Palangre, el nuevo libro de Miguel Inzunza

Presentamos tres poemas de Palangre, el más reciente libro del poeta sinaloense Miguel Inzunza (Ahome, 1978), que se presenta este lunes 4 de septiembre a las 19:30 horas en el Foro el Tejedor del Péndulo de Álvaro Obregón de la Colonia Roma, con los comentarios de Roberto Amézquita y Mijail Lamas.

 

 

Palangre es el libro debut del poeta sinaloense Miguel Inzunza y en él podemos encontrar una voz que nos brinda una madurez formal y variedad temática poco usuales en tiempos donde la propuestas líricas contemporáneas suelen uniformar sus discursos. En este libro el juego de máscaras es diverso, ya se viste el traje de marinero, ya se prueba el saco roto del vagabundo, ya se desliza en la meditada caminata del flâneur de las cadencias, donde cada poema que nos entrega es una exploración que siempre llega a buen puerto. Pescador de la imagen inusitada, Miguel Inzunza nos entrega un volumen cuya maestría está en su manera de recolectar sus vivencias y emociones, donde el erotismo, la nostalgia y hasta la denuncia social se dan cita. Palangre es, ante todo, el encuentro con un poeta al que no hay que perder de vista.  

MIJAIL LAMAS

 

 

 

FAROS DE NIEBLA

(Matacahui, Ahome, Octubre 2022)

 

Hay un corto circuito en los faros de niebla

la luz intermitente 

retrata como un flash en mis pupilas

fragmentos del paisaje

Afuera está zumbando la noche sinaloense

la noche que desnuda su perfume

mujer recién bañada

Alguien está quemando la hojarasca

a la distancia justa

para que pinte apenas en el aire

su nota de carbón

Piso el freno de prisa

– ¿Estoy despierto?

– Sí lo estoy

                   y le clavo

                                  los ojos al cristal

los puños al volante

la nariz a los campos de cultivo

Hay también en la mezcla

un concierto de mango humedecido 

que se expande

                        como un rumor de pueblo

Mi olfato se parece a la luz de estos faros 

que atraviesan lo incierto del camino

a bordo de una máquina 

gruñona y soñolienta

ha 

    yun 

            cort 

                    circui 

                              nlos far 

                                           de nieb

un martillo en los párpados que hunde

el sueño como estaca

Yo me muerdo la lengua y no funciona

vuelvo a pisar el freno y pego un salto

me doy dos bofetadas

Las luces del jeep viejo

en que atravieso la humedad nocturna

son párpados también durmientes que secuestran

la breve claridad en la que avanzo

El vértigo se enciende 

cuando la luz se apaga en medio del trayecto

pero también con ello

los ojos de la noche 

se clavan en mis ojos

y estalla tras mis cuencas

un viaje campesino de carretas

Me duermo en un segundo y al otro me despierto

el yo que está dormido y

escribe este poema

el yo que va al volante lo destruye

                                                     se da otra bofetada

Entonces me convierto en el camino

por dónde anda la noche 

vertiendo su perfume.

Hay un corto circuito en los faros de niebla

y es como un picadillo de presente

la vida en breves dosis

de luz y de ceguera.

 

 

 

ABRIGOS DE INVIERNO

 

Irse yendo de a poco,

como un viejo perfume

en abrigos de invierno,

hasta desdibujarse la humedad en los ojos.

Irse yendo de a poco como el rastro del agua

que al estero en la tarde le dibuja su nombre.

Y esperar el olvido

como carta lejana

de un heraldo de guerra.

Degollar aquel sobre y dejar que se escape

de una vez el silencio.                  

 

 

GURÚ

 

No alcanzaste siquiera a despedirte 

de tu rostro de niño en el espejo

todavía no eras hombre cuando el viaje

cien ciudades llovieron en tus párpados

Te buscaste en los mapas de la red ferroviaria 

en la biblia empolvada de los hoteles de paso

te supiste perdido

pero no te dejaste morder por la tristeza 

empuñabas la risa

Fuiste por el camino descubriendo tu nombre 

fuiste extraviando llaves de puertas que dolieron  

te dejaste los ojos en algún telescopio

te recuerdo mirando el paisaje soleado

o forjando un canuto para domar la fiera

peinando carreteras copiloto incansable

bocanada de llanto 

                             que se queda en el pecho

Ya llovieron kilometros

 

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