ELSA CROSS
Nació en la Ciudad de México en 1946. Poeta, ensayista, y traductora, ha combinado una carrera académica con su actividad literaria, que empezó a una edad muy temprana. Tiene maestría y doctorado en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México, donde es profesora titular de Filosofía de la Religión, y donde ha impartido, durante muchos años, una cátedra sobre los cultos mistéricos del mundo griego.
Su Poesía completa (1964-2012) fue publicada en México por el Fondo de Cultura Económica en 2012; de los 28 títulos que contiene, siete han recibido premios en México y otros países. Ha publicado cinco libros más desde entonces, entre ellos Insomnio (2017), Nadir (2019) e Isla Negra (2023). Su poesía ha obtenido en México, entre muchos otros, el Premio Nacional de Artes y Literatura (2016), el Premio Iberamericano Ramón López Velarde (1918) y el Premio Internacional Alfonso Reyes (2023), así como otros en Canadá, Francia, Suiza, Italia y Chile.
Traducidos a varios idiomas, se han publicado catorce de sus libros en distintos países, y sus poemas han sido incluidos en más de un centenar de antologías en Europa, América y Asia. Es también autora de varios libros de ensayo sobre filosofía, literatura y mito, así como de libros para niños y traducciones de poesía. Entre los poetas que ha traducido se encuentran Ezra Pound, Saint-John Perse, Yves Bonnefoy y Ruth Fainlight.
ICARÍA
La bahía desierta al amanecer,
los barcos anclados en el muelle.
Y un estrépito de alas sobre nuestras cabezas:
Oíd, oíd cuánto más recio el viento
vuela hacia la altura
viento que se estremece
si un águila despliega sus grandes alas.
Alcanzará la púrpura y el oro.
Otra voz deja huella en nuestros rostros.
Allá el rumor del mar,
flores en el desierto pedestal,
brillo en la altura.
Va a morir en los párpados del día
Así la noche danzando contra el tiempo,
ebria, desventurada,
creando a su paso el mundo,
la incandescente esfera.
Allá el rumor del mar,
dos blancas alas destendidas
sobre la espuma de la ola que se rompe.
Día, día, el día venturoso.
La voz, viento desnudo en las arenas.
“Estamos aquí
donde trajimos la palabra.”
(1975)
FLECHADOR
Estaba tu huella en los caminos,
arduos caminos
que el sueño puebla a veces de figuras,
jardines
donde un jacinto púrpura
florece.
Cubierta de despojos
recorrí las grises regiones
y a la mayor miseria
más alto el vuelo fue.
Rocé los confines donde tú
semejante a la noche caminabas,
oh tú Resplandeciente,
mi Destructor.
Y la noche mortal en su belleza.
(1975)
DITIRAMBO
Mosto en los labios.
Rizan oscuras orlas en la frente
los pámpanos.
Salto de lince los ojos,
fulguración,
horizonte de límites cambiantes.
(1975)
ÓRFICA
Un parpadeo.
Centellear de los dientes
sobre el torso desnudo.
Brillo serpentino entre la hierba.
Un parpadeo,
y en los ojos cerrados
sólo minúsculas gotas de rocío.
¿Quién le vio en su esplendor?
Luz que a la noche se revela.
¿A quién cegó,
partícula de un sol despedazado?
(1975)