Poesía mexicana: Cindy Hatch

Leemos poesía mexicana. Leemos algunos textos de Cindy Hatch (1997).

 

 

 

 

Cindy Hatch (1997) es egresada de la Licenciatura​​ en Escritura Creativa. Autora de​​ Nos habrán cegado para entonces, plaquette editada por Sangre Ediciones y Poetazos y de​​ Citerón: crónica del grito de la liebre, editado por Cultura Jalisco en la colección La maleta de Hemingway para primeras obras. Fue beneficiaria del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) Jalisco 2020 y 2022 en la categoría de Ensayo Literario. Ganadora del premio Luvina 2019 en las categorías de ensayo y poesía. Edita la colección Dolce Stil Mostro en Poesía Mexa. Sus textos se encuentran en medios digitales e impresos de circulación nacional e internacional como Biblioteca de México, Luvina, Low-Fi Ardentía, Punto de Partida, Letras Libres, Periódico de Poesía, entre otros. Fue antologada en Novísimas, reunión de poetas mexicanas y Poesía No Consagrada Vol. II, Granuja.

 

 

***

 

Los efectos del humo

 

 

Muñecas

 

Laura abre la puerta y ve mis juguetes

quiere jugar conmigo

desnuda mi muñeca

yo hago lo mismo

ellas se besan. 

 

 

 

 

 

 

Diario

 

En una libreta rosa con una flor encapsulada

escribí día tras día

líneas delgaditas para cada oración. 

Escribí querido diario

me despedí al final. Tosía sobre las notas. 

¡Qué bonitos los labios de la maestra,

qué ásperos los del hombre que me besó!

 

 

 

 

 

 

Dientes

 

Empujar el diente con la lengua

hasta su caída. Saborear la sangre, 

sentir el coágulo, separar el diente,

bajarme de la bici. Poner 

el diente en mi palma 

para mirarlo un rato

:

con que así es un diente de leche.

 

 

 

 

 

 

Cuadro de honor

 

Vas y vienes 

con la misma pregunta 

a la izquierda de la estrella pegada a la frente. 

 

Estábamos a oscuras y tocamos

mi luna herida.

 

¿Tú ya? Sí. 

Tan niñas

y con el saber de la prisa.

 

Somos precoces, eso​​ sí

el tiempo pasaba aún.

 

 

 

 

 

 

Bailarinas

 

Coreógrafa de ciertos versos, 

mis amigas bailan.

 

La canción:

niña llegaste a tiempo 

verás la línea dibujada entre el bien y el mal

pero el hombre es ciego y dispara al mundo.

Oh, te lo aseguro, has sido malo.

 

Bailaremos desde hoy

y daremos volteretas de espaldas

tomándonos las manos.

 

Bailaremos durante veinte años 

hasta que cumpla veintiséis. 

 

 

 

 

 

 

Fotografía II

 

Bajo el bigote oscuro, tras la camisa a rayas, 

y la bengala,

 

a un lado de la sonrisa de mi madre, 

ahí donde el adobe y la ortiga al borde de la ventana, 

con los cuernos del toro bajo la luna de octubre

cuando el silencio aúlle 

en lo silvestre del plantío

ahí en la alfalfa.​​ 

 

Cuando se caigan 

uno a uno 

los dientes de leche,

cuando pueda 

respirar.

 

 

 

 

 

 

Diagnóstico

 

Laura, 

mis hermanas son nubes

y quieren hacerlas pasar por humo. 

Uno no es lo que se traga, ¿cierto?

 

Cuando se te cae un diente

queda ese espacio vacío y es muy peligroso 

porque lo vacío 

tarde o temprano se llena

y quién sabe de qué.

 

No somos nuestra enfermedad,

somos ellas en la fotografía del zoológico,

antes de conocer la leche,

cuando en nuestras encías no había espacios 

para palabras negras. 

 

 

 

 

 

 

Anticipo

 

No había promesa

ni ruido. No había 

luz, cuchara, alimento, 

no había leche, no había, 

excepto un par de notas

en esa caja de aluminio

el calendario y​​  la cuenta regresiva

hasta el día en que Laura se marchó

con la maleta a punto de reventar.

 

 

 

 

 

 

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