ME COMPLACE LA SANTA INCISIÓN
Al cortarme la yema del dedo índice
con una hoja de papel
sonreí, hubo motivo y epifanía:
saber que el vacío tiene límites
Reconozco haber fluido
–muy quitado de la pena– al tacto
ciego por la nervadura de una espada
que la industria papelera
puso a mi favor
Me llegó el olor de Atenquique
Toco fondo calcáreo cuadro adentro
Digo blanco sobre blanco
por no decir geometría imprecisa
Nunca había sido abisal en mis escritos
Me obliga la hechura filial–folial
En el extremo del limbo
resulta imposible distinguir a ojo desnudo
la huella de sangre; la incisiva línea
perfecta en mi dedo apenas vi
Sí, duele tantito
algunas personas creen que chupando
la herida deja de sangrar
La cortadura exquisita, si bien me quiso
frecuenta índice, pulgar, anular y cordial
menos
áspero
más
tierno
Toda hoja de papel respira nuestro aliento
en reminiscencia de otra época
cuando fue árbol
Corta por reflejo, al roce del tendón
desentierra de su instinto la acrobacia del hacha
y se espanta
La condición de mártir le otorga santidad
La santidad no coarta el que pueda
recurrir a la venganza
Al cortarme la yema del índice
reconocí la utilidad de la cesura
Empiezan
los versos
el rastro
la línea
y terminan
ellos en mí, en ellos yo, he aquí el pacto
AMABLE PÚBLICO PASAJERO
permítanme presentarles
este breve acto de magia
un poco para hacerles llevadero el trayecto
otro poco para hacerme de algunas monedas
de manera honesta; haré un acto de prestidigitación llamado:
El show de los versos que aparecen
y se van
Tengo en mis manos un libro
Como podrán ustedes ver
al abanicarlo [--de izquierda a derecha
con el pulgar en la parte superior--]
sólo páginas en blanco, despobladas, vacías, nada
Pero basta el soplo de alguien, ¿usted?
un poco de pensamientos de aquí y de allá
preocupaciones, la esperanza de usted, deseo
enojo, desinterés, empatía, emociones que guardan
y comparten en silencio, a través de los ojos
Miren ahora, el libro se ha nutrido de versos
Les abanico de nuevo [--derecha a izquierda
el pulgar en la parte inferior--]
Aparecen versos, sabemos, son versos, debe ser poesía
por la zigzagueante e irregular cantidad de palabras por línea
unas largas
otras menos
No alcanzan a distinguir qué dice
Describo: hay imágenes, sonido. Basta un soplo
ahora de mi parte, ¿qué pasa?
los versos han desaparecido
Nada
Y volvemos al vacío
¿Cómo ha sido posible?
Un mago jamás revela sus secretos
Los poetas tampoco deberían
Muchas gracias
Muchas gracias
Muchas gracias
‘MINUTACIÓN
A quienes hemos rogado
por un minuto de silencio
Fragmentaria e inagotable
brizna, rocío, burbuja captora del eco
proseguirá en ascenso de ofrenda. Basta
un minuto iconoclasta guarda
cientos de fragores
cincelados
a soplo tibio
en el perímetro de la justa empatía
Callamos porque tú callas
Callamos por tributo a tu destiempo
muerto
disculpa el retazo
no creemos dedicarte
más allá. Buena resulta la consagración del minuto en carestía
Goza mayor mérito callar
contigo en respeto del vacío
Desfigura improvisar
palabras de aliento
grácil brinca la estupidez
Que cada quien interprete la isla de una u otra cara
donde no hay tesoro alguno, o sí: la nostalgia de aquel día
la frase memorable, la sonrisa, carcajadas; o plantarnos
idos
simplemente, pero idos ya es algo en silencio, libre
Intenta reprimir el llanto a ver qué tal
El minuto no puede ser auditado
Allana terreno íntimo de paz. Conforta
la capilla del hospital, claro, con destino al rezo
pero no seamos hipócritas, el silencio del Eterno amor
–tigua del martirio alejarnos poco de quien queda
en cama. Un minuto de silencio puede ocuparnos en el retrete
ajenos a la multitud. Puede estar en el beso que tolera
la fiesta del gemido, bullicios de caricias a partir del roce
orientado a la palmada erótica. Minutemos
el silencio
a destajo
dondequiera, iniciáticos para dar culto
cronométrico. Minutar el silencio es minutar la sombra que espera
desde cualquier esquina laberíntica donde habita
sale al encuentro –ya sin freno–
arbitraria da paso la sombra al sonido y la furia que embiste a quien vive
Monstruoso tiempo cuerpo de hombre
cabeza de toro de Creta: nueve sinfonías; el
>quejido< de Sor Juana cabe;
está el abrazo
sólo un minuto antes del adiós. [Pocos duran
la sesenteava parte de la hora]. Abrazarnos
antes de partir, un minuto es
insuficiente, pero un minuto abraza estadios completos
previo al partido. Abraza
asambleas, ceremonias, recintos oficiales, el lugar de los caídos, un minuto
en campos militares ¿Qué tanto pone a buen recaudo? ¿Cuánto
detona? Hay destreza en el cálculo sin reloj
Preciso recodarles
a quienes concurren
sean tan amables de apagar sus celulares. Gracias
–o de ponerlos también
en silencio–
Noticia en scroll: ADELANTAN RELOJ DEL JUICIO FINAL, ESTAMOS A UN MINUTO ANTES DEL APOCALIPSIS
JESÚS ADÍN VALENCIA. Nació en Colima, México, el 23 de diciembre de 1979. Licenciado en Letras y Periodismo por la Universidad de Colima. Publicaciones: Una lama extrema de jirones (Poesía, PuertAbierta, colección Parota de Sal); Copa de Nada (Poesía, Beca del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Colima, Pecda 2016); Bitácora de la Mortalidad, (novela/plataformas digitales/Bubok). Fue antologado en Poesía Visual Mexicana, colección de libros-objeto (INBA-Conaculta-Ediciones del Lirio); antología del I Certamen Mundial Excelencia Literaria MP Literary Edition: Poesía Volumen II (EE. UU); antología Toda la Mar, la presencia del mar en la poesía colimense Poesía-Gobierno del Estado); antología del 5º Premio de Microrrelatos Manuel J. Peláez 2017 (Colectivo de Badajoz, España). Con el libro Fragmentos para una Cápsula del Tiempo, obtuvo Mención Honorífica en el Premio Estatal de Poesía, Colima 2015. En 2017 formó parte de una exposición colectiva de poesía visual en el Niu. Espai Artístic Contemporani de Barcelona. En 2018 obtuvo el primer lugar en la categoría de poesía, en el marco de los Juegos Florales de la "Feria de Todos Santos 2018" . En 2019 resultó ganador del segundo concurso de cuento breve de rock "Parménides García Saldaña"