Poesía colombiana: Monique Facuseh

Edinson Aladino y Martha Cecilia Ortiz Quijano construyen la serie "Otros lugares, otras voces: Muestra de poesía colombiana". Leemos aquí algunos textos de Monique Facuseh (Santa Marta, 1964). Es cofundadora del colectivo literario Poetas al Exilio de la ciudad de Santa Marta. Ha publicado nueve libros.

 

 

 

 

 

Monique​​ Facuseh​​ (Santa Marta,​​ 1964)​​ adelantó estudios en Filosofía y Letras y estudios de piano clásico. Se ha desempeñado como profesora de música para niños, e inglés básico y técnico. Cofundadora del colectivo literario Poetas al Exilio de la ciudad de Santa Marta. Pertenece al Comité Editorial del sello Ediciones Exilio, a cargo del Poeta, Editor y Traductor, Hernán Vargascarreño. Ha participado en variados Festivales de Poesía y Encuentros de Literatura a nivel regional y nacional. Su trabajo ha sido incluido en diversas Antologías y Revistas Literarias. Tiene​​ nueve​​ libros publicados.​​ 

 

 

 

 

 

 

Poema​​ 14

 

Lo que ha de pasar que pase.

Serénate, como si la muerte misma​​ 

se aproximara, como si​​ no hubiera​​ 

más remedio.

De golpe en golpe nos achica la vida.

Acaso vivir dependa

de lo que el corazón haya sentido.

Cómo pretender que todo importa

si cada vez te dibujas menos.

Cómo rescatarte de la polvorienta

nube del olvido.

Perdón por el ahogo de medianoche.

Porque tiempo ha

que todo es igual

que todo da igual

y ya nada asombra.

Échate de menos.

Recuérdate de otros tiempos.

Nada pesa más

que el tormento de tus manos

sin tocar.

 

 

 

 

 

 

Poema​​ 25

 

Ahora que eres silencio

es cuando más te extraño.

¿Qué hiciste de la sed de tus manos?

¿En qué naufragio te borraste?

No es hora de culpar al amor

ni a sus sones que gravitan.

Pronto será otro día

y no notarás la diferencia.

La brisa en esta tierra

no se compadece.

Tiene atributos de animal feroz.

Voraz el destino cuando tus ojos

a nada apuntan

o apuntan siempre a lo mismo.

Qué será de mí sin la vasta​​ 

travesía de los sueños.

Ahora que también soy silencio,

¿qué será de la sed de mis manos,

madre?

 

 

 

 

 

 

Poema​​ 46

 

Y si me agarra el miedo,

si no me deja pensar,

si me ofusca y me deja

postrada en un sillón

mirando lejos,

si desafina mi cara

y saca todas las​​ 

versiones de mí,

si sucumbo a sus constantes​​ 

embestidas,

a su garra feroz y otros​​ 

tentáculos,

y me vuelve la vida​​ 

un desatino.

Cómo desnudo al miedo,

al orfebre de las mil caras.

Cómo abrazo su huérfana sombra.

 

 

 

 

 

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