Poesía argentina: Enrique Solinas

Leemos al poeta argentino Enrique Solinas (1969). Leemos poemas que hacen parte de El pozo y la cima (Pre-Textos, 2022).

 

 

 

 

 

 

 

 

Enrique Solinas​​ (Buenos Aires, 1969). Es escritor, docente, traductor e investigador. Desde 1989 colabora con publicaciones de Argentina y del exterior. Ha publicado 10 libros de poesía como​​ Signos Oscuros​​ (Buenos Aires, 1995),​​ Jardín en Movimiento​​ (Buenos Aires, 2003, y Lima, 2015),​​ Noche de San Juan​​ (2008),​​ Corazón Sagrado​​ (Buenos Aires, 2014 y México, 2015)​​ El Libro de las Plegarias​​ (2019) o​​ El pozo y la cima​​ (2022), además de las antologías: The way time goes and others poems (USA, 2017), 时光就这样流 (Shanghai, 2017), La mitad de la vida​​ (Perú, 2020),​​ Le grognement (París, 2021). Publicó el libro de cuentos La muerte y su conversación (2007). Ha obtenido diversos reconocimientos como el Premio Nacional Iniciación (1992/1993) de la Secretaría de Cultura de la Nación, Premio Dirección General de Bibliotecas Municipales de Buenos Aires (1993) o el Premio Estímulo a la Creación (2000). Obtuvo la Beca de Residencia Shanghai Writing Program (2014). Parte de su obra ha sido traducida al: inglés, chino, italiano, francés, griego, rumano, portugués y talimi.

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

Desde el pozo

mira hacia la estrella,

enciende la luz del sueño.

 

 

“¿Adónde vas?, dijo una voz

que provenía del cielo.

 

Entonces,

me detuve a responder:

 

 

 

Abrir

 

Que se abra el mundo

como esta voz

dispuesta a decir

lo que no es posible.

 

Que se abra la voz

del silencio​​ 

y que la oscuridad​​ 

desborde su cauce.

 

Que se abra la oscuridad

para que podamos ver

la verdad de todo.

 

Que podamos encontrar

el final del camino

para que el mundo

se abra​​ 

de nuevo

otra vez.

 

 

 

 

 

 

 

El adiós

 

Pueden pasar​​ 

a despedirse”, dijo,​​ 

y las palabras

que provenían del túnel ​​ 

de la esperanza,

se conectaban​​ 

con su boca abierta

la cabeza levemente​​ 

inclinada hacia atrás​​ 

y los ojos,

que miraban sin mirar

el escenario quieto​​ 

del cielo,​​ 

observaban

esta historia

recién amanecida

y claro,​​ 

allí estaba yo,​​ 

testigo oscuro,

un detalle del paisaje, apenas​​ 

un sueño imposible que soñaba

con poemas y canciones de amor.

 

Porque todas las personas que amo

han nacido para desaparecer;

 

porque todo se vuelve inalcanzable

para los que se van sin despedirse.

 

 

 

 

 

 

 

 

Nuit brisé

 

Instante de luz

y ningún otro

el que me lleva

una y otra vez

al dolor​​ 

de las palabras.

 

Cuando cae​​ 

la noche

y su tristeza;

 

cuando cae​​ 

la tristeza

también.

 

Cuando​​ 

a la preciosa

muerte

yo la acuno​​ 

 

y le doy,

le doy,

le doy

 

de comer de mi mano

 

 

 

 

 

 

 

Fe

 

De un lado o del otro,

siempre es la misma música

en el corazón.

 

¿Es verdad o consecuencia

la vida?​​ 

 

La vida,

 

la vida.

 

Esta fe con la que hablo

es la misma​​ 

que me dio

a oscura noche nacer.

 

Es la misma​​ 

por la cual

 

 ​​ ​​ ​​ ​​​​ yo

 

sólo vine​​ 

hasta aquí

para despedirme.

 

"Señor de los pájaros,
Señor del silencio,
algo no termina de llegar
hacia la otra orilla;
algo ha quedado en medio
del dolor y del recuerdo; 

donde las canciones y los poemas
que tanto soñé

van perdiendo su por qué,

van perdiendo

el color del sentido."

 

 

 

 

 

 

 

Invierno

 

Observa el viento entre las hojas

de los libros.

Sus manos invisibles las descorren

con la delicadeza propia

de quien está en ninguna parte,

pero existe,

como un murmullo

en medio

de esta nada.

 

Observa,

compré flores en el mercado

para las novias y los muertos.

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ Lloré.​​ 

Hoy me alegré por tanta

melancolía desierta.

 

En algún lugar del mundo

es primavera

y yo no estoy allí.

 

Soy el invierno,

respiro oscuridad,

bebo oscuridad

y tengo miedo.

 

Ahora,

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ ahora,

 

ahora soy

lo que temo.

 

 

 

 

 

 

 

Pequeña madre

 

Pequeña madre,

Reina del Desconsuelo,

te guardo a la sombra

de mi corazón. Allí,

el viento que te llevó​​ 

regresa

con tu aroma a noche y a destierro.

 

Todo era oscuro y era triste

y nadie sabía qué hacer​​ 

con tanto.

 

Los días de la noche

te siento aquí,

me doy cuenta de​​ 

que estás aquí;

 

por el silencio de tus pies;

 

cuando apagan

tus manos el mundo.

 

 

 

 

 

 

 

Despedir

 

Que mis palabras nunca​​ 

serán lo suficiente para narrar

el dolor del instante,

 

que será fuego,

 

que mi silencio expresará mejor

esta tristeza sinfín.

 

Oscuro corazón, hemos llegado

hasta el lugar donde todo​​ 

está muerto y el deseo,​​ 

el deseo simplemente

ha dejado de existir.

 

Que mis palabras sean devoradas

por el mal de los otros,​​ 

que me asfixien,​​ 

que el miedo,

que soy la noche y tengo miedo aquí,

 

En el bosque,

voy a cantar el miedo​​ 

en el agua de tus ojos.

 

Todo será​​ 

una gran despedida​​ 

y yo me voy,

simplemente me voy,

me voy,​​ 

me voy de aquí.

 

 

 

 

 

 

 

El tiempo

 

Guardo en mi corazón el recuerdo
del último diluvio.
Allí vivieron,
siempre, 
el dolor y la alegría 
de lo que ya no está.

 

Vuélvete, vuélvete tiempo
a tu guarida 
de otoño,
transfórmate en capullo,
gusano de seda,
triste candor,
destierro,
hojas de mora.

 

Para que le concedas a mi voz
las imágenes perdidas
de la infancia en silencio.

 

Para poder mirar 
el mundo​​ 

con los ojos abiertos 
y así sentir 

el pequeño canto​​ 

de los desaparecidos en mi rostro.

“La poesía es esa voz

que nace del cielo.

 

Yo escribo

con esa voz.”

 

 

 

 

 

 

 

Moebius

 

Un hombre muere,

súbitamente,​​ 

en su cuarto de baño.

​​ 

Sin percibirlo

queda allí,​​ 

en silencio,

oscuro de plenitud.

 

Todo se vuelve noche,​​ 

todo se pone triste​​ 

y sin embargo

 

de repente​​ 

un viento violento

y su cuerpo,

 

su cuerpo es luz

 

que se levanta​​ 

hacia la luz.

 

 

 

 

 

 

 

Ascensión

 

Sopla el viento sopla

sobre el agua natal.

 

Descubre el silencio

tus palabras,

en el jardín​​ 

del bosque de la noche

ya no hay alegría.

 

(decime

cómo se hace

para poder vivir)

 

De repente los muertos

somos elevados

por la gracia,

 

animula, vagula,

blandula

 

hasta el bosque

 

del jardín​​ 

del día.

 

 

 

 

 

 

 

Broken night

 

Desconecten los árboles​​ 

y mi corazón

en el invierno​​ 

de esta tarde.

 

Ya no ​​ 

QUIERO

esta oscuridad​​ 

en mi voz,

 

le he dado

lo mejor de mí

a los muertos.

 

Y ahora​​ 

sólo busco

 

el resplandor​​ 

quebrado​​ 

de la noche​​ 

 

en la soledad​​ 

del asfalto.

 

 

 

 

 

 

 

El pozo​​ 

 

Tu madre abrió el sexo

y la música​​ 

para que vengas aquí;

 

abrió las puertas​​ 

del cielo y de la noche

para que vengas aquí;

 

y te dio a sombra

bajo la palabra estrella.

 

Cavó a un pozo

y allí estabas​​ 

bajo el negro árbol

de la esperanza.

 

La tierra te cubrió​​ 

y desde entonces

todo fue duelo​​ 

y fue triste,

 

y desde entonces

 

amaste y sufriste,​​ 

 

con devoción,

 

el pozo​​ 

que te vio nacer.

 

 

 

 

 

 

 

Siempre el verano

a Griselda García

 

Siempre el verano es la estación

que renueva el tiempo.

Promesa y tentación,​​ 

esperanza de cambio,​​ 

la cima del cielo, el deseo ​​ 

de habitar un mundo mejor.​​ 

 

Si aprendo a escuchar,

oiré la melodía más hermosa​​ 

del mundo.​​ 

 

Si aprendo a crecer

sabré que ésa es una forma

de pedir perdón.​​ 

 

Siempre el verano, siempre,

traerá nuevos aires,

nuevas palabras y silencios.​​ 

 

Que sea lo que fuere,

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ aquí estaremos​​ 

a la espera de lo que vendrá,

con los ojos cerrados,

   ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ con los ojos abiertos.

 

Desde la estrella

mira hacia el pozo.

Enciende la oscuridad.

 

 

 

 

 

 

 

 

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