Tres poetas italianos

Leemos poesía italiana. En versión de Carlos Higuera, nos acercamos a tres poetas italianos: Aldo Palazzeschi (1885-1974), Franco Fortini (1917-1994) y Nico Orengo (1944-2009). Estos poemas hacen parte de la antología Catorce poetas italianos del siglo XX.

 

 

 

 

 

​​ La selección que hacemos a continuación, se encuentra ante todo pensando en autores al margen de muchas antologías o autores poco conocidos y leídos en español. No por eso menos importantes y sucede más bien el placer de grandes descubrimientos. Esta pequeña antología de poemas responde más a una selección personal, que a una organización cronológica o temática.​​ Es una mínima muestra de diferentes registros, ritmos, tendencias y a la vez, diferentes expresiones humanas: la muerte, el erotismo, violencia, el grito, la soledad y el llanto. Espero​​ que​​ estas versiones cumplan con lo que decía el poeta y traductor Guillermo Fernández:“el traductor es el criadito, el porterito de noche de los textos, uno es el servidor”.

 

​​ Carlos Higuera

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

ALDO PALAZZESCHI

 

 

 

La vieja del sueño Cien años tiene la vieja.​​ 

Ninguno la ve vagar en el día.

​​ A menudo la gente la encuentra durmiendo​​ 

cerca de las fuentes:

Ninguno la levanta.

​​ El dulce rumor del agua​​ a​​ la vieja adormece,

​​ y queda durmiendo en el dulce rumor

​​ de los días, de los días, de los días…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

FRANCO FORTINI

 

 

 

Cantos de los últimos partisanos

 

Sobre el pretil del puente​​ 

Las cabezas de los ahorcados​​ 

En el agua de la fuente​​ 

La baba de los ahorcados.

 

​​ Sobre el cemento del mercado

​​ Los clavos de los fusilados​​ 

Sobre la hierba seca del prado​​ 

Los dientes de los fusilados.

 

Morder el aire morder las piedras

​​ Nuestra carne no es más de hombres

​​ Morder el aire morder las piedras​​ 

Nuestro corazón no es más de hombres.

 

​​ Pero no se ha leído en los ojos de los muertos

​​ Y sobre la tierra haremos la libertad​​ 

Pero han mantenido en los puños de los muertos

​​ La justicia que se hará.

 

 

 

 

 

 

 

NICO ORENGO

​​ 

 

 

​​ 

​​ Acaso el espacio de tu mano

​​ un movimiento abierto en el viento:

​​ en el aire un soplo de confusión,

como la luz tallada por un lirio

​​ Margarita, ¿te tomo o no te tomo?

​​ 

 

 

 

​​ 

​​ Imaginaba

​​ el gesto de tu mano,

​​ una caricia suave sobre un plato de habas.

 

 

 

 

 

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