Nueva poesía europea: Alexandre Bonnet-Terrile

Versopolis es un programa europeo de literatura que cuenta con el apoyo de Europa Creativa, el propósito que tiene es el de promover la poesía escrita por los jóvenes poetas europeos a través de una serie de festivales con distintas sedes en Europa como los que dirigen nuestros amigos y colaboradores Ales Steger y Mite Stefoski, directores de los festivales Days of Poetry and Wine, en Eslovenia, y el Struga Poetry Evenings, en Macedonia, respectivamente; en Círculo de Poesía creemos en la literatura que están escribiendo estos jóvenes poetas y hemos decidido presentar a cada uno de los poetas que han sido seleccionados en este programa. En esta ocasión presentamos, en versión de Álvaro Vallarta, al poeta francés Alexandre Bonnet-Terrile. Nació en 1999. Por su primer poemario, Les Numérotés, recibió el Premio Apollinaire de novedad literaria. Otros poemas suyos han aparecido en revistas europeas como Poésie premièreLichen y Place de la Sorbonne. Bonnet-Terrile participó en la 14° edición de la Biennale internationale des poètes en Val-de-Marne. La poesía de Alexandre conmueve por su construcción de atmósferas perturbadoras y, aunque conserva los matices del simbolismo francés, su rigor lírico es un hallazgo carnoso que oscila entre el pesimismo y la ternura.

 

 

 

Las manos en la noche

 

I

 

Los alrededores de Pisa son tan griegos y ocres que todo allí está desgastado.

Atraviesa igual que un silencio la guerra.

En el cielo yacía aquel azul herido por el amanecer.

Desde su fondo las ventanas perforaban grupos de miradas.

Imaginaba que un perro salvaje devastaba los jardines, pero nunca abandoné el camino recto.

Madre y padre se adelantaron, pero él los alcanzó después.

No lo reconocieron, o tardaron en reconocerle, y al final partieron sin recordar el campo.

Una brisa causó este remolino de curvas a la orilla del bosque para quitarles la vida.

A pesar de todo, ni ella, ni el padre, ni el hijo se desplomaron bajo tierra.

Cerca de las nubes a ras del suelo encontraron yerba ceniza; el trigo ayer se derrumbó luego del fuego.

De cualquier parte alguien vino, desnudo más que un corazón, a llevárselos más lejos.

 

 

 

Les mains dans la nuit

 

I

 

La banlieue de Pise est fort grecque, jaunâtre, des choses y finissent.

Il la traversa comme un silence la guerre. 

Au ciel un ancien bleu gravement s’ensoleillait. 

Du fond des fenêtres perçaient des sociétés de regards. 

Il devina qu’un chien des collines avait ravagé tous les jardins, ne quitta la route droite. 

Mère et père étaient partis devant, qu’il rejoignit. 

Ils ne le reconnurent, ou très peu, et gagnèrent les trois sans souvenirs la campagne. 

Une brise fit grouiller de tant de courbes l’orée d’un bois qu’ils prirent la vie en dégoût. 

Malgré quoi l’un ni l’autre ni le fils ne se jeta sous terre. 

Non loin dans les nuages bas trouvèrent des champs – des cendres; le blé avait croulé après le feu d’hier. 

Venue d’où, une, plus nue que le cœur, les mena au-delà.

 

 

 

II

 

Estas sombras amanecen cada día más húmedas. Más temprano que tarde su presencia será indescriptible. Permíteme congelar en mi arena sus últimos traspiés y ésta poca luz que alrededor elude nuestras sombras.

Sombras con frecuencia traen hasta mis labios palabras como “guerra”. Todo antes de acabar me pide sombra. Mamá, papá, tú, el hermano y la señora de los jueves tienen música y primavera, pero igual tienen una sombra. Yo los adoro como el motivo de mi soledad y los amaré después como la causa ensombrecida de mi muerte.

 

 

 

II

 

Les ombres se mouillent chaque matin davantage. Ce sera bientôt – leur présence – inqualifiable. Ici je fige donc leurs derniers ébats dans mon arène et le peu de lumière qui leur échappe encore, autour.

Elles portent à mes lèvres souvent le mot de «guerre». J’aime à penser qu’elles s’affrontent pour mon regard seul, avant qu’il ne cesse de finir. La mère, le père et toi, le frère, et

Madame qui vient le jeudi, où il fait printemps, pour la musique, et d’autres ombres ; je vous adore comme la raison de ma solitude prochaine et comme, ensuite, la cause de mon trépas.

 

 

 

III

 

En París esperamos a Grecia por una noche. Era tiempo, yo escuchaba desde mi cuarto la tonada de mis amigos -su sola melodía sin ritmo que alguien compuso para ser amado y luego se murió. Amigos, por encima de todo, les voy a decir (como si pudieran entender lo que les digo): “F-A-R-W-E-L-L”.

Son cosas tan lejanas, cosas que ocurren en la tarde, cosas que solo suceden en inglés:

Recuerda que esa lengua es una lengua mujer.

 

 

 

III

 

À Paris, nous attendions la Grèce comme un soir; c’était l’heure, j’écoutais depuis notre chambre la musique des amis – la musique des amis a le rythme seulement, quelqu’un la composa, je pense, juste avant d’aimer, puis mourut –, ces hommes ; par dessus, tout bas (comment pouvait-elle entendre ?), « Adieu ». 

Chose lointaine, chose de l’après-midi, chose anglaise; souvenue ; femme à langue. 

 

 

 

IV

 

Aún la noche aquella iba cantando más resignada que septiembre; yo la miré con ojos cortados por el manzano de todos sus horrores; ella también me vio más allá de la noche hasta perder los ojos por sus lágrimas y finalmente se fue por el túnel de su propia boca.

 

 

 

IV

 

Encore l’autre nuit chantée plus bas que septembre je la vis aux yeux fendus près du pommier de toutes les horreurs et elle me voyait au delà de la nuit et elle perdait peu à peu ses yeux par les larmes et elle disparut enfin par le trou de sa bouche.

 

 

 

V

 

Y qué decir de nosotros, vientos de sombra movidos por el sol. Bosque muerto a la izquierda, bosque muerto a la derecha; oscurecido bosque de la muerte. Afortunadamente estamos…

 

 

 

V

 

Quant à nous, vents d’ombre poussés par le soleil sur la route. Forêt morte à gauche, à droite ; il y fait déjà nuit ; forêt de mort. Heureusement que nous…

 

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