RESIDENCIA EN EL DOLOR
Ver sangre enciende mis plegarias
Armando Salgado
Los cuerpos lloran la vida.
Dolor desperdigado,
desde donde santifican a la luz
hasta en las manos de trajes con corbatas,
arranca sombras a la sombra
para que muestren su cadáver de años.
Ante tanta cólera que gira alrededor,
llorar
(¿alma de la furia?)
aqueja, mira con odio y rabia,
mientras en sus manos
cuenta los huesos de sus hijos muertos,
uno
a
uno
como el mismo amor
con que contaba los dedos
de su recién nacido.
II
Un cadáver en la noche podría ser el mío,
pero otro es enterrado ahora.
Como espejos quebrados al borde del barranco
son recogidos por un ciego viento
un suelo sin oídos
un monte de huecos
donde las raíces terminan.
También la tierra llora a la una de la madrugada
mientras una mano mecánica tala los árboles.
Es triste cuando nada puede detenerlos:
una cicatriz se abreva para abrazar ese cuerpo sin nombre.
PICNIC
Tomar el sol con gafas oscuras
en Fresnillo
en su plaza central,
se reconocería a través del plástico
la sangre mezclada con diamantina
para quedar ciegos y huir.
Pero un buen turista
recordará La mancha roja
y dirá
es Joan Miró con un cuchillo
buscando un toro al medio día
porque las casas salieron a respirar.
Dirá que es un pueblo fantasma
pero aún en las fotografías familiares
los habitantes sonríen.
ANTEPARAÍSO
Proliferan pueblos abandonados
(Excélsior, 2022)
Cómo sería la vida en Tres Hermanas
se preguntan uno y otro,
sin embargo, escriben:
Sea La Colorada,
La Purísima,
mas los que viven cruzando la frontera
se fueron antes que las vacas y los puercos.
Ah, pero olvidaron decir
lo que escribió el último hombre que vieron por ahí:
después de este destierro
muéstranos a Jesús
el camino.
CARBÓN ROJO
He visto a mi padre
quitarse las alas
ponerlas a un lado del pozo,
bajar, encontrar agua.
He sabido que otros escarban
a sesenta metros para hallar las sábanas que envolvieron a Dios.
He oído que lo llaman carbón rojo porque va manchado de sangre:
días negros y noches sin amaneceres.
La cochinada gris que brilla y cobra luz arriba, en la tierra:
que son los residuos de su vestido,
que acaba con el paraíso subterráneo
mientras hunde los pies en las profundas aguas.
Si esto hacen tus vestidos Dios mío
¿Qué no hará tu corona cuando la encuentren?
EL DOLOR ES UN BREVE ENSAYO DE LA MUERTE
De pronto se nos olvida durante largo tiempo
la sensación de estar bien
que el dolor nos haya dejado en paz,
no sabemos por cuánto tiempo,
como si ese ensayo de la muerte
dolor de muela,
calambres o relámpagos sobre la carne,
dolor de uña o de dedo,
punzones en el estómago,
tos o diarrea
hasta la tela negra que se desprende para cubrir el cerebro herido,
solo fuesen pequeñas angustias hacia el total devenir
en la vejez indescifrable.
Olvidamos que en cuclillas los huesos van desprendiendo
su porción de sal cuantificada,
que los pies tienen contados para nosotros
una cantidad de huellas sobre la tierra.
Y las manos, al final caducas,
serán un caracol desprendido de su humedad inmanente.
Ay, la queja azul de un ala que envejece
no podrá siempre sostenerse en vuelo
cuando la rama que cruje se rompa para ser su sarcófago.
Por un momento he olvidado aquel dolor
que se adhirió a mí como un animal domesticado.
Qué extraño pensar que prescindir del dolor
fuera la forma más libre de sentirse vivo.
Cuando estaba en algún hospital muriendo,
sí, porque esos punzones en el estómago
que rasgan los órganos para expresar su inconformidad
por la selección indiscriminada de llevarme el antojo a la boca,
era una forma estúpida de morir.
Lo dijo mi sangre expulsada
por alguna de mis cavidades, lo dijo el líquido amarillento que gritó
“no, ya no hay sangre, ¡pare y obedezca, hombre!”.
En ese instante, con la poca energía que me quedaba,
canté una oración, que no me escuchó nadie más que el dolor.
Gerardo Almaraz (Oaxaca, 24 de septiembre de 1996). Sociólogo rural por la Universidad Autónoma Chapingo (UACh). Ganó el certamen poético “Emiliano Zapata” convocado por el Comité Ejecutivo Estudiantil (CEE) de la UACh, en 2017. Durante una estancia académica en la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina, participó seis meses en un recital poético en la Radio Estudiantil de dicha universidad, en 2018. Primer lugar en el Primer Certamen Poético convocado por la Dirección General de Difusión Cultural y Servicio de la UACh, 2018 por su obra “El olmo”. Algunos poemas suyos han sido publicados en la revista estudiantil Crisol, Librópolis y Punto de partida. Publicó su primer libro de poesía titulado Vestigios (Editorial Esténtor, 2022).