Recientemente se ha publicado en AstrOlabio la "opera prima" de Mariana Zanella "Había pájaros muertos en nuestro patio". Presentamos una breve muestra del poemario.

 

Mariana Zanella es poeta originaria de Puebla, México.​​ Toda escritura es herencia, y​​ su obra​​ no es la excepción; su quehacer poético no está aislado, le anteceden lecturas de otras poetas comunes al lenguaje del dolor y la ruptura. Mariana Zanella se sostiene de​​ la necesidad de nombrar todo aquello que nos hace volar y rompernos, entendiendo la creación poética como un arma, quizá letal, pero esencial para hallar otra manera de ser en el mundo. ​​ 

Su primer poemario, “Había pájaros muertos en nuestro patio”​​ configura​​ la ausencia, el dolor, la imposibilidad, la muerte, la transformación, el sentir una y otra vez, ​​ la intención de convertirse en una​​ parvada de aves azules con voluntad de precipicio.​​ 

 

 

 

***

Me siento en esta silla

sin ocupar tu espacio

a la orilla 

prevengo tu llegada

¿Qué pensará el espejo al no verte?

¿Qué pensará el eco?

                        la rosa

                        el portal

                        las sombras

                        el calor

 

Deséame 

arráncame de este pecho

 

 

 

***

De ti sé lo mismo que de las caídas

cuántas veces se debe vaciar este cuerpo

para llenarse de ti 

el lenguaje se ha vuelto inservible

 

vendrás a mi funeral 

para comprobar que he muerto 

de incertidumbre 

 

me pesa tu nombre 

me pesa el llanto

 

la vida es una ruptura constante

y yo una enunciación que te proclama

 

insalvable

 

encuentra mi cadáver

 

 

 

***

Me enseñaste a pasar hambre

a ahogarme en el aire caliente 

de esta atmósfera

 

el gato se ha quedado fuera

recuerdo alimentarlo 

las mismas veces que me dices te quiero

sintiendo el vértigo desde este suelo 

arrastrándome a la posibilidad 

 

miénteme dime que tú y yo

nacimos en esta cama 

para nombrarnos 

segmentarnos 

perseguir la rabia

abandonarnos 

y morir

 

 

 

 

***

Me alimento de mi hambre

fragmentando mi nombre 

invocándote entre mesas vacías 

dejando moretones 

 

mi corazón un enjaulamiento

latido comprimido insonoro

 

cambiaré la fe 

por impulso 

moriré de impaciencia

moriré de no reconocerme 

si me llamas  

 

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