Poesía norteamericana: Jamaal May

Presentamos, en versión de Francisco Larios, dos textos del poeta norteamericano Jamaal May (Detroit, 1982). Es editor y maestro de Detroit, Michigan, donde ha enseñado poesía en las escuelas públicas y trabajado como ingeniero de sonido.  Su primer libro de poemas Hum  (“Canturreo”), publicado por Alice James Books (2013), mereció el Premio Beatrice Hawley.   Ese mismo año ganó también el premio de poesía de la Indiana Review.

 

 

 

 

 

 

 

Hay pájaros aquí

 

 

A Detroit

 

 

Hay pájaros aquí,

hay muchísimos pájaros aquí,

eso es lo que trataba de explicar,

mientras otros decían que esos pájaros eran metáforas

de lo atrapado

entre los

edificios. No.

Los pájaros están aquí

para hurgar por su pan

que las manos de la niña parten

y lanzan como confeti.  No,

no quiero decir el pan es desgarrado como algodón,

dije confeti, y no,

no el confeti

en el que un tanque puede convertir un edificio.

Quiero decir el confeti

por el cual un muchacho no logra dejar de sonreír,

y no, su sonrisa no es del todo

como una calavera.  Y no,

su barrio no es como una zona de guerra.

Lo que quiero decir

es que su barrio

es tan andrajoso y emperifollado

como todo lo demás

tan sombra perforada por el sol,

tan luz cortada

por danza-de-sombras como todo lo demás,

pero ellos no paran de decir

qué hermosas las ruinas,

cuán sufridos los adorables

niños deben ser en esa ciudad sin pájaros.

 

 

 

 

 

 

 

Canturreo del rayo

 

 

Por supuesto que podría ser seda.  Unas cincuenta yardas

de lo más cercano al agua para el tacto,

o igual podría ser punta de lanza

 

hiriendo a un hombre entre yelmo y hombrera.

Pero ahora que la lluvia hace de esta ciudad un ruidoso

borrón, el relámpago arriba

 

y se marcha casi a la vez.   Es lo que quiero

ser en este instante, en este portal,

pues por más que adoraría ser destello de seda

 

sobre cualquier codo,

por más brutal e impecable que sería volar

desde una ballesta silbante y extinguir un hombre

 

a mi llegada, nada es comparable

a aquel momento en que engullo la oscuridad,

trazo sombras a cortos pincelazos en la pared,

 

y empiezo un conteo regresivo

en dirección al trueno.  El conteo que me dice

estoy así de lejos, estoy así de cerca.

 

 

 

 

 

There Are Birds Here

 

                                 

                                     For Detroit

 

There are birds here,

so many birds here

is what I was trying to say

when they said those birds were metaphors

for what is trapped

between buildings

and buildings. No.

The birds are here

to root around for bread

the girl’s hands tear

and toss like confetti. No,

I don’t mean the bread is torn like cotton,

I said confetti, and no

not the confetti

a tank can make of a building.

I mean the confetti

a boy can’t stop smiling about

and no his smile isn’t much

like a skeleton at all. And no

his neighborhood is not like a war zone.

I am trying to say

his neighborhood

is as tattered and feathered

as anything else,

as shadow pierced by sun

and light parted

by shadow-dance as anything else,

but they won’t stop saying

how lovely the ruins,

how ruined the lovely

children must be in that birdless city.

 

 

 

 

 

 

Hum for the Bolt

 

 

It could of course be silk. Fifty yards or so

of the next closest thing to water to the touch,

or it could just as easily be a shaft of  wood

 

crumpling a man struck between spaulder and helm.

But now, with the rain making a noisy erasure

of this town, it is the flash that arrives

 

and leaves at nearly the same moment. It’s what I want

to be in this moment, in this doorway,

because much as I’d love to be the silk-shimmer

 

against the curve of anyone’s arm,

as brutal and impeccable as it’d be to soar

from a crossbow with a whistle and have a man

 

switch off upon my arrival, it is nothing

compared to that moment when I eat the dark,

draw shadows in quick strokes across wall

 

and start a tongue counting

down to thunder. That counting that says,

I am this far. I am this close.

 


 

 

 

 

 

Datos vitales

Jamaal May es un poeta, editor y maestro de Detrot, Michigan, donde ha enseñado poesía en las escuelas públicas y trabajado como ingeniero de sonido.  Su primer libro de poemas Hum  (“Canturreo”), publicado por Alice James Books (2013), mereció el Premio Beatrice Hawley.   Ese mismo año ganó también el premio de poesía de la Indiana Review.  Su obra ha aparecido en revistas tales como Poetry, Poughshares, the Believer, New England Review, y Kenyon Review.  Jamaal obtuvo un MFA (Maestría en Bellas Artes) en el Warren Wilson College, y ha recibido fellowships de Cave Canem y del Stadler Center for poetry.  Es editor-fundador, diseñador gráfico y cineasta del Organic Weapon Arts Chapbook and Video Series y docente en la MFA del Vermont College of Fine Arts.

 

También puedes leer