VALENTINE PENROSE
Nació en 1898 en Mont-de-Marsan, Francia. Valentine Penrose es una figura enigmática del surrealismo, aunque mayormente conocida por su novela La condesa sangrienta, donde explora la mítica figura de Erébeth Bathory, su obra principalmente explora en el ámbito de la poesía. Formó parte del grupo de los surrealistas en París desde 1925, al lado de André Bretón, Paul Eluard o Tristan Tzara, no obstante, una gran parte de la historia literaria registra su existencia entre los surrealistas como la de una musa y no como la de una poeta. En 1926 publica su primer libro de poemas Imagerie d’Épinal. Cahiers du Sud. En su obra destacan las reiteraciones sáficas, la escritura automática, la inclinación por la naturaleza y un cierto hermetismo que la llevó a ser reeditada y re-estudiada hacia el año 2000. Hoy leemos algunos de sus poemas en traducción de Andrea Rivas.
Hierba en la luna
Sobre olas de plumas
todas y todas bellas
expertas en el horizonte
en fiestas de colores
ave que cazas y brillas
acaso eres corazón acaso eres fuego.
Dime que todos los papeles se balanceaban
el viento del adiós sonaba a rosas
dímelo en la esquina verde del salón
los ojos los senos solares el sol
en ellos para siempre para nadie.
El parque cuando el hielo
el sueño abandonado
que pende aún
festones de cordeles chubascos de coronas
alto polvo
lo que una tiene en la cabeza
en los pies en los cirios
a los pies de las verduras de los cirios
eso lo que los ojos someten.
Y tú, en estas vueltas
dotada por la mañana
dotada de norte a sur
ave que cazas y brillas.
Venus
Qué hacen los amantes aman y atormentan
Aman y atormentan para amar aún un poco más
Y para pasar y pasar bajo sus propios árboles
Yacen esparcidos con los brazos desarmados en el bosque
Mascando las puntas de espigas y ramas.
Desocupados inmutables comenzando deteniéndose
Rebaño encantador guardado en un bosque encantado
Por las más fuertes y despreocupadas manos
Qué hacen los amantes aman y atormentan.
Sus idiomas su lenguaje
Sus perlas sus abejas
Su energía cotidiana
Cuando las diosas del amanecer
Cazan orgullosas
Luego la quietud ancestral.
Qué hace los amantes aman y atormentan.
Capricornio
Hay en el aire un olor a oscuridad salvaje
Hay en el aire un frígido olor militar
Un chasquido lacado como el pico de un buitre
Bajo el cielo tirano
Estoy en un banco como las perchas de un gavilán
Un viejo uniforme que se deslava en las ramas.
Y pienso sobre el capitán
Cuya mujer, devota y excitada, da a luz
Mirando a la ventana
Una noche de enero.