Cómo ser un poema viviente:
Lucille Clifton habla sobre el equilibrio entre el intelecto y la intuición en el trabajo creativo y el poder curativo de la conexión
Cada cosa que hacemos, incluso la más pequeña, la hacemos con todo lo que somos y lo que hemos vivido, con cada impresión y cada recuerdo, cada amor y cada pérdida, consciente e inconscientemente constelados en el acto creativo. Una canción codifica toda la historia de sentimientos de su creador. Una ecuación no puede describir por qué cae una manzana sin la comprensión total de su creador sobre cómo funciona el universo. La poesía de la personalidad, —a la que podríamos llamar alma —, es la materia prima de todo trabajo creativo. Escuchar su voz requiere una delicada armonización de lo que sabemos conscientemente y lo que somos inconscientemente: una síncopa de intelecto e intuición.
Al pensar en esto en el contexto de la meditación de Virginia Woolf sobre cómo escuchar tu alma y la insistencia de Nick Cave’s en el poder creativo de confiar en uno mismo, recordé algunos pasajes maravillosos que había guardado de varias entrevistas que Lucille Clifton (27 de junio de 1936–13 de febrero de 2010) dio a lo largo de su larga y luminosa vida.
Un siglo después de que el polifacético premio Nobel Henri Bergson considerara la interacción de la intuición y el intelecto en el trabajo creativo de la ciencia, Clifton retoma la cuestión en relación con el arte en una entrevista de la revista Rattle del invierno de 2002, reflexionando sobre el origen de un poema:
Puedes asesinar poemas, quiero decir, yo lo he hecho, cuando empiezas a pensar demasiado a tu manera y empiezas a intelectualizar, porque creo que un poema tiene que surgir del intelecto y la intuición. Si te dejas llevar por la intuición en exceso, tienes sentimentalismo, lo cual no es bueno, y con demasiado intelecto, hay un montón de cosas que nadie sabe ni le importan. Pero un poema trata de un ser humano en su totalidad y habla a todo el ser humano y tiene que surgir de todo el ser humano, por lo que implicas todo tu ser.
En los últimos años de su vida, en otra entrevista, Clifton retoma el tema de esta totalidad integrada del ser y cómo escuchar su voz:
Un ser humano no está formado por secciones, no está formado por partes. Stanley Kunitz dice que la poesía es la historia de lo que significa ser humano en este lugar, en este momento… Si algo quiere ser dicho, el poema sabe que lo aceptaré… Lo permites en ti. Le permites que haga su trabajo en ti.
La poesía puede ser tan sanadora precisamente porque surge de ese lugar más profundo en el que nos enfrentamos a lo que significa ser humano, el lugar que buscamos con el intelecto pero que tocamos con la intuición. Y ahí, en las profundidades, no nos diferenciamos mucho unos de otros, compartimos los mismos anhelos básicos, los mismos miedos básicos. Clifton reflexiona:
La poesía puede curar. Porque surge de un corazón, puede hablarle a otro corazón.
[…]
Alguien me preguntó por qué quiero sanar el mundo. ¡Quiero sanar a Lucille Clifton! Y afortunadamente soy muy humana, como todos los demás, todos los demás humanos.
Teniendo en cuenta lo que significa ser poeta, añade un sentimiento igualmente válido para cualquier proyecto creativo:
No me gradué en la universidad, lo cual no es necesario para ser poeta. Solo es necesario estar interesado en los humanos y estar en contacto contigo mismo como ser humano.