Poesía nicaragüense: Poemas de Luis Alberto Mayorga

Leemos a Luis Alberto Mayorga (1984) León, Nicaragua. Es licenciado en Gestión de empresas turísticas. Tiene un Diplomado en Políticas Sociales y Mercadeo internacional. Miembro del Miami Poetry Club.

 

Leemos a​​ Luis Alberto Mayorga (1984) León, Nicaragua.​​ Es licenciado en Gestión de empresas turísticas.​​ Tiene un​​ Diplomado en Políticas Sociales y Mercadeo internacional.​​ Miembro del Miami Poetry Club.​​ Su poemario​​ Noticias desde el corazón de la Bestia​​ será publicado a finales de este año 2023. Radica en el​​ Estado de Florida, USA.

 

 

 

El bueno o el malo en mi historia

 

Me he acostumbrado

a ser hijo del café americano cada mañana​​ 

a fumar marlboros rojos

a no desayunar en familia​​ 

a no recibir la bendición de mi abuela​​ 

abatida por el Covid19 en una lucha desigual.

A no contestar números desconocidos

para no perder el tiempo;

a pensar en riquezas​​ 

y aun así odiar la escasez.

A ver pasar por mi mente familiares y amigos

y no detenerme a pensar en ellos.

 

Me he acostumbrado a exhalar la última bocanada de mi cigarrillo

y preguntarle a Dios si juega a ser el malo o el bueno.

 

Pero fue mucho el proceso para llegar hasta donde estoy

he aquí la confesión del emigrante.

 

 

 

Confesión

 

Si tú supieras lo difícil que es caminar por este sendero

que no tiene atajos,

sin más opción que seguir adelante​​ 

hasta el último de tus confusos pasos,

donde a tu llegada las luces estarán apagadas​​ 

y no existe nadie dispuesto a perder el tiempo​​ 

para encender un candil que te guíe.

Donde a nadie le interese conocerte o saber cómo estuvo tu día,

donde el tiempo, trabajo y dinero valdrán más que tu salud,

este lugar donde a Caronte puedes considerarlo un amigo​​ 

y pedirle a crédito el favor de la liberación.

 

Si supieras eso, hermano, no querrías​​ seguirme​​ a este valle

porque sabrías que dos criaturas agonizantes serán un problema.

 

 

 

Días sin sentido en la bestia

 

Hay días de tristezas y confusiones​​ 

como nubes que trastabillan en el cielo de Miami​​ 

donde ni los arcángeles entienden lo que se dice en​​ spanglish.

 

Todo lo que dices esos días son errores,​​ 

es mejor guardar silencio en una de las sillas del tren o del bus​​ 

y no vender a un cristo a bajo precio.

 

Esos días no vale la pena discutir contigo mismo,

lo ilógico apunta a nosotros ante el paredón de una calle del Bronx, Dallas,​​ 

Los Ángeles o Flint.

 

Hay días de tristezas que no lo compensan​​ 

ni un partido de MLB, MLF o NBA,

el francotirador es dios y no falla disparo.

 

 

 

Breve guía para comprender a un inmigrante

 

Pueden causarte molestias sus acentos,

su forma distinta de llamar a las cosas​​ 

o algún comportamiento que no comprendes.​​ 

Cuando esto ocurra,

emprende un viaje a un país,

dejándolo todo:

hijos, esposa, amantes, amigos y la sangre regada en la cuna donde jugaste.

 

Recibe sobrenombres, malas miradas, aprende a ser el último en la fila.​​ 

A comprender que por un tiempo no existirás en las estadísticas del país,​​ 

a tartamudear otro idioma y buscar trabajo en las sombras de calles sin nombres.

 

Piérdete en los buses y trenes que no se detienen a tu confuso llamado,

conversa con tu estómago y explícale que el pago llegará el fin de semana.

 

Aprende a ser mentiroso con tu familia y decirle que estás bien cuando los llames para darles el código de la remesa de la​​ Western Union.

 

Conoce el olvido de viejas amistades y cómo persignarte por cada uno de tus familiares que mueren en tu ausencia.

 

Acostúmbrate​​ a ser animal en cautiverio en una jungla de rascacielos.

Así descubrirás lo mágico y loco que es ser uno de ellos.

 

 

 

Escuelas en USA​​ 

 

Tiroteos en escuelas de EEUU marcan nuevo récord en 2022.

Hasta el 24 de octubre ha habido 257 tiroteos.

 

​​ Aquí​​ las escuelas tienen miedo,

enseñan a los niños a llorar en silencio,

a esconderse en segundos bajo el pupitre,

a llamar al 911 pulsando temblores,

a cerrar los ojos y hacerse invisibles,

a mantenerse callados para distraer la bala

que navega en el aire del salón​​ 

buscando una sonrisa y dientes de leche.

 

Bala y rifle regalados por el Tío Sam

como obsequio de navidad

al niño psicópata que la usa

para jugar a la cacería

en una escuela cualquiera de Estados Unidos.​​ 

 

 

 

Un extranjero olvidó todo al escuchar el sonido del tambor

Cada día se suicidan 126 personas en Estados Unidos de Norteamérica.

 

Lo conocí poco,​​ 

suficiente el par de ocasiones que conversó conmigo​​ 

buscando sentirse mejor.

Creía tener migraña por las preocupaciones que en su país

lapidaban a su familia.

En este país adoptivo no tenía casa,​​ 

ni cómo pagar una renta;​​ 

logró encontrar un grotesco cuarto con arreglo postpago para el fin de semana.

 

No comía,

a su estómago le provocaba náuseas el exhibicionista y burlesco vacío​​ 

aislado en una vieja nevera.

No tenía vehículo,

su único par de zapatos

le aconsejaban no caminar más de 5 millas​​ 

en búsqueda de trabajo.

 

El extranjero no enviaba el código del banco a su familia;​​ 

su esposa e hijos durante 173 días aprendieron la frase:​​ 

“les deposito mañana, hoy no tuve tiempo".

 

El sábado tocaba pagar la renta

y el extranjero decidió no estar hambriento,​​ 

no agotarse caminando, no ser mendigo de empleos;​​ 

olvidó la serie de números que​​ prometió a​​ su familia,​​ 

regaló Alzheimer a las cuentas por pagar

y se despreocupó​​ por​​ el​​ alojamiento.

 

El extranjero se volvió ladrón.

Robó a su novato arrendador una Smith & Wesson​​ 

que dormía sigilosa en el cuarto vecino.

El extranjero se confesó con ella y la enamoró con su acento.

Aprovecharon el último día de alquiler​​ 

para escuchar juntos el metálico sonido del tambor.

 

La bestia continúa siendo una gran percusionista.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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