Brilla sobre mí un sol que invento, libro de Mateo Morrison

Círculo de Poesía Ediciones ha publicado el nuevo libro del poeta dominicano Mateo Morrison (1946). Dirigió el taller literario César Vallejo, el más importante de República Dominicana, del que emergieron voces de autores como José Mármol, Plinio Chaín, León Félix Batista y Basilio Beliard. Recibió la distinción Salomé Ureña de Henríquez y el Premio Nacional de Literatura en 2010.

 

 

 

 

 

 

 

Mateo Morrison​​ (Santo Domingo, 1946) es​​ Licenciado en​​ Derecho y Máster en Filosofía por la Universidad del País Vasco.​​ Ha sido profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo donde por muchos años dirigió su área cultural y fundó el taller literario César Vallejo en 1979, de este taller emergieron voces de magníficos poetas como José Mármol, Plinio Chaín, León Félix Batista y Basilio Beliard. Recibió la distinción Salomé Ureña de Henríquez y el Premio Nacional de Literatura en 2010. Fundó con algunos amigos el grupo cultural Antorcha, en donde se formaron los grandes poetas de la generación de la postguerra, como Antonio Raful, Soledad Álvarez o Alexis Gómez Rosa. Ha dirigido diversos encuentros poéticos como la actual Semana Internacional de la Poesía de Santo Domingo y también fue nombrado Viceministro de Cultura de su país. En el suplemento cultural Aquí publicó durante 20 años la obra de los autores más jóvenes de la poesía dominicana, a partir de la llamada generación de los ochenta, ejerciendo un magisterio cultural que ha dejado una huella muy importante en las nuevas generaciones de poetas dominicanos.

 

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

I

 

 

Intento destronar el mar

 

A Tony Raful

 

 

Intento destronar el mar con mis palabras

a cada trazo cuestionar su existencia

que las piedras formadoras de islas

respondan hace cuánto tiempo impasible

reciben el golpeo de los mares

y los hombres que creyéndole brazos jugueteaban

y dejaron sus esqueletos entre sargazos

que nos digan si en su fondo es también el mar

desafiante y bravío.

 

Que los que fueron a sus orillas

tomados de la mano, hablen si es cierto,

que en vaivenes rebosan el corazón de los amantes.

 

Y que cardúmenes a coro nos relaten

¡cómo es posible vivir en una habitación de tantas aguas!

Y lo de la sirena,

si es cierta su existencia y sus encantos

y si no, seguir escuchando sus voces en los sueños;

entonces el mar es un contraste de la vida con la muerte

(plenitud de la vida).

Por eso

intento destronar el mar con mis palabras.

 

 

 

 

 

 

 

 

Textos innombrados

 

 

3

 

La daga que construyes para herirme. El cuchillo Imantado que lanzas a mi pecho.

La tea con que incendias mis pisadas. La herida en mi descuidado rostro.

Las abejas que entrenas para emponzoñar mi espíritu.

Las aguas infectadas del jardín que cultivas para ensañarte en mi cuerpo derribado.

El pistoletazo que buscaste en el poema de Mayakovski para penetrar en mi sien.

Los restos de cicuta que indagas en la historia para que su esencia destruya mis entrañas.

Las investigaciones que avanzas para aprender y aplicarme las torturas más sublimes de la postmodernidad.

La cámara de gas que fuiste a conocer para estudiar la posibilidad de mi holocausto particular.

La mirada que exhibes cada mañana forzando a refugiarme en la quietud.

¿No son suficientes para detener tus asedios a mi sombra?

 

 

 

 

 

 

Tempestad del silencio

 

La tempestad que desató el silencio aún no se detiene. Residuos de sol convertidos en bosques. Seres desnutridos emitiendo sonidos que quizás se inventaron en la prehistoria de sus meditaciones. Territorios enormes poblados de animales perseguidos. Vegetales cortados y lanzados al fuego.

El odio y el amor cambiaron de lugar, pero no de intensidad. Sobre el azar renace el vacío y una línea se aleja de su huella.

El día y la noche harán su mudanza sin ser medidos por un reloj. Al lado los perros contemplan la forma en que los humanos hacen el amor.

La llamada envuelta en el timbre inconfundible de tu voz me recuerda que aún la luna existe. Trato de reptar por las calles para encontrarla. Paredes inmensas me lo impiden. Entonces imagino su reflejo en tus ojos.

Nuevos obstáculos me obligan a verla a su regreso. Tendrá adheridos movimientos de tus pestañas, profundidad de tu iris y un arder estrellado de pensamiento veloz. Será un astro nuevo vivificado por ti. Desde mi dolor callejero construyo una luz que también piensa. Dilatadas mis palabras en tu alfabeto nuevo y lunar.

 A la distancia un instrumento que desconozco reafirma la riqueza de la música.

Lo natural se volvió artificial hace un instante. No sabemos si es mejor regalar flores o decoraciones plásticas para consumar rituales amorosos.

Llega un imán enorme que me impulsa a volver a las grutas. Ahora cercano a la planicie percibo signos que anuncian la ampliación de las ciudades. Agotado salgo junto a reptiles a ver los nuevos rostros que inventa mi extrañeza.

Quiero un río que lave mi cuerpo maloliente. Sólo encuentro paginas vacías en el instructivo que dejaron en mi pecho. Despierto junto a un lecho de gladiolos.

Como pueden observar he perdido la razón. Trato de recuperarla en este instante que aprovecho para decirles quien soy. Como debo ser breve, se me agolpan las palabras y combino los diversos lenguajes. Sé que se preguntan de dónde viene mi voz, mi rostro, mi existencia.

Salí de un cataclismo supongo. El tiempo se recuesta en mi hombro izquierdo y deja descansar mi costado derecho para que me recorran las hormigas.

 

 

 

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