de La reina del desierto
Deshilachándome
un hilo que sale y tiro
y todo se deshace
y no queda nada, nada
ni el propio hilo
ni mi propia mano
¿Cómo llegamos hasta acá?
hoy me desperté siendo un ciempiés
y me sentí como en casa
salimos corriendo al patio
yo iba más lento
más largo
te reiste y echaste al suelo
para imitarme
ahí me puse de pie
como pude
y empecé a correr sobre
dos de las cien patitas
pasó que las otras noventa y ocho
corrían para arriba
y sali volando,
pudiste agarrame
la patita noventa y nueve
y acá estamos
llegando a Júpiter,
me decís
dejá de correr, pienso
pero no logro pensarlo
cien veces
Cuando hay algo afuera que me asusta
no ladro
trato de imaginar que lo abrazo
y recién cuando la mesa para el té está puesta
miro de reojo mi artillería
tanto que no conozco
que trato de que me salgan más brazos
como una estrella de mar
aunque sean chiquitos
un gesto desesperado
para con lo ajeno
Todavía no elegí quién soy
y no tengo apuro por hacerlo
tal vez elija
ser arraigada como un árbol
o rayada como una cebra
tal vez no elija nada
y no por eso
deje de ser tan intensamente
ese algo no definitivo
Inquietud
¿de tierra
de piedra
de astro?
¿cuando lo gigante tiembla
cómo se lo abraza?
¿o será otra la pregunta
sin respuesta?
Yosana Akiko
setenta y cinco libros
once hijos
una historia de amor
con la poeta
Yamakawa Tomiko
y un poeta
que como todos recuerdan
nosotras podemos
olvidar
Kyoto - Tokyo 1900
susurrar al oído
de quien duerme
sus propios poemas,
Yosana Akiko,
eso, es un acto de amor
como confirmar la existencia
siempre dudosa
de un ser,
como decir,
aquí está tu corazón
estas son tus manos
esta es tu mirada
tus poemas
Un puño cerrado como una fruta
miro mi brazo y veo un árbol
miro mi mano y veo
un puño cerrado como una fruta
mi mano en tu boca es un gajo
mi mano en el suelo una semilla
un puño cerrado sobre la mesa
no es
una fruta
un puño cerrado en una cara
no es
un gajo
hago memoria del futuro
los dientes se me caen al suelo
como pequeños cristales
la lengua me queda grande en la boca
el idioma me queda chico en el cuerpo
chupo mi mano gajo
me como hasta el pellejo
trago mis líquidos
me lloro a mi misma
y entonces
cuando ya nada
queda para ver
escucho