Poesía mexicana: Alejandra Rioseco

Presentamos tres poemas de Polvo, casi (Premio Nacional de Poesía Tijuana 2023) de Alejandra Rioseco (Mexicali, 1970). Poeta, actriz y comunicóloga. Estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la UABC Campus Mexicali y el Diplomado de Artes Escénicas del CAEN/INBA en el CECUT (1992). Publicó El Réquiem de las Flores (Editorial Malabares). Desde 1990 forma parte del grupo teatral Mexicali a Secas. 

 

 

 

 

 

 

LA NIÑA
Para Marisol, in memoriam.

 

Llegaste, niña
y después de ti
el ciclo inevitable:
La primavera de los soles
la locura de la luna
y el moco de la soledad
que te clausuró la boca
–flor rota, excluída, abismal–
de todas las flores, la vertiginosa
que a los dieciocho despoblabas
y a los veinte quedaste
con olor a pólvora
pequeño mar
pequeño sol.

Cuento en mi leyenda
que nunca pude escuchar el surco
trazado día con día de un oído a otro
por las abejas:
cómo imaginar que preparaban el terreno
para la llegada de la Reina Bala.

 

 

MANUAL PARA DETALLAR UNA FISURA

 

Desde este punto de vista
Todos amanecen volteados

o anochecen igual

Hay que darle forma al cuerpo
para remediar el cielo
y dejar un testimonio 

Decúbito dorsal
tras el arma feligresa
rodillas hacia el frente
y mirando de perfil
hacia la ventana

Como queriendo salir
antes de abandonar los ojos

Parece que el alma
no alcanzó lugar
y llegó tarde al espectáculo:
Enfrente, otros y otras
muchos y muchas
pero nunca los necesarios
para romper la ampolla

Quería escaparse a la noche
atravesar el cielo de un tiro

(dijo el perito)

 

 

QUIRÚRGICA

 

Desmembrar el cuerpo en tres
y verificar los residuos

Asistir a la enfermera
y precipitar la sangría

Seccionar el cadáver
numerar sus partes

Contar en la boca los dientes
y suplantar los propios

Revisar –fíjese bien: re-vi-sar
si está en su lugar el corazón

Ni más a la izquierda
ni más arriba

Si reposa en su sitio
proceder al ensamblaje

La mano aquí, el cabello acá
la pierna bien colocada

Es importante que luzca bien:
hay que maquillarle el dedo acusador

La cabeza de lado:
“se ve mejor”

 

En el cuello, una Virgen:
“tiene sentido”

(Tanto abrir, coser y pegar
si ya venía desarmada)

Este remedar la flor
parece más un intento
por dividir el olvido:

Queda en las manos un hollín
como de momia.

 

 

 

 

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