María Aveiga del Pino (Ecuador 1964). Ha publicado los poemarios: Bajo qué carne nos madura (Mantis, ed. Quito 1990), Oc (Abrapalabra, Quito 1993), Puerto Cayo (Eskeletra, Quito 2000). El libro de narrativa Cuentos populares y mitos indígenas del Ecuador (Olañeta/Librimundi, España 2003). El estudio etnográfico La Pasión de Jesús. Alangasí, (Premio Ministerio de Cultura del Ecuador 2012). Poemas, (La Cabra, México, 2013). La selección de poesía Deseo y Tierra, la Colección 2alas. (El Ángel Editor, Quito, 2013). Personal Anthology (Valparaíso ed, USA 2019) Antología Personal (Valparaíso, ed, España, 2021). Códice de Voces (Trashumante Ed, Quito, Primera edición, 2022). Códice de Voces. El Cairo 2021 (Llamarada Verde, Bolivia, 2024). Consta en varias antologías de poesía españolas e hispanoamericanas. Su poesía ha sido traducida al italiano, al inglés y al árabe.
El Templo del Cráneo
léeme
en mí está el objeto y el acontecimiento
los ciclos de los planetas y las semillas
la cuenta de los días y la guerra
el poder, el deseo y las geografías
en la partitura de un canto
al igual que el espejo de sonidos y tiempo
en las voces de los infantes y las ballenas
Cantos de Ballenas
Whales play, in an amniotic paradise.
Williams Heathcote
La cima de una montaña emerge del mar
erupciona vapor y átomos fosforescentes.
Grandes burbujas flotan en el aire
llenas de plancton, crustáceos, krill
y mariposas marinas.
Revientan y una lluvia de alimento inunda
su boca.
Sin resistencia se hunde y delicadas cuerdas
en su piel descifran la profundidad del agua.
Cuando la presión se intensifica
desvía sangre al corazón y cerebro
para mantener lucidez.
Viajan junto al nervio giratorio de la tierra
el azimut del sol
el sabor y temperatura de las mareas
y las corrientes que inervan aguas adentro.
Cuando escuchan la primavera
ese sonido al fracturarse el hielo
migran por la extensión de los océanos
para comer o reproducirse.
Conducidas por hilos de música sus voces cuentan sagas de millones de años
ataduras de tiempo.
Los ballenatos reciben el habla
cuando amamantan.
Y las parejas amalgaman en la cópula
los cantos
mirándose el rostro
alcanzan la superficie
y tientan el reverso del cielo.
Las ondas se propagan por doquier
hasta encontrar sus pares
en la ubicación exacta.
Los filamentos enhebran una red
de pulsaciones sonoras.
El tejido de ondas crece por la topografía
del lecho marino.
El canto transita el agua.
Detecta el flujo de sangre en lo viviente.
Ondas metálicas graves y agudas
se posan sobre todo objeto y relieve.
Retornan los ecos y vibran en la garganta oído, cerebro.
Las dimensiones se abren: volúmenes
fluidos internos, peso, forma, distancia.
la secuencia de la materia en el transcurrir
canta la imagen
espejo de sonidos y tiempo es su mirada
Lo útil
Arpones con hocicos dentados abren cráteres
e insertan explosivos en los flancos de la ballena.
Se hunden en el cuerpo que cruzó
la frontera más desafiante
transformarse del mar a la tierra
y retornar al agua.
Restos de pulmones, órganos y ráfagas de sangre
cubren el mar.
Serpientes rojas la espuma de las olas.
Palpitantes islotes de vísceras y grasa
miran cegados al cielo.
Con otro arpón inflan el estómago.
El cuerpo flotante es jalado
y depositado en el barco fábrica.
Los tripulantes con botas de púas y cuchillos
la cercenan enloquecidos.
Muchos de ellos cazados.
Esclavos y amos abyectos al unísono.
Sierras eléctricas, tornos, alambres
tambores rotantes
coronan la destrucción de lo extraordinario.
Carne, grasa, piel y osamentas en los tanques serán hervidas, destiladas, molidas
y almacenadas.
Si hay un feto, dulzura mejor.
Todo es útil.
Aceite, combustibles, lubricantes para lámparas, motores y glicerina para explosivos.
¡las cimas serán decapitadas,
el anhelo!
Sashimis gourmet, carne y grasa comestible,
cubos para sopas, harina para ganado, gallinas y gatos, fertilizantes, piel para salchichas y tambores.
¡mutilarán las cuerdas,
nuestras voces!
Resortes para máquinas de escribir, varillas de corpiños y paraguas, hilo quirúrgico, raquetas, telas.
¡desgarrarán el cuerpo,
los misterios!
Ceras, jabones, esencias, perfumes y cosméticos. Tintas, hormonas, vitaminas, insulina, gelatina para píldoras.
¡beberán la savia, el tiempo!
Los humanos devoraron ballenas y florecieron los puertos industriales: New York, Boston, Tokyo, Leningrado, Lisboa, Valdivia, Buenos Aires, Sydney, Liverpool, Auckland… Muisne.
Ahora van por los delfines y tiburones.
Todo es útil.
A veces es posible la huida.
Durante la caza de las ballenas en los hielos
y sin salida a mar abierto
se sumergen a una velocidad inconcebible
hasta el fondo de las aguas.
Sin claudicar la mandíbula se rompe.
El crujido de un árbol gigante al caer.
Otras
mutilado su cerebro por las explosiones
de la guerra y los sonares submarinos
alcanzan las playas.
suicidio
Pelo azul, ojos negros
Entrevistan a los niños en las cárceles
¿en su propio idioma?
Apresados por cruzar la extensión de la tierra
y las promesas
son ballenatos colgados cabeza abajo
como rosas que alguien seca.
O cabeza arriba como la niña Nohemí.
Se ahorcó con la cortina del baño
luego que la interrogaran.
Los penitentes desgarraron su ano y sexo
la piedra de los misterios.
Antorcha extinta sus largas trenzas.
Detenida y cegada en el aire mira el suelo.
En el deshuesadero una mujer busca el cuerpo.
Alguien le dijo que estaba allí.
Pelo azul, ojos negros.
Él y su cría en el reverso del mar
Imaginaré que es posible retardar el latido
y soportar la profundidad del agua.
Que mis brazos se convertirán en aletas
se alargará el cuerpo y me nacerá una cola.
Seré ballena.
Te llevaré en mi espalda y cruzaremos el mar.
Aún si mueres y hasta que te desintegres
seremos viaje.
Alguien me dijo que al llegar
cuidaremos sus críos y sus viejos
el campo y el fuego.
Pensaremos su idioma.
Limpiaremos escoria y tristeza.
Seremos silencio abrazado a su miedo.
Imaginaré que nacemos nubes
de la exudación del océano.
Ascenderemos acompasados con el romper
de las olas.
Sublevados en el cielo
navegaremos cirrus y cometas.
Imaginé y no es posible.
¿no es posible?
La Quimera existe
tiene ojos grandes y boca eléctrica.
Violenta engulle la presa
luego grácil
acaricia el fondo del océano.
¿por qué hay más transparencia
en la oscuridad?
Una mano se aferra a la borda.
Caen bolsas, chalecos salvavidas y un juguete.
El padre amarró a la hija a su espalda
para cruzar el océano, decía el titular.
Flotantes y olvidados son fotografiados
en las aguas.
Voces
Los ballenatos secretan en su intestino
el ámbar gris.
Expulsado del cuerpo alcanza las orillas
se descompone exquisito.
Es la piedra de los perfumes
las abdicaciones
y Las mil y una noches.
Los infantes fraguan en sus voces
la piedra de las interrogaciones.
Conminado el oráculo por unos ojos acezantes
nombra el mundo, lo inventa
sin tregua para lo inefable.
¿lo que no se puede nombrar?
–¿Qué sucede cuando morimos?
Nuestras voces son arenas del desierto
germinan en la piel y nos nacen árboles.
El tiempo se dobla allí
en cada anillo del tronco.
Las voces se graban
circulan como canicas
por las raíces y se unen a otras
bajo la extensión de la tierra.
–¿Y si desaparece un árbol?
Es el infante que no emitirá
las palabras iniciales ni las de hoy.
El ballenato que no reproducirá
sagas de millones de años.
Es el estupor
ese sonido que invade la carne
deja el cuerpo
y entonces
nuestras voces se transforman
en huevos de larvas
suspendidas bajo la superficie del agua.
Cuando eclosionan el sonido viaja
juega como los caballitos del diablo.
–Sí, me gustan los caballitos.
La música cabalgará por la extensión de la tierra
enlazará al tiempo.
Te sabré de mi edad
y tu reirás ante la mía.
Entonces nuestra mirada será
un espejo de sonidos.
Entonces nos escucharemos.