Sangre de toro
Apenas entro por la puerta y ya todas me saludan de nombre
pinza en el dedo
termómetro bajo el brazo de repente en una camilla
unas manos firmes envueltas en látex palpan sienten saben
que algo anda mal
el sudor baja por la frente hasta
debajo del tapabocas y lo puedo saborear me dicen esto va a doler un poco, inhala y exhala,
pero no parece haber un átomo de oxígeno en este cuarto
el pinchazo ni me duele, mis ojos están corriendo una maratón hasta que una voz me frena:
orina acá
yo, que ni ganas tengo, pienso en las montañas y los cuadros de ángeles en la finca sigo lamiendo el sudor bajo la cárcel del n95, el frasco es una taza de té
al volver hay una silla de ruedas y un chico que la desliza soy una bala mareada atravesando los pasillos
se me cae una media y el chico dice que mis dedos son larguísimos ahora en la camilla, con algo adentro mío, otra vez afuera
que tus pies son enormes insiste el chico en el ascensor
no sé si río o lloro
ya en la camilla helada y yo sin una media
escucho que la enfermera le trae otra almohada a la del lado
no pueden leer su pulso por el esmalte que tiene puesto es muy oscuro dice
se llama sangre de toro
¿cómo? sangre de toro
la enfermera viene y me pregunta si practico alguna religión, y luego se va
¿es ella mi ángel?
me tapa el piecito y se va Dormir un rato a ver si se me pasa pero han traído cuatro vasos inmundos tomar uno cada veinte minutos
un tipo abre un paquete de chicharrón cuánto quisiera comer algo
que alguien dijera “cuerpo de cristo” y yo solo tuviera que abrir la boca para dejar entrar la carne, el milagro, dentro de mí´
así´ todo estaría bien
pero me llevan hasta una máquina enorme que me dice cuando respirar y me calienta la panza con rayos láser
una vez más en la camilla
me quejo hasta que escucho a la anciana del lado gimotear y toser
como si sus alveolos no pudieran ni rasguñar el aire caigo rendida ante la mano tibia en mi frente
ya todo va a pasar, ya todo va a pasar.
Tusa
«Esfuerzo excesivo y penoso», que Nicki Minaj luego traduciría a todo este llanto por nada. La tusa es el alejamiento con el sujeto amoroso que ocurre en la mente de la enamorada. Es mental, y por tanto fingido, porque no es necesario que algo pase en sentido material –en conversación entre enamoradxs– para que el quiebre suceda. Basta una canción en el
momento adecuado, un mensaje sin responder, un verso, para detonar el abismo. Y ese momento de quiebre se vuelve tangible cuando el cuerpo lo imita.
La tusa en Colombia es el corazón de la mazorca, el residuo que queda después de roerlo todo, de extirpar grano por grano hasta saciarse. Pero en Centro América es la hoja que la envuelve: el pecho. ¿Qué es el ser entusado entonces? Hueso seco sin sustancia, o cáscara inútil.
La tusa se vuelve el espacio hostil en el que la entusada (ser enamorado y herido) se revuelca a costa de sí misma. La brecha entre el corazón y las costillas. Es ahora trabajo de la enamorada hacer hogar allí, volver habitable el precipicio, asentarse en el dolor físico detenido en el tiempo. Un shot pa’ la pena profunda. Otro shot pa la mente, pa que el recuerdo no la atormente
Topsy, Coney Island
Ojalá pudiéramos volver a las buenas costumbres
cuando no había mexicanos invadiendo nuestro maravilloso balneario
y el sitio de salchichas lo atendían manos blanquísimas, como las nuestras Podíamos interactuar con los igorrotes semidesnudos detrás de una cerca
vocalizar un simple saludo a ver si entendían y reírnos de los fenómenos
que adoraban nuestra atención: pateábamos hombres pequeños
jalábamos las barbas de las mujeres bailábamos con cuerpos de dos cabezas por unos cuantos centavos
Y siempre me acordaré
de las carcajadas que nos sacaba el domador de la elefanta cuando le daba whisky
y cigarrillos encendidos
hasta el día en que ella lo aplastó
sin piedad alguna Aunque eso no nos haría dejar de divertirnos
y hacer el mejor espectáculo de la costa este La vestimos para la ocasión
sandalias de la muerte
La alimentamos para la ocasión
zanahorias con cianuro
Y demostramos que la corriente alterna era el mejor invento de la humanidad
seis mil seiscientos voltios
después, claro, del cine
Electrocuting an elephant, 1903
porque podíamos recrear a lo largo de todo el país ese magnífico día
en el que nos hicimos respetar como raza y derribamos a esa criatura colosal
con el cerebro del tamaño de un bebé.
Inéditos
Incisivos
Sé que temes que tus dientes se caigan que tienes pesadillas
que no los usas para romper hilos
y mucho menos para destapar botellas
Yo en cambio
con estos dientes mordí´ andenes probé polvo arena plastilina metal
ellos me defendieron de todos mis enemigos: carne dura hermana o monstruo imaginario
En el espejo veo sus cicatrices
tres bordes desgastados y una ranura minúscula todas mis heridas cristalizadas
Cada uno de mis dientes es una piedra tallada a pulso
De Vuelo Sostenido (2024)