Una charla en compañía de Tusiata Avia
Tusiata Avia es una de las poetas más exquisitas en Aotearoa1. Su obra, que hace una invitación a la introspección, le ha valido el reconocimiento de la crítica y un montón de seguidores. En 2020 fue galardonada con el Queen's Birthday Honour y en 2021, su colección The Savage Coloniser ganó el premio Mary and Peter Biggs for Poetry en los Ockham New Zealand Book Awards.
Esa misma colección se convirtió en una especie de fútbol político después de que varios diplomáticos y comentaristas criticaran su contenido por promover supuestamente el «racismo inverso», lo que a su vez provocó que la propia Tusiata Avia fuera objeto de ataques personales. Su respuesta pública fue una contestación prudente pero mordaz a sus críticos, aunque en privado la experiencia fue muy dolorosa.
En esta entrevista, platica con Zara Potts sobre su vida de escritora, lo que la inspira y cómo la poesía le ayuda a dar sentido al mundo.
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¿Has pasado un tiempo en Toi Auaha2, el estudio artístico, cierto?
Solía ir con regularidad por mi grupo de escritores que decidió tener su sede ahí, pero cuando dejamos de reunirnos me sentí un poco sola, y ahora la mayor parte del tiempo trabajo desde casa.
La vida de una escritora suele ser bastante solitaria, ¿o tú qué dices?
¡Qué va, soy demasiado samoana para vivir así! La verdad es que no soy muy fan de trabajar yo sola, ¡no me va del todo bien aislarme en una buhardilla!
Entonces… ¿te inspiras mejor rodeándote de gente?
Nada de lo que escribo ha salido de la nada, no. Soy un ser social y nunca me ha gustado estar por mi cuenta. Cuando todo marchaba bien en el grupo de escritores, era un ambiente muy fructífero para mí como escritora.
Además de las personas, ¿qué otras cosas te causan inspiración?
De donde sea que venga es bien recibida. Últimamente creo que gran parte de mi trabajo ha surgido de los acontecimientos políticos
Tengo que confesar… Nunca había leído nada como esto. Lo sentí muy personal.
¡Fue personal, de hecho! Y el problema de que haya sido así hizo que se sintiera sumamente desagradable, como si fuera un año entero de una cosa tras otra … y eso lo convierte en algo bastante difícil.
Sí, claro, me lo imagino. Desde la perspectiva de alguien que sólo observa debe parecer horrible.
Sí, lo es. Tuve que escribir sobre ello porque es todo lo que tengo. Es la única voz que poseo, y se siente muy pequeña en comparación a la plataforma que ellos tienen. La escritura es mi única voz en el mundo y escribo sobre las cosas que realmente me importan.
¿Te resulta agotador escribir sobre tu experiencia del mundo?
Lo que es agotador es tener que vivir con esta mierda. Escribir es una forma de sobrellevarlo. Es un mecanismo de seguridad para mí.
¿Cuándo supiste que ibas a ser escritora?
Desde muy pequeña. Cuando tenía 10 años y estaba en la escuela intermedia, tenía un profesor que era muy déspota, pero también me alentaba a escribir y me daba la seguridad de que era buena en eso. Y aunque yo sentía que se me daba muy bien, todavía estaba el inconveniente de que para las chicas morenas como yo había muy poco espacio, muy pocos derechos a nuestro favor, y recuerdo haber pensado «las chicas como yo no escribimos». Así que no volví a escribir hasta cumplidos los 30, y fue justo en ese momento que me permití darme rienda suelta en la escritura.
¿Qué tan importante es para un escritor recibir comentarios?
Crucial. Incluso los que yo conozco que son auténticos escritores de buhardilla necesitan de retroalimentación. Los comentarios que recibimos de los lectores, de otros escritores y del público en general son fundamentales. Pero hablando de eso, yo en estoy días me cuido mucho de lo que leo sobre mi trabajo.
¿Es una de las cosas más molestas de la naturaleza humana, no? Puedes recibir un sinfín de elogios y comentarios positivos sobre tu trabajo, pero las críticas negativas son las que más se nos quedan.
Sí, así pasa. Yo trato de mantener una actitud positiva, pero a veces no es tan sencillo como eso. Cuando tenía que protegerme de los ataques políticos, no podía darme el gusto de leer algo y así fue como me perdí muchos mensajes de apoyo.
Creciste en Christchurch3, ¿cómo crees que eso haya influido en ti, si es que acaso lo hizo?
Fue algo turbio. Crecí entre los años 70, 80, cuando no era buen momento para ser una persona morena en este país. Muldoon. Dawn Raids. La gira de los Springbok. Crecí en Aranui4 y entonces quedamos en medio de todo y a la vista de todos. Era consciente de la desigualdad y de la superioridad con la que me observaba la gente, tuve que encontrar una forma de sobrevivir a eso. No es que cada momento haya sido un infierno, pero tampoco fue muy cómodo para mí.
Ahora que ya estás en una edad más madura, ¿cómo ha cambiado tu relación con la cuidad?
En realidad yo dejé Christchurch hace 20 años, luego decidí volver y desde entonces he estado yendo y viniendo de aquí por 16 años. Todavía tengo una relación muy fuerte con este lugar. Tengo una hija de 16 y ahora es mejor para ella de lo que fue para mí. Se siente más samoana de lo que yo alguna vez me sentí.
¿Cómo encontraste esta comunidad creativa en Christchrch?
Probablemente mi círculo más cercano de aquí sea un grupo de escritoras y poetas de Pasifika5 llamado Fika, ellas son mis amigas del alma y nos hemos apoyado mutuamente por años, son increíbles. Pero por supuesto, no todas podemos sentarnos y ser poetas o escritoras, cada una tiene su trabajo y su familia, así que ya no solemos reunirnos como antes.
¿Tienes artistas o escritores de aquí a los que admires fervientemente?
Me encantan algunos músicos, en especial Scribe y Ladi6. Pacific Underground6 lleva aquí desde principios de los 80 apoyando a la gente y produciendo cosas fantásticas. Muchos artistas maorís y del Pacífico han pasado por allí. A mí me parece que para la gente de nuestra comunidad, en realidad la fuerza viene de la música. En cuanto a los escritores, Victor Roger ha sido una roca para mí. Desde el principio de mi carrera fue esencial al hacerme un hueco. Ha sido un apoyo fabuloso y su trabajo no tiene comparación.
Como escritora, ¿qué consejo o conocimiento te ha sido de utilidad?
En realidad, cosas diferentes en distintos momentos. Cada una de esas cosas siempre serán importantes para mí por muchas razones. Pero a los 30, cuando decidí que quería ser escritora, «El camino del artista» de Julia Cameron me ayudó bastante a despejar mi camino de nuevo hacia la escritura. Es fantástico cuando estás empezando y se siente increíble cuando vuelves a él.
Yo misma como escritora, uno de los mayores obstáculos que encuentro a la hora de crear es la procrastinación. Dime, ¿tú procrastinas?
No conozco muchas personas que no sufran con la procrastinación. Tengo un par de amigos novelistas que siempre se las arreglan para superarla, son muy disciplinados y, honestamente, no sé cómo lo logran. Catherine Chidgey es una escritora muy enfocada y en serio la admiro por eso.
Parece ser un rasgo muy común entre los escritores de memorias, poesía o no ficción creativa.
La procrastinación es compleja. Es miedo, es pavor y todo ese tipo de cosas. Es una capa de emociones sobre otra. Lo que a mí me funciona es tener una presión externa, una fecha límite, y así voy trabajando en lo que alguien más me está pidiendo. Si me dejo llevar por mi instinto, tiendo a escribir sólo cuando me siento inspirada o cuando estoy muy molesta y necesito escribir sobre ello.
Probablemente ésa sea la diferencia entre novelistas y poetas.
¡Es una diferencia abismal! Es lo que distingue a un maratón de un esprint: son técnicas totalmente distintas.
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Perros salvajes bajo mi falda
Quiero tatuar mis piernas.
No azules ni verdes
sino negras.
Quiero sentarme frente al tufuga1
sabiendo que me desea dolor.
Quiero que saque su cincel
y martillo
y golpee mis muslos
en toda su circunferencia
como si caminara alrededor del mudo
como si remara a través del océano Pacífico
en una canoa
sabiendo que una vez que has zarpado
y puesto a los perros a bordo
—ya no hay vuelta atrás, Bingo.
Quiero mis piernas filosas como dientes de perro
perros salvajes
salvajes perros samoanos
del sarnoso tipo que muerde a los extraños.
Quiero mis piernas como pulpos,
negros pulpos
que cazan ratas para comer.
Quiero incluso mis piernas como ciempiés
negros
cuya picadura se hincha durante semanas.
Y cuando termine
quiero que el tufuga
se enderece y sepa que no son suyos
que nunca lo fueron.
Quiero asustar a mis amantes
dejar que se sienten frente a mí
y silben entre dientes.
[Traducción de Andrea Rivas]
Palabra samoana para constructor. En este caso refiere al constructor de los tatuajes, hechos de manera tradicional con la técnica de handpoke (N. de la T.)