Poesía peruana: Rocío Fernández

Leemos poesía peruana. Leemos a la poeta y psicoanalista Rocío Fernández (1988). Publicó, entre otros títulos, Visiones of LA.

 

 

 

 

 

Rocío Fernández Hurtado​​ (Cusco, 1988)​​ es psicoterapeuta.​​ Forma parte del proyecto de experimentación sonora y poesía llamado Sociedad Peruana de Escape. Co-organizó el festival de Poesía Enero en la Palabra en el año 2014 y 2018. Sus poemas han sido publicados en revistas y antologías. Poemarios: Oceánide, Cortejo Fúnebre, Accidentes de tránsito, Visiones of LA.

 

 

 

 

***

 

 

 

 

 

Tríptico de noche

 

Es tu cuerpo una orquesta de necromancia

arquitectura en Sol sostenido

musical de mármol

en ti se hacen patria las migraciones de mi lengua.

Resuena todavía tu acento

que conocí en cada ternario

a espera de un país que no me conoce, pero me canta

Palosanto, oráculo del siglo

en otra era fuimos adoratorios,​​ 

amantes de volcánicas fauces

en un velo terrestre donde todo se sepulta.

 

Tus manos son un ejército de citaras

en ellas la noche avanza (y me conduce) al mismo pub en que te vi nacer

bosques de brazos dibujan tu cara y borran tu cuerpo

se hizo humo la sacrosanta nave que nos condujo a tierra

la tristeza de no verte por el alcohol es una premonición del cuerpo antes del cuerpo

elevo la mirada

purasangre bailando la danza delirante de la vida

 

corto el circuito de la victimización

 

en tu espinazo cardiaco donde me llevas al taxi

y me siento a derribar el espejo retrovisor que mira al pasado

el conductor es un cetrino manso y mudo

mi control interno en modo automático

mi conductor interno un navegante ahogado por el tritón de tus cantos

mi mente se eleva a tus muslos, hijo de Herodes

Aries, te han puesto

de mi nacen ríos, caudales de serpentina

vómito por la ventana

  • estamos al aire  ​​​​ 

  • FILM MUDO  ​​​​ -

vamos ahorcándonos la piel y la luna se hace astro mordiendo tus lunares

docentes en arrancarnos las plumas

cielo de alumbre

animal herido adicto al vértigo

cada cicatriz tuya es un pasaje a Urano

quebramos las esquinas del cuarto como al tarso

metatarso

de un soldado extranjero

bailando la danza de la muerte en la piel del ánima

confundidos en la oscuridad de su trance

introducción a la cosmogonía

a la boca abierta de la habitación que nos devora y conduce a la sala

te recuestas en muros hechos de espuma

bajo el hechizo de la gravedad

la materia es un obstáculo en caída libre

y queriendo desnudarnos del cuerpo

rodamos al vacío de la alfombra

adheridos a la tierra como imanes

aunque el verdadero abismo se encuentre hacia los cielos.

 

Supongo que te conduje a mi negrura

pero despertar y verte es un Ícaro en Caballo Cocha

tu rostro me mira y es una luna diurna

pasajero en onda encantada

un ejército son tus falanges evangélicas dictándome el futuro

y de ti vendrán todos los truenos.

 

 

 

 

 

 

 

Cianotipia

 

Piedra relámpago

es triste este observatorio

hilos de estrellas se acumulan en los números

fecha natal; abandono; primer beso;

tu rostro en la transparencia de un crematorio reluce

multitudes se asoman a tu estatua

tu piel verdosa, dura y cruel como un ángel se eleva:

  • no habrá otro momento para dibujarte  ​​ ​​​​ -

toco tus manos como teclas de un piano

tu rigidez sólo representa el sueño de quien ha vivido

y, vestido de negro como siempre

te entregan al sol de las brasas

 

Es una trampa el deseo

de despertar y volver a ti​​ 

mi cuerpo esta derrotado

es un bulto ardiendo en off:

 

ausentes están las pisadas de tus ojos

en un mar de concreto se esparce tu memoria

aplaudes a media noche deshilando telarañas

haciendo eléctrica la caída

 

Una acuarela fue tu lúcida presencia

en los gemidos de la vida que nos narraba la esperanza

tus instintos, peligrosos aguijones,

demonio blanco en días de cacería,

tu cuerpo se dibuja de pie mientras te acercas a la puerta del horno

un movimiento metálico nos envuelve

el sonido de las brasas, melodía de las esferas

en ninguna página me enseñaron a comprenderte

y ahora te apolillas en la música de Saturno

verde, óseo,

perlado, plateado

te llevo como una maceta en el plexo

jaguar de tamarindo

todos tus días serán memoria.

 

 

 

 

 

 

 

 

Visión de la maquinaria del universo

 

  • inspira  ​​​​ 

  • espira

 

Cierro los ojos, el alma me hiela y se abraza

el temblor me coloniza

juegan conmigo sombras

evasiones de la realidad,​​ 

cierro los ojos atraída por imágenes​​ 

se sientan conmigo los viajeros

los extranjeros

los pasajeros

y yo

ciega en mi certeza

entierro mis manos en el verbo

pero nada puede tatuarse en el lenguaje

mutis borroso del tiempo

fenómeno de obsesión

Ursulina fatal sonámbula

reza por mí y que ardan en fuego los hombres

Yo misma he visto la piromancia de la melancolía circulante

serpiente movible obedeciendo al designio del Ángel de ojos muertos

al toro alado evaporándose en la laguna de las virtudes

parece un esplendor la oneiromancia

y le genero apego:

amor a los adoratorios de adivinación nocturna

enérgicas y fuertes como salamandras

que atraviesan tempestades cobrando vida en la vida

y la iglesia pasa a un segundo plano:

es un guía la vanidad  ​​​​ 

como Juliano embarrándose en el sacerdocio,​​ 

pero yo vine a ver el llamado de la vida

la larva rampante que nace con eternitud de langosta

viene a mí la habitación de la herejía,

cada penetración es un alunaje,

estoy invitada a la cena de la carne,

es Baphomet impostándome una broma,

los falos crecen como árboles en el vientre de cada chica

me recuesto en un cochón de placeres

veo más allá.

 

  • inspira  ​​ ​​​​ -  ​​ ​​ ​​​​ espira

 

Bruscamente estoy rota de huesos por las leyes de la naturaleza

que en vano no dictan

que deje de seducir a un arcángel

el fuego invade mi plexo

el placer pudre la fruta

floreciendo están las sensaciones

Isis en una estrella de seis rayos

el odio coloca el ojo en la espada:

 

“volverás a nacer fiera, en una columna tu mente resplandecerá

y de ti nacerán mansos los magos”

 

pacto con mal espíritu

alegoría al odio​​ 

alma afligida

conduce mi origen al arcano de la sabiduría oculta

y clarísima como una lámpara

dejo entrever mi estrella

la delgada línea que conduce a mi sinapsis

navego más hondo:

la langosta come al hombre,

la cópula de un tango en Nápoles,

Jehová de la mano al misterio del Cuaternario.

Me nombra una voz a elevarme

hombre lunar

verbo y creación del verbo

me entregas la moneda de Quetzal bañada en plata

su luna refleja en mi agua

una orquesta de recibimientos crepusculares

y en el semillero de las pesadillas reposo

vida fatal y profética

en otras tentaciones

 

  • inspiro  ​​ ​​ ​​​​ -  ​​ ​​ ​​​​ espiro

 

El cuerpo se resume a unidad

a trinidad

a ingeniería

solidarizo a todas las partes en mi​​ 

y voy derrumbándome.

 

Domicilio propio es el cuerpo,

un santuario acreditado de otros mantos,

talismán de visitantes y ropavejeros,

es grosero pero eficaz saber nutrirse de otros:

necrófagos insaciables,​​ 

¡sepúltense en todos los mundos!

 

A voluntad me derribo en creación de diversas formas

abierta queda una puerta poderosa:

toda materia es pensamiento puro,

las varas de la incoherencia pidiéndome limosna,

adquiero un cambio alegórico:

escala ascendente de pólvora y sucesión

abandonando el traje disparo a los vampiros de la creencia

nadie es quien es

y las espadas son evocaciones astrales.

 

La duda se estanca en mi enfermedad y tropiezo

pero voy a Impostarme

 

INMOLARME

 

D  ​​​​ E  ​​​​ S  ​​​​ A  ​​​​ P  ​​​​ A  ​​​​ R  ​​​​ E  ​​​​ C  ​​​​ E  ​​​​ R

 

  • inspira  ​​ ​​ ​​​​ -  ​​ ​​​​ espira

 

Aureola de espirales pausadas

era verdad que existe una razón más allá de la filosofía absoluta

absurdos son los brotes del cuerpo.

Ya lo habían dicho los ancianos:

la imaginación es nuestro profeta.

 

 

 

 

 

 

 

Visiones of​​ LA

 

Quincemil años de existencia

y cada vez peor.

Da vuelta a la historia,​​ 

tipifica la península

en la última tumba maya,

Spondylus

entre tumbes y Guayaquil.

Robo ideas

papel de capellades

impresiones de Arguedas en balances sepia.

Robo versos, pero el poeta invita y desvirtúa

me invita a la mesa

y existe.

Dirán que es vertiginoso

pero robo versos de los aguardientes​​ 

esparcidos mientras se derrumba el Perú

y se hace dependiente

y Sucre decide fundar su propio reino​​ 

que será la médula del agua.

 

Robo laberintos de libertador

con los últimos días de Bolívar

que no pudo sobrevivir a América

a Sucre que llegando al Sur se desangra

a San Martín que no se desarticula​​ 

del puño español.

 

Robo la libertad de 200 años

que parece lejana pero aún repercute en casa

con una religión cristiana que se clava más hondo que un crucifijo.

Aun crees en el origen de la técnica de Montage

mi estrategia es más sencilla que un cenicero

o enrollar tabaco en un billete de 20

Robo versos y servilletas

donde se escriben poemas de Benedetti

para sonarse la nariz

y en un país donde se permite el robo

pero no el llanto

prefiero entrometerme en las palabras

robar versos más que morir

y Cecilia, proveyéndonos de líneas blancas

en la taza del baño

sin perder la cordura

o la elegancia

o el propio poema que funciona de guardaespaldas

en un soñadero entrevistando a Valdelomar

o Vallejo tratando de pasar del opio al hachis

y el protagonista sale a la defensa

salen dos haces fúnebres en la generación del cuarenta

se encandilan las pesquisas

se acercan revelaciones en la noche

se conoce a mi abuelo

que apellidaba Diamante.

 

Robo versos,

corales familiarizados con el cristal.

 

Escribo el poema del mundo

y alguien me golpea el hombro,

simulo invisibilidad,

el cuerpo no pide

sino el cuerpo aficionado a la costumbre

la nariz en blanco

que suena en las reuniones

donde los baños son burdeles de crisálidas.

Quizás el mundo cambió por individualidades

y yo, que tengo las mañas del gallinazo

pero aprendí a sobrevivir como un cóndor

robo poemas como obras maestras

que continúan desde el río interesante​​ 

de tu luna oscura

y tu ropa cuando también estás oscuro

¿dónde está el párpado que da rueda a la noche?

y el fuego arde

como tus manos.

Lo sabía, pero antes disimulaba.

Ahora me ofrecen otra puerta

y he comprendido

que cuando llegas a la madurez

empiezas a envejecer.

Robo versos

y hago tratos

que se despegan de mi

pero vuelan conmigo.

Leo, eres el hacedor de todas las habitaciones.

Poeta, no busques mostrar

Sino estar preparado

Agradezco a los manzanos

pero guardo un secreto agrado

por las ciruelas.

 

 

 

 

 

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