Henry Alexander Gómez (Bogotá, 1982). Magister en Creación Literaria de la Universidad Central y Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas; en la actualidad cursa un doctorado en literatura en la Universidad de los Andes. Es director del Festival de Literatura “Ojo en la tinta”. Dirigió el Taller Distrital de Poesía Ciudad de Bogotá en el año 2018 y 2019 y el Taller de Poesía del Ministerio de Cultura, 2021. Ha publicado los libros Memorial del árbol (2013); Diabolus in música (2014), Premio Nacional de Poesía Ciro Mendía; Tratado del alba (2016), Premio Internacional de Poesía José Verón; La noche apenas respiraba (2018), Mención Honorífica Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz; Georg Trakl en el ocaso (2018); Casa giratoria (2019); Cuentos para hundir un submarino (2021), Premio Internacional de Cuento “Juan Ruiz de Torres”; La torre de los caballos azules (2022), Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández; El tiempo del ruido (2024), Premio Nacional de Poesía Tomás Vargas Osorio. Igualmente, recibió el Premio Nacional de Poesía Universidad Externado, el Premio Nacional Casa de Poesía Silva, el Premio Internacional de Poesía Vicente Rodríguez Nietzsche y, recientemente, el Premio Internacional de Poesía Francisco Brines. Es cofundador y editor de la Revista Latinoamericana de Poesía La Raíz Invertida (www.laraizinvertida.com).
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Lucy
Tres millones de estrellas atrás
Lucy levanta la pequeña hoja de un árbol
y la extiende sobre las nubes para comparar
las formas familiares. Tal vez intuye
el secreto de las cosas pequeñas,
a lo mejor un guijarro, un insecto, una semilla.
Quizás anuncia sin entender
que sus huesos diminutos de australopithecus
serán las vocales justas para razonar la anatomía,
los homínidos
que mudan de dientes cada generación,
el músculo como un molde del tiempo,
la forma de la pelvis para erguirse
en dos patas y así romper la barrera del sonido.
Dice en su portal National Geographic
que mientras el paleoantropólogo
Donald Johanson celebraba el hallazgo
de los restos óseos, en Hadar, Etiopía,
la radio trinaba la canción “Lucy
in the Sky with Diamonds”, de The Beatles.
El paraíso igual a un salón de espejos
para darle un nombre en voz alta
a la geometría de los fósiles,
la aritmética de la música que no posee espacio
y nos ayuda a descifrar la mirada ubicua
de Scarlett Johansson quien recibe con la punta
de su dedo el cerebro de Lucy, minúsculo y
manso como una pequeña luna;
todo para concebir que los humanos solo somos
una pequeña casa flotando en el océano.
Teyuna
(ciudad perdida)
Es de noche y la estrellas
escriben la historia de cada piedra
de esta ciudad oculta por el viento
que silba detrás de la maleza.
La garganta del mar
ha cerrado sus fauces hace mucho,
los tucanes brillan oscuros
desde las semillas que mañana
fecundarán la niebla.
Las mariposas han estado mordiendo
por siglos las voces
que sostienen el cetro
en las manos de Naoma-Kavi,
el sacerdote mayor que sabe
de la oxidación del cobre,
de la nieve que devora la sombra
en la montaña,
y que ahora vaticina la llegada
de los grandes barcos
y los espejos
que no reflejan ninguna luz.
Es más fácil decir que nombrar,
leer en las manchas del jaguar
la mano abierta del universo,
la constelación dormida
que pronto abrirá los ojos
para anunciar la extinción
de Tayronaca,
el dolor y la risa
como una flor que cae,
el rezo amenazado del paujil,
los senderos que se pierden
en la boca que no ve,
el corazón como un agujero
en el pecho de la sierra,
el bisturí que corta
el seno extirpado Haba Seinekan,
Madre y Señora de todas las cosas.
Homo neanderthalensis
Son los homínidos que más tiempo
han estado sobre la tierra,
mucho antes que los humanos modernos
quienes llegaron con sus inventos
para poblar el océano
con tres millones de toneladas de plástico.
Un neanderthal es un ser de viento,
un humano que nos devuelve la mirada
para asirnos con el terror de vernos
a nosotros mismos.
Estos hombres, paridos de la nieve vertebral
de las montañas,
entendieron las formas cambiantes
de la sombra
desde el aleteo del fuego,
grabaron su respiración
en los muros de las cuevas
con líneas que representan
el vuelo de las libélulas,
el talle de la luz sobre los árboles,
o la geometría inacabada de las placas
en el caparazón de las tortugas.
El hallazgo de polen en la cueva Shanidar,
en Irak, demuestra el uso de flores
para los ritos funerarios:
un atisbo de la noche
que prueba la inmortalidad,
sus alas de ángeles abanicando
los nombres de las conchas marinas,
las garras de las aves de rapiña,
el excremento dejado por los mamuts
sobre las planicies de hielo,
el susurro de un idioma de pasos
hoy vencido por la perplejidad.
Aguja
Mirar
por
el
ojo
diminuto
de
la
aguja
y
así
tejer
el
mundo
en
su
justa
medida:
Quizás
sea
lo
más
cercano
a
ver
desde
el
ojo
de
Dios.