Poesía francesa: Boris Vian

Presentamos dos poemas de Boris Vian (1920-1959). Músico, cineasta y escritor, que marcó la vida cultural de Francia y Europa a pesar de su prematuro deceso. Representante de la contracultura, la anarquía y la reinvención de los géneros clásicos, el prolífico artista —más de 10 novelas, 6 poemarios, incontables ensayos y canciones que firmó indistintamente bajo 39 heterónimos diferentes— influenció a un sinnúmero de músicos y poetas de la segunda mitad del siglo XX, particularmente a la segunda generación de la Chanson Francaise (Georges Brassens, Jacques Brel, y Charles Aznavour, entre otros) y a escritores tan dispares como Ives Bonnefoy y Bertrand Blier. Varias de sus novelas fueron adaptadas al cine y, dato curioso, Boris Vian murió de una arritmia cardiaca en la première de una película basada en su novela J’irai cracher sur tous vos tombeaux (Iré a escupir sobre todas sus tumbas) y con la cual él siempre estuvo en desacuerdo. A continuación, dos traducciones en versión de Camilo Rodríguez.

 

 

 

 

 

La vida es como un diente

 

La vida es como un diente

Al principio no piensas en él

Te has contentado con masticar

Y luego, con frecuencia, se echa a perder

Te duele, y te importa

Y te lo curan, y los problemas

Y para que estés realmente curado

Tienes que arrancarte, la vida

 

 

 

 

 

Por qué vivo

 

Por qué vivo

Por la pierna amarilla

De una rubia mujer

Apoyada en la pared

Bajo el pleno sol

Por la vela redonda

De un puntudo[1] del puerto

Por la sombra de persianas

El café glaseado

Que se bebe en un tubo

Por tocar la arena

Ver el fondo del agua

Que deviene tan azul

Que desciende tan bajo

Con los peces

Los calmos peces

Pastan al fondo

Vuelan encima

De las algas cabellos

Como pájaros lentos

Como pájaros azules

Por qué vivo

Porque es lindo

 

 

 

 

 

La vie, c’est comme une dent

 

La vie, c’est comme une dent

D’abord on y a pas pensé

On s’est contenté de mâcher

Et puis ça se gâte soudain

Ça vous fait mal, et on y tient

Et on la soigne et les soucis

Et pour qu’on soit vraiment guéri

Il faut vous l’arracher, la vie

 

 

 

 

 

 

Pourquoi que je vis

 

Pourquoi que je vis

Pour la jambe jaune

D’une femme blonde

Appuyée au mur

Sous le plein soleil

Pour la voile ronde

D’un pointu du port

Pour l’ombre des stores

Le café glacé

Qu’on boit dans un tube

Pour toucher le sable

Voir le fond de l’eau

Qui devient si bleu

Qui descend si bas

Avec les poissons

Les calmes poissons

Ils paissent le fond

Volent au-dessus

Des algues cheveux

Comme zoizeaux lents

Comme zoizeaux bleus

Pourquoi que je vis

Parce que c’est joli

 

 

[1] En francés, “puntudo” (pointu) es el nombre de un tipo de barcos pesqueros tradicionales del mar mediterráneo que abundan en los puertos de la costa del sureste de Francia.

 

 

 

 

 

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