro del robo de bienes o de muerte y a la vez
ordena cantos y danzas mientras caen los muertos en las fosas
Áspera leche te bebemos y bebemos
con la garganta arrasada de tanto tragar espinas
el hombre y la mujer del búnker resuelven tu destino
morirás sin volver a tu tierra ni a tus seres queridos
no verás a tus enfermos ni enterrarás a tus muertos
Ordenan que toquen más alto la música de la muerte que reina en Nicaragua
que no paren los bailes y la algarabía que siga la fiesta para que nadie recuerde
que cunden los cadáveres en el suelo que pisan
Oscura leche bebemos
desde el amanecer hasta la noche la muerte reina en Nicaragua
a toda hora bebemos la leche y la seguimos bebiendo
la muerte es la reina de Nicaragua sus ojos son de víbora
con bala envenenada te acierta en la cabeza te acierta en la garganta
la que habita en el búnker hace saltar en pedazos tu corazón
ordena a su jauría vamos con todo cavemos una gran tumba
se solaza en orgasmos y sueña la muerte es la reina de Nicaragua
tu cabeza tu garganta
tu corazón, muchacho.
Espejo
Sueña el déspota que es lumbrera
Su mujer sueña que es bella
en el sueño interminable del poder
Los esbirros intrigan
con el puñal oculto
Entre las telarañas de la corte
forjan alianzas
Superiores y subalternos transan
para armar el espejo
que refleje esos sueños
Ay de quien lo astille
Ay de quien lo empañe
Nadie sueña en la corte
El afán es pulir
Pulir para no caer
Pulir bien abiertos los ojos
Pulir Pulir Pulir
Cada día pulir
con soterrado temblor
Anticipando
el aciago momento
de la inexorable
colosal
patada.