Hernán Vargascarreño (Zapatoca, 1960) es poeta, traductor y editor del sello Ediciones Exilio. Traductor de los libros ¿Quién mora en estas oscuridades?, de Emily Dickinson; Antología Spoon River, de Edgar Lee Masters; Antínoo, de Pessoa; Pájaros extraviados, de Rabindranath Tagore y Solo una vez vemos el mundo, de Louise Glück. Autor de los libros de poesía País íntimo, Piedra a piedra, Tempus, El viaje, Montuno, Cuerpo laborioso, Lectores y No existe otra morada.
***
Cañón
Mientras bajamos
los estrechos caminos abiertos
sobre la montaña empinada,
y abajo el río solo semeja
una delgada ilusión de plata,
los gritos de los gavilanes
ahondan los desfiladeros
pero más ahondan el silencio
de nuestros propios espantajos.
Nadie pronunció una sola palabra
durante esa hora de miedo
ante el abismo que nos llamaba
para tragarnos en sus entrañas.
En los pechos agitados solo cabían
esos gritos fantamaseados
por el gran cañón,
los mismos que ahora,
después de tantas jornadas
siguen horadando el tiempo,
hollín impregnado
a las paredes del recuerdo.
El ala rota
Volar es preciso,
así los abismos
nos seduzcan
con sus cantos.
Volar incluso
con un ala destrozada,
perdiendo el rumbo,
cayendo, confundiendo
todo horizonte.
Volar con las palabras
heridas de tanto olvido.
Volar para oír
el canto del poema,
para vislumbrar su espectro,
su música clara... oscura,
esa música
que nos eleva
aún con las alas rotas.
Paisaje
La rama y el pájaro
que tiemblan su belleza,
la rosada luz de las orquídeas,
el brillante misterio
del fruto que madura,
los insectos que mueven el aire,
ese canto que se escucha
entre los árboles tan absortos,
esta luz que enceguece todo azul
Si todo nos pudiera abrasar,
esta queja de estar vivos
no debería maldolernos.