Flor Bárcenas (Montería, 1997). Licenciada en Literatura y poeta afrocaribeña. Publicó el poemario “Bramidos de agua dulce” en 2020. Ganadora del premio de poesía joven “Jorge García Usta” en Poemario Barranquilla. Está incluida en la antología “Como la flor”, poesía cuir colombiana contemporánea, editada por Planeta. Sus poemas circulan en revista nacionales e internacionales.
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El agua de los sueños
Rotas están las puertas de
la tierra.
Czelaw Milosz
Pescar del agua del sueño
una puerta abierta
que te lleve al patio de tu infancia
para decirle a tu padre
que no sacrifique animales frente a ti
que no haga pactos con tu dolor
para honrar su apellido
ni que use el patio para festines
con tiros al aire
mientras tu fragilidad es descubierta
sola
delante de tu garganta
sólo escuchada por el río.
Abrir la puerta
y detener siete veces la mano de tu padre
y siete veces perdonarle
y siete veces escribirle el mensaje en su sangre:
la infancia hala como la criatura negra
ahogada en el centro del río.
Muerte al hijo
Sueño que ardo en la boca de dos perros enviados por mi padre
todos los perros han sido enviados al mundo por mi carne
reconozco en sus miradas el deseo de arrojarse a mí.
Sueño que mi padre me persigue
porque mi vida le pertenece.
Despierto
mi hermana dice con insistencia
que vivo en la boca de mi padre
que pregunta por mis quehaceres
que le interesa mi rutina.
Yo me pregunto entonces:
¿En qué parte del poema empiezo a separar mi sueño de su boca?
¿En qué vida mi padre me disparó en la boca para ocultarse de mí?
Contracción histórica
Me estoy doliendo en un sueño de mi madre, con el vientre torcido disparo al cielo y la bala amenaza mi propia vida: me contraigo en su vientre.
Transporto un tubérculo antes del alba a la boca de los muertos que puntuales esperan su alimento: soy el río atravesando sus costillas.
Soy la contracción histórica de las aves migratorias. Estoy ignorada en el vientre de mi madre. Mi sexo se esconde y sin embargo lo nombro. En su vientre me escondo del mundo. Por el sendero donde un coro de ranas canta la profecía de mi carne voy diciendo mi nombre. Mi nombre, atravesado en las piernas de la mujer valiente y triste que partió al océano con su piel oscura y me parió a des tiempo.
Cansada me inicio en el mundo y empiezo a ser decoración del espacio, el extraño insecto que dobla la belleza.
Soy una contracción histórica, no escondo mi rostro.