Manual de supervivencia poética
o He dormido en muchos lugares
Alguna vez viajé a Portugal con poemas en la mochila,
dormí en la estación de trenes de Lisboa,
vi letras brotar en los vagones de la madrugada
como quien observa la lluvia sin entender su origen.
Dormí en un muelle de Faro,
me volví arena en las playas del Algarve
y encontré unas sandalias abandonadas en la orilla;
me las puse para no quemarme los pies,
caminé con la certeza de lo ajeno
del polvo que no tiene dueño.
He dormido en muchos otros lugares, pero ninguno como esos.
Comí bacalao en Porto y un hombre me robó la cartera
con un poema mío escrito en servilleta
(letras para llenar vacíos)
tal vez era el texto bueno.
Todo parecía un juego en la frontera del azar,
apreté los dientes, corrí sin dirección
hasta abrazar la puerta de un hostal;
golpeé la madera y el frío me reveló
la íntima fragilidad de ser viento.
Dormí en una Pousada da Juventude,
catorce pulmones compartiendo el aliento,
cambié un poema por una botella de agua
y descubrí el diamante de la poesía.
Otro día, junto al río Tajo
ofrecí mis versos a cambio de una caña
intentando pescar en el río y en el tiempo
como quien busca en el agua un propio reflejo.
Las letras no me han dado nada,
nada, salvo el mundo entero.
He dormido en muchos lugares
y en Portugal supe que lo entregado
te pertenece solo en la pérdida
como un poema suelto
en el bolsillo de un extraño.
y los sueños alka-seltzer
ciudad de méxico son olores
jacarandas ahuehuete
dalia silvestre orquídea fresno tepozán
y son también las alcantarillas azabache
que rozan mis zapatos al andar
más negras que el luto de mi familia al despedirse
del pequeño cuerpo de roxy nuestra perra
cdmx internet para todos
si yo fuese alguien
lo cambiaría para todxs
este lugar es un vaso con agua
y los sueños alka-seltzer
en la mesita de noche
de cada persona que ya no duerme
duele la cabeza
murmullos y dedos sobre teclas
mamá cuando sea grande quiero ser godínez
o algo así es lo que nadie sueña
cielo gris suelo gris concreto gris
sangre roja filero rojo pantis rojos
espero la alborada para ver un color distinto
océano pacífico
lo pienso
mientras viajo dentro de la tierra
pletórica de fuerzas trato de respirar
entre la masa que se amasa más a prisa
caleidoscopio del metro
se multiplica mi piel en los asientos
indómito fue salir intacta de ahí
tuve una quimera mientras comía
tacos de canasta cuatro por veinte
vi el crepúsculo brotar
de la salsa verde cuchareada
de pronto una voz melodiosa
mi mordida interrumpió
güerita le cobro veinte
con mi mano sucia
le di el billete
la travesía algún día llegará a su fin
me despediré de la esmeralda líquida
que descansa en chapultepec con sus patos
la consigna de probar un tlacoyo
se cumplirá como un designio divino
cuando suceda
júpiter cambiará su lugar con saturno
y en el grupo local aparecerá una galaxia más
en total cincuenta y cinco galaxias conocidas
se leerá en el encabezado de excélsior
sol de méxico y el universal
pronto se irá esta sinfonía de claxons
que me acompaña mientras escribo
como playlist de spotify
puesto para concentrarme
no le diré adiós al ébano plantado
hace miles de años en la acera
del edificio en donde vivo
me asusta cuando se mece
con el kilométrico aire
de esta cdmx
que su perfume de lavanda
me obsequió
odio la nostalgia
Garde-moi un secret
La mer est une grand-mère
avec qui on peut parler
quand le monde s'arrêtera.
Guárdame un secreto
El mar es un abuelo
con quien se puede hablar
cuando el mundo se detiene.
Georgina Parra (Tepic, Nayarit) es autora del libro En el pórtico de lo sensible (Ala Ediciones, 2022) y del plaquette literario Vida, muerte, complicidad (2016). Ha colaborado en revistas como Inmóvil, Monolito, Casa Bukowski y Revista Inexistente. Su obra forma parte de las antologías Letras sin Fronteras (Gobierno de México, 2023), Novísimas (Libros del Perro, 2024) y Beso de tres (Medusa Editorial, 2024). Entre los reconocimientos que ha recibido destacan el Premio de Poesía Amorosa del Estado de Nayarit (2022).