Miembro de la UNEAC; ha sido jurado en varios eventos literarios nacionales e internacionales. Fue Representante de Cultura por seis años en el Consejo Popular Cerro Norte y tres años como Instructor de literatura en Calabazar, Boyeros Ha publicado seis poemarios: Nastraienie, Casa Editora Abril, 2000; La Caída, Editorial Letras Cubanas, 2000; Los Estados Crepusculares, por la Editorial Letras Cubanas, 2002; Casa Québec, por la Editorial Extramuros, 2002; La Cortadura y El Signo, por Ediciones Unión, 2003; y Kenoma, por Letras Cubanas, 2012. Los libros de relatos: País que no era, por Letras Cubanas, 2005; y La Ciencia de la Destrucción, por Letras Cubanas, 2019. Posee en proceso de edición por ediciones Unión del volumen La Trampa. Ha obtenido los siguientes Premios: Calendario, 1998; Pinos Nuevos, 1999; Abdala, 1999; Razón de Ser, 2003; Premio Dador, 2006; La Gaceta de Cuba, 2007. Ha sido publicado y antologado en medios de Honduras, Rusia, Suecia, México, Brasil, España, Estados Unidos, Francia, Ecuador, Venezuela, Argentina y Colombia.
CASA DE GLEIM
Mudándome, perdiendo o ganando espacios para la duda
al fin he arribado a la casa de las dieciséis ventanas que cual novias
despechadas -o desnudadas por sus solteros-
susurran por el aliento salitrero del mar a deshora.
La casa de Gleim donde los objetos adquieren una importancia
relativa,
y tal vez por orden o superstición se cierran las ventanas
cual si el sueño de la inutilidad de las cosas fuera posible.
En enero de un año ido nuestras frases iluminaban fábulas
de abandono.
No dije: ”Quédate o márchate”, tan solo dije: “ tendremos
una casa Québec
o en Gleim, donde las ventanas anuncien al unísono la grandeza
y su envés:
La inopia”. Ella queriendo explicarse lo expresó tenuemente:
“¿De qué vale una vida consagrada con heroísmo a la nada?”
Hoy que el viento sacude con fiereza la solidez de las ventanas
quiero escribírselo quemándome las manos de alegría,
decirle que al fin habito una casa en Gleim hacia la calle
y que los fines de semana bebo como un poseso
Vodka Voroneschkaya a su memoria
Libando un poco a los espíritus del bien o del mal
-tal cual ella me aconsejó- detrás de la puerta,
Sobre todo porque los limites no son muy claros.
transformado en ganancias y extravíos he arribado a ia casa
de Gleim.
Donde roe el viento y el comején, tengo una casa a la calle,
al viejo de los años setenta, al modo indócil
de las casas con muchos ventanales
-a veces acristalados- en el centro mismo de la tormenta,
o a escasos metros de la fábula que ella
con su sentido más práctico: censuró.
VELAS
Historia con Bárbaro, mi primo hermano
Corría con mi primo –-ahora fugitivo hasta de sí mismo-- de puerta en puerta
por esos barrios intensos de Dios, ofreciendo nuestras mercaderías.
Terminábamos bebiendo cervezas en círculos sociales dudosos, donde las
peleas entre sillas voladoras y cabezas bajadas a tiempo eran lo habitual, la
última vez nos salvamos por un pelo. La guagua arribó a su hora y pudimos
escapar de las garras de un tipo que deseaba lincharnos por la sonrisa
encantadora de su mujer en dirección, tan solo a nosotros.
Ahora cuando veo las velas iluminando las casas, los santos, los santuarios,
los panteones, los rostros, los candeleros, los calendarios1.. Recuerdo esos
días por los barrios perdidos/pérfidos de Dios, donde nos aguardaban a mi
primo –-el fugitivo-- y a mí mismo como a los legítimos hijos de Ra.
Primo, el universo tiene matices, desde entonces al tuyo lo llamaron crack2.
LA CALLE DE KEN
En Quito, Ecuador justo al centro del mundo, en la zona roja me hallé con
Ken, el jamaicano que, dos cuadras más allá me mostró un bar haitiano de
barra impecable y jóvenes divertidas, bailadoras de reggae y degustadoras de
cannabis.
Una tarde-noche me llevó al restaurante Varadero, donde era la anfitriona una
cubana contentísima. Los que me vieron llorar no comprendieron jamás, las
aguas del sur subían, las aguas del norte bajaban.
Ken como esas grandes masas de agua no se mezclaba con nadie, venia de
una zona de grandes árboles y pantanos profundos, abandonó la isla. La
prensa martillaba al gran público diciéndoles que provenía de una antigua
familia de esclavos revoltosos y Jamaica fue la solución, negros insumisos en
el continente era un lujo, un riesgo que no podía permitirse la colonia británica,
ni el Rey.
Fundó otra calle en el continente burlando la tradición
del sistema controladorcolonizador británico.
Lloré porque las aguas fluían pero no se mezclaban,
el mundo sin contacto, sin fusión, sin magia, según Ken,
el jamaicano en su calle, es un total absurdo.
Ecuador, Quito, 11-22 de Noviembre 2016.
DEGUSTACIÓN
Per Lo.
Me invitó a un restaurante árabe en pleno Vedado habanero –ahora por las
circunstancias solo atiende pedidos a distancia. Comimos Faláfel3 con crema
de yogurt, los ingredientes me hicieron ilusionar el paladar. Treinta años de
ausencia involuntaria de mi vida. No sabía que se podía encontrar en mi
ciudad. Ella, italiana, romana ciento por ciento, me regalórobó cual la
etimología de su apellido napolitano, itálico, estos increíbles momentos.
A MIL
Para Ismael. Para Rito
Éramos sus primogénitos y por eso nos soñaron en el esplendor fundante,
la dicha eterna. Lo confesaron en abril, mes de las flores. No nos entendieron.
Vieron tristeza donde la pasión fue extrema e intensa.
Éramos sus primogénitos, nos inventaron, nos soñaron con la ilusión a mil.
Las madres de los sesenta, las canciones profundas de la gran libertad.
MATERIAL SÓLIDO
A Eva (Embil es también un sitio grande y pequeño)
Hoy he comprendido que de nada vale,
calcular con esa minuciosidad enfermiza.
Los instantes que nos acercan o alejan del vacío.
Cuando los gritos retumbaron por el edificio,
supe que el salto inevitable
en su propia perfección
se había producido.
Esta muestra es una colaboración bajo la curaduría de Karel Leyva Ferrer
Las velas calendarios que señala el 4 de diciembre, día del Dios del trueno, la danza, la justicia, el fuego, dueño del tambor y la virilidad en el panteón yoruba, su nombre es Changó. Día de creación de la orquesta Los Van Van en 1969 por el bajista Juan Formell (1942-2014), también se utilizan en honor a los misterios de la diosa Ceres, de la mitología romana.
Sustancia de gran poder alucinante derivada de la cocaína, pero también puede significar: Proceso químico por el cual se rompen moléculas para formar productos utilizables.
Faláfel o falafel es una croqueta de garbanzo o haba que surgió en algún lugar del subcontinente indio, tradicionalmente se sirve con salsa de yogurt o tahina. O bien en sándwich de pan de pita.