Elsa Cross, Premio Mazatlán de Literatura 2024

Elsa Cross, obtiene el Premio Mazatlán de Literatura 2024 por su libro de poemas Isla Negra. Aquí celebramos con ella su nuevo premio y compartimos unos poemas de su autoría de temática griega.

 

 

ELSA CROSS

 

Nació en la Ciudad de México en 1946. Poeta, ensayista, y traductora, ha combinado​​ una carrera académica con su actividad literaria, que empezó a una edad muy​​ temprana. Tiene maestría y doctorado en Filosofía por la Universidad Nacional​​ Autónoma de México, donde es profesora titular de Filosofía de la Religión, y donde ha​​ impartido, durante muchos años, una cátedra sobre los cultos mistéricos del mundo​​ griego.

 

Su Poesía completa (1964-2012) fue publicada en México por el Fondo de Cultura​​ Económica en 2012; de los 28 títulos que contiene, siete han recibido premios en​​ México y otros países. Ha publicado cinco libros más desde entonces, entre ellos​​ Insomnio (2017), Nadir (2019) e Isla Negra (2023). Su poesía ha obtenido en México,​​ entre muchos otros, el Premio Nacional de Artes y Literatura (2016), el Premio​​ Iberamericano Ramón López Velarde (1918) y el Premio Internacional Alfonso Reyes​​ (2023), así como otros en Canadá, Francia, Suiza, Italia y Chile.

 

Traducidos a varios idiomas, se han publicado catorce de sus libros en distintos​​ países, y sus poemas han sido incluidos en más de un centenar de antologías en​​ Europa, América y Asia. Es también autora de varios libros de ensayo sobre filosofía,​​ literatura y mito, así como de libros para niños y traducciones de poesía. Entre los​​ poetas que ha traducido se encuentran Ezra Pound, Saint-John Perse, Yves Bonnefoy y​​ Ruth Fainlight.

 

 

 

 

ICARÍA

 

La bahía desierta al amanecer,

los barcos anclados en el muelle.

Y un estrépito de alas sobre nuestras cabezas:

Oíd, oíd cuánto más recio el viento

vuela hacia la altura

 

viento que se estremece

si un águila despliega sus grandes alas.

Alcanzará la púrpura y el oro.

Otra voz deja huella en nuestros rostros.

Allá el rumor del mar,

flores en el desierto pedestal,

brillo en la altura.

 

Va a morir en los párpados del día

Así la noche danzando contra el tiempo,

ebria, desventurada,

creando a su paso el mundo,

la incandescente esfera.

 

Allá el rumor del mar,

dos blancas alas destendidas

sobre la espuma de la ola que se rompe.

Día, día, el día venturoso.

La voz, viento desnudo en las arenas.

“Estamos aquí

donde trajimos la palabra.”

(1975)

 

 

 

 

FLECHADOR

 

Estaba tu huella en los caminos,

arduos caminos

que el sueño puebla a veces de figuras,

jardines

donde un jacinto púrpura

florece.

Cubierta de despojos

recorrí las grises regiones

y a la mayor miseria

 

más alto el vuelo fue.

Rocé los confines donde tú

semejante a la noche caminabas,

oh tú Resplandeciente,

mi Destructor.

Y la noche mortal en su belleza.

(1975)

 

 

 

 

 

DITIRAMBO

 

Mosto en los labios.

Rizan oscuras orlas en la frente

los pámpanos.

Salto de lince los ojos,

fulguración,

horizonte de límites cambiantes.

(1975)

 

 

 

 

 

ÓRFICA

 

Un parpadeo.

Centellear de los dientes

sobre el torso desnudo.

Brillo serpentino entre la hierba.

Un parpadeo,

y en los ojos cerrados

sólo minúsculas gotas de rocío.

¿Quién le vio en su esplendor?

Luz que a la noche se revela.

¿A quién cegó,

partícula de un sol despedazado?

(1975)

 

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