Si el río abriese los ojos: Antología de la continuidad. Es una selección que reúne voces de poetas venezolanos nacidos a partir de 1990. La muestra nos invita a reflexionar acerca de las diversas identidades que se presentan en la poesía actual venezolana. La escogencia del título rinde homenaje a dos voces que dejaron una huella fundamental en el panorama más reciente de la vida literaria del país: César Panza, con su verso Si el río abriese los ojos qué viera, y Caneo Arguinzones cuando dice que Haber retrocedido al abismo ha convertido la continuidad / en una festiva alabanza. César nos devuelve la pregunta de la identidad sin pretender abrirnos los ojos, sino buscando que habitemos con él la pregunta; defiende lo auténtico mientras nos habla de la impermanencia. Caneo plantea una vivencia corporal que enfrenta a la muerte, pero que, en un detenerse, busca la continuidad de la vida como una “festiva alabanza”. Estos autores y referentes, por siempre jóvenes, son voces desenfadadas, discontinuas, navegantes de lo incierto en el río identitario, vitales, como las que presentamos a continuación.
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Ricardo A. Sarco Lira Farías (Caracas, 1991) es Licenciado en Artes de la Universidad Central de Venezuela y diplomado en Crítica del Arte de la misma casa de estudios, donde ejerce como instructor. Actualmente trabaja para el Archivo Fotografía Urbana en Caracas. Finalista en la IV, V y VII edición del Premio Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas. Sus textos han aparecido en portales web como digopalabra-txt, Contexturas.org, poemassincasa.com y Revista Kametsa, entre otros. Ha colaborado para diferentes medios con textos sobre arte y literatura. Vive y trabaja en Caracas, Venezuela.
Canto a la muerte de Mario
Ansío
espero
desde hace mucho ya
una llamada
que me diga
que mi Mario se murió
«Lo encontraron…
… es una pena…
… tan joven…
… puede identificarlo?»
Pero no llega
Hay algo en el cruel destino
que me roba de ello
De con júbilo
ver el pesar en mi rostro
de encontrar las miradas hondas en la mesa de la abuela
y de alegres exclamar lo tristes que nos sentimos
ya que Mario no está
Por eso pido que suceda
(yo le ayudo)
pero distinto al tato de Gaby
Mario no pide manteca
ni da indicio alguno
de querer morirse de una puta vez
Sin embargo duermo tranquilo
Sé que Mario se muere
y que en su partida no habrá
gloria ni heroísmo
Será un hecho sencillo
perdido en los anales de la historia
nadie escribirá sobre ello
y los niños jugarán
tranquilos
en el parque
y en la Cota 905
acribillarán a una lacra por sapo
Mario sólo dejará
una casa sucia
mi mano de madre triste
y un olor como de mierda con naranja
Porque Mario se muere
como yo
(como todos)
se va oxidando
se va pudriendo por dentro
Le supura el rostro hacia adentro
con todo lo dicho
y le nada tras los ojos
(amarillos)
masa viscosa
y fría
Y mientras sujeto la mano
gorda y amarilla
de Mario
y la aprieto mientras me mira
con ese odio hueco y vacío
miro ansioso
el teléfono
esperando que suene
que repique
y que una voz del otro lado
me diga
me grite
que mi Mario se murió.
Quiero
Quisiera poder escribir
"Juana, Juana, Juana"
que "por ti el viento arquea"
pero la lírica mexicana me evade
(no es mía)
y ser "el marico más marico que haya"
me asquea
(no quiero)
Quiero tu barba
la quijada larga
el sonido grave de tu súplica
y el arco
de tu espalda
(no del viento)
la musculatura tensa ante la herida de flecha
Correspondencia
A Andrea Paola Hernández
Tengo 26 años
y Luis Reinaldo me escribe desde Buenos Aires
Tengo 27 años
y pienso en lo lindo que hubiera sido
enamorarme de Luis Reinaldo
Luis Reinaldo que me escribe
y no le gustan los hombres
que canta en francés y quiere con ternura
con un corazón suave la sangre espesa
de latir pausado
Tengo 28 años
y no me gusta Luis Reinaldo
pero pienso que hubiera sido mejor amarlo
a perder mis 26 detrás de un niño que no me quiso
buscando un padre
o filtrándome lúbrico por las redes
oyendo cosas como “déjame hacerte lo que no te han hecho”
o “dime que no tienes novio para destrozarte tranquilo”
Pero no
Tengo 29 años
y no me enamoré de un Luis Reinaldo
pero sí de una J
una J esquiva que se repite
y de otras letras que se marchan
Tengo 30 años
y ya no me escribe Luis Reinaldo
Abre mis entrañas padre
con tus manos en mí
corrige lo dañado
aunque duela
remueve
escarba
arranca con tus dedos firmes
lo que debilita
aunque las fuerzas se opongan
lucha
pelea con los dientes
por seguir hurgando
que eres mi creador
y yo
tu criatura
cuidame
se gentil con tus manos rojas
acaricia mi rostro entonces
dime que lo he hecho bien
mándame al mundo luego
rehecho
no frágil ya
un hombre
Inédito
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Pamela Rahn / Luis José Glod / Milagro Meleán / Carlos Katán / Jesús García / Érika Manoche Barreto / Yéiber Román / Ana Mirabal Mujica / José Mestre / Michela Lagalla / Kaira Vanessa Gámez