Presentamos la segunda parte de la muestra de poesía canaria preparada por el poeta y traductor Mario Domínguez Parra. En esta oportunidad, Domínguez Parra nos ofrece un espectro de autores que van de algunos nacidos a finales de los años sesenta hasta poetas nacidos en los noventa. Yeray Barroso, Iván Cabrera Cartaya, Diana Álvarez, Roberto García de Mesa, Tina Suárez Rojas, Rafael-José Díaz, Silvia Rodríguez, Verónica García García y Paula Nogales Romero componen la nómina de autores.
Yeray Barroso (Tenerife, 1992) es estudiante de Grado en Filología Hispánica en la Universidad de la Laguna. Su poesía ingenua está recogida bajo el título Hilando el alma en Ediciones Aguere/Idea. Ha publicado algunos artículos literarios en el suplemento cultural El Perseguidor, del Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). También colabora en la revista digital www.papirucucus.com. Su blog es www.yeraybarroso.blogspot.com.
tentativa de escalera
Una incisión en el párpado
de una aguja
en que solo la poesía
sabe cómo desconocerme
habitaciones perdidas y yo qué era
retretes
saludan agua olora, colora y vomitiva.
Hay orillas sin isla
y nacimientos sin qué sabré
no han probado este plato
con tentativa de escalera
y vista dolorida.
No he llovido desde la última muerte
No he llovido desde
la última muerte.
Me lo está diciendo el corazón
y las intempestivas lunas
sobre los ombligos
de este mes incierto.
Si fui agua no recuerdo
mas charco de hielo
es esta cabeza
cortada de olvidos.
Ya la vista no me alcanza
a ver el suelo,
se llevó mis ojos
la nación de buitres.
Creo que olvidé hasta la hoguera
que sometió mi vuelo
dejando impresa mi sonrisa.
No olvidé que desde entonces veo.
* Ambos poemas pertenecen al poemario inédito El diablo muda de piel.
Iván Cabrera Cartaya (Tenerife, 1980). Es licenciado en Filología Hispánica y Filología Clásica por la Universidad de La Laguna, donde también cursó estudios de Historia del Arte y de Filosofía. Ha obtenido el Primer Premio de Poesía en la convocatoria que realiza esta universidad en los campos de la creación literaria y la traducción en dos ocasiones con Cuanto más amo a la palabra y Celebración del instante, el Premio Internacional de Poesía Luis Feria en 2000, el Premio de Poesía Félix Francisco Casanova en 2001, el VI Premio de Poesía Joven Antonio Gala en 2012 o el 2º Premio en el XIII Certamen de relato hiperbreve Villa de La Orotava en 2013. Participó en el programa cultural Canarias Crea en 2003 (Casa de América, Madrid), en el curso Filosofía y Poesía (organizado por la Facultad de Filología de la Universidad de la Laguna durante el curso 2004-2005) y en la exposición La poesía en sus trazos, coordinada por Alejandro Krawietz en la Biblioteca municipal de Guía de Isora (Tenerife). En el año 2004 presentó la poesía completa de Saulo Torón, reeditada por Interinsular Canaria. Intervino en el III Congreso de Poesía Canaria (celebrado en 2006 en la ciudad de La Laguna) y en el II Encuentro de Jóvenes Escritoras y Escritores Canarios, celebrado en el Cabildo Insular de Tenerife durante febrero de 2009. Durante el mes de marzo de 2009 participa en el Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias (COAC) en el ciclo de lecturas Paisajes, palabras, territorios. Jóvenes poetas en la isla. En el mes de noviembre de 2010 intervino en el curso Ética y literatura contemporáneas en tiempos de encrucijada, celebrado en la Universidad de La Laguna. En noviembre de 2009, 2010 y 2011 participó en el encuentro cultural 3 Orillas. Durante febrero de 2010 colaboró con un ensayo en el libro colectivo Presencia de José Ángel Valente (2010), publicado por la Universidad de Santiago de Compostela, y participó en el curso José Ángel Valente: una perspectiva internacional, celebrado en Santa Cruz de Tenerife durante noviembre de 2010. En mayo de 2012 participó, junto al poeta Sergio Barreto, en el «VI Festival Internacional Palabra en el mundo. La isla en peso», en la Casa-museo Benito Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria. Durante el mes de febrero de 2013 participó, junto al poeta Sergio Barreto, en el Día del Libro con sendas lecturas de poemas en Las Palmas de Gran Canaria y en La Laguna. Poemas suyos se recogen en la antología Poesía canaria actual (a partir de 1980), de Miguel Martinón, y publicada en Tenerife por Ediciones Idea. Colabora habitualmente con poemas, ensayos, relatos, reseñas, entrevistas y notas en la prensa insular y en revistas como Can Mayor, Vulcane, Piedra y cielo, Cuadernos del Ateneo, Nexo, La alegría de los naufragios, Transparencias, La salamandra ebria, Los papeles mojados de río seco, Cuadernos Hispanoamericanos, Isla negra, Kafka, Poesía digital, Las razones del aviador, Narradores canarios actuales, y en el Anuario del Instituto de Estudios Canarios. Es miembro fundador, junto a los poetas Sergio Barreto, Alejandro Rodríguez-Refojo y Francisco León, de la colección de plaquettes Léucade. Ha publicado algunos relatos como Famara (Segundo Premio de relato corto Juventud-Cultura Canaria, 2006), Tarde de un día (accésit de relato corto en el certamen Cruzarte, 2008), Habla Mnesárquides (primer accésit en el I Certamen de relato corto Félix Casanova de Ayala, 2010) o En la casa del padre (accésit de relato corto en Cruzarte, 2010), y los libros de poemas Arena (Premio de poesía Pedro García Cabrera, 2001), Obsidiana (Premio de poesía Julio Tovar, 2004), Fragmentos de sentido (Premio Emeterio Gutiérrez Albelo, 2006), Cariátides (Premio Hispanoamericano de poesía Juan Ramón Jiménez, 2007), Bajo el cielo innumerable (accésit del Premio de Poesía Tomás Morales, 2007), Un sueño de esplendor (2010), Diálogo en el desierto (2011), Para ser recitado al viento sibilante seguido de Sangre de eclipse (2013) en colaboración con el poeta Sergio Barreto, o Creencias de verano (2013) y el libro de entrevistas Bajo la bóveda del tiempo. Conversaciones con Miguel Martinón (2009), además de realizar el prólogo para la reedición del libro La vida de Rubén Darío escrita por el mismo seguida de Historia de mis libros (Artemisa ediciones, 2007) y colaborar en la realización de la Enciclopedia de la Literatura Canaria (2007). Poemas suyos han sido traducidos al italiano y al griego moderno. Es profesor de español y ha trabajado también como guionista para documentales de arquitectura en Canarias.
Al administrador que viene a cobrar sentido
Míreme bien.
No tengo nada que ofrecerle.
No conservo billetes ni monedas,
sino deudas e impagos
en los locales públicos,
donde pido constantemente
flores de magnolia
y gladiolos recién sacados de la tumba.
¿Ve usted?
Soy sólo el cliente tendencioso
que bautiza los vasos derramados
mientras contempla al viejo camarero
lavar inagotables platos.
Lo contemplo y aprendo:
él, lava platos; yo, lavo mis pensamientos
para poder sentir de nuevo
lo que me he olvidado de sentir.
Miro cómo se lustra la vajilla
y vuelvo a la penumbra.
La luna de la noche de verano
alimentó durante muchos años
mi sensibilidad; ahora,
la purpúrea muchedumbre
del flamboyán la adorna.
¿Comprende?
No tengo nada porque nada es mío.
Alguna vez contemplo
una sonrisa desde una mesa de mármol
o a un cazador de patos que equivoca su presa.
Eso es todo.
Creo sinceramente
que en muchas ocasiones no soy más
que una jirafa alzándose hasta hojas imposibles,
o un tigre que ha perdido cada raya
y no puede juntarlas con la cebra.
¿Me entiende?
En las calientes noches de verano,
y a la luz de las lámparas,
la corona republicana cae
de la frente del rey
para brillar a solas.
Yo soy igual que esa corona.
Ya sabe:
en Alabama siempre te miran a los ojos,
y en San Antonio (Texas) no nos conoce nadie.
El sentido de la alegría,
tal vez, sólo nos lo podría dar
el trébol y la espada, y un poco de ginebra.
¿Lo ve?
El viejo camarero
ha terminado su trabajo;
yo, sin embargo, sigo lavando platos siempre,
mientras huye el placer
como un lagarto entre las piedras.
Le doy vueltas, medito y
no sé cómo podría darle algo de valor.
La tortuga es paciente, admito
que un cobrador no lo es. Podría
mirar al seductor de caracoles:
él también tiene prisa, y es paciente.
Acepto
que la tristeza llega igual que un buey:
a la luz de la luna,
mientras las lágrimas se secan
en los pómulos de la amante,
y los cangrejos abandonan
conchas que se quedaron muy pequeñas.
¿Sabe? Creo que, de cualquier manera,
a lo mejor podría sacar algo:
una oración para la iglesia,
un libro para un dormitorio verde,
un olor cálido y felino…
o simplemente angustia, humillación y angustia:
lo que cultivo en mi terraza sórdida.
Pero dejemos este asunto
a un lado por ahora. Dígame,
¿conoce usted las olas de carne reluciente
o el reino del león de Mozambique?
Mi historia de amor con Lucienne
tiene mucho que ver con esas cosas.
Ya veo que no sabe de lo que hablo,
pero le prometo que es verdad.
Bueno, perdone lo que he dicho:
nunca prometo nada ni me gusta hacer planes.
Por eso leo poesía y trato,
furiosamente, de escribirla.
Sigue sin entenderme,
no, no hace falta que lo admita:
me lo dicen sus gestos. Mire,
soy un turista americano
que duerme en una playa de Tailandia,
y un boxeador libanés
que sueña con vivir en Nueva Orleáns.
Eso es todo.
Ahora dejaré
los platos que quedaron sucios
para otra noche.
No, ya sé que usted nunca
podría comprender lo que hago.
La dorada ciudad de las cien torres
Cuando mi madre regresó de Praga
dijo que la vetusta capital de Bohemia
no parecía una ciudad,
sino una pretenciosa y morena mujer
que soñara con bajar hacia el Mediterráneo
y mojarse las piernas en las aguas de Córcega,
sobre cuyos jardines recelosos
lloró Séneca hasta ahogar
todas las sílabas latinas,
con una entereza a veces inútil
y voluntades que arribaban
—como olas japonesas—
hasta el barroco castellano,
lleno de sierpes sabias de prosodia
y retóricos cielos sobre imperios misérrimos.
Tú pensaste en San Wenceslao,
y los ábacos de tu corazón
contaron cada luna rápida
en cada acera de cualquier Europa.
Tu escucha y tu emoción danzaron sobre ti
para componer una infancia
de la que abusaron los ángeles
—como sucede en las mejores bocas—
para decir la belleza
del mundo
—y su tendencia al horror—
en el prístino genio de aquel niño
vestido con las ropas de su hermana ya muerta,
o con los incontables atributos
de otros hombres que se movían
entre el árido camposanto
y los extrarradios del cielo,
nauseabundos y podridos
como el estómago del Ganges
y sus risueños nadadores.
Praga, llena de torres y de puentes sin vigías,
reverbera en tu mente
como luciérnaga o latente luz
sobre el Moldava que percutió Dvořák;
pero Praga sigue soñando
con los labios de Capri,
las caderas de Roma,
los sinuosos tobillos de Dubrovnik,
las comisuras de Sicilia
fiel a la piedra y su anagnórisis,
que se doctora en los acantilados
y le quita el bozal al vértigo,
para que muerda tus canciones
o relama los dedos de tus pies.
De la cárcel de Kafka,
el alba vegetal y boscosa de océanos
me ha contado también
que existen ríos intangibles
que no aspiran al mar,
y desembocan en los labios
de algunos abisales vagabundos;
aguas y ríos huérfanos del oro
que custodiaba el Rin en sus alforjas.
Pero Praga continúa soñando con el sur
y canta con las cuerdas de Goethe la elegía,
el dolor que retuerce
y aspira a una luz entera,
o cuida en su isla —con Vladimir Holan—
la acuchillada flor del hielo.
Tú la vislumbras inocente y cruel,
antiquísima y plena de juventudes tímidas.
Praga, temblor de sangre litoral,
donde la música de cada baile
decapita a las palomas,
y mi alta madre se paternaliza,
se hace arena de playa ya sin mar;
hablándome de una ciudad, mi madre,
como si fuese una mujer,
más vieja y rumorosa, más hermosa y reciente,
quizá,
que ninguna otra sobre la faz de la tierra.
Diana Álvarez (La Palma) es autora de tres libros de poemas publicados por Amazon: Phaesporia o la cazadora de palabras, Las naranjas también toman café y Redeconstrucción (publicados todos en 2012). Además ha escrito los siguientes poemarios (inéditos): La disyuntiva de los amantes, La musa sumergida y Más allá del Paralelo. Su página web: www.diana-alco.com
Se puede vivir en estado
de naufragio. Siendo
agua el agua nos cobija.
Restos flotan sin barco
y sólo nos faltan vectores.
Para ser restos de nuestros restos
y sumar agua al agua.
Para ser náufragos que sacian
la sed de oscilación.
Combustión atípica
Un tacón caído en combate,
las manos astillando
el calor que desvanece
la indiferencia de la rutina.
Sopa de puñal para cenar
y sábana enjugada
en la cama de guerra.
Él partió.
Ella ya
llevaba partida varias
miradas muertas
y botellas vacías.
Un tacón roto y un puñal
en la sopa.
El fuego se aplaca
con tierra.
(De Más Allá del Paralelo)
Roberto García de Mesa (Tenerife, 1973). Poeta, dramaturgo, dramaturgista, creador escénico, ensayista, narrador, artista visual y músico. Además, es Licenciado en Derecho y, también, Licenciado en Filología Hispánica y Doctor en Filología Hispánica con la tesis titulada Teatro de vanguardia en Canarias (1924-1936). A lo largo de su trayectoria artística, García de Mesa se ha caracterizado por experimentar desde diversas disciplinas. Fruto de esta visión multidisciplinar, cuenta con una obra literaria ya publicada en 38 libros de poesía, teatro, narrativa breve, ensayo y ediciones críticas, entre los que destacan los siguientes títulos: Apuntes teatrales (1999, 2006), XX (2001, 2006), Taumántide (2002, 2006), Los anticuerpos (2003, 2006), La señora Blume (2006), El sujeto de los otros (2006), Luminarias (2006), Teoría de los ocho movimientos (2006), Interior de una cámara de cera (2006) y Outside, Teatro poético 2006-2009 (2010), en teatro; Los circuitos planetarios. Antología 1994-1999 (2006), El anillo pendular. Bocetos para una poética del espacio (1998, 2006), Memorias de un objeto (2001, 2006), el libro-objeto Puntos de fuga (2005), Los pájaros invisibles / Nausinoos (2006), Oblivion (2009), Los cuerpos remotos (2012), en poesía; Fractales (2005) y Visiones desde el marco (2008), en narrativa breve; Gravitaciones de una máscara (2008) y La poesía en el teatro, la pintura en la música (2009), en compendios de ensayos sobre artes escénicas, literatura y artes visuales; Obras Completas, de José Antonio Padrón (2007), la pieza de teatro Proyecciones (2008), Epistolario (2009) y La aurora sumergida y otros poemas inéditos (2010), los tres últimos sobre el poeta Pedro García Cabrera, en ediciones críticas, así como Conversaciones con Rafael Arozarena (2004), entre otros. Algunos de sus trabajos han sido traducidos al inglés por Mario Domínguez Parra y Joseph Mulligan, al griego moderno, por Ati Solerti, y, también, al francés. En 2006, Ediciones Idea publicó una colección que reunía toda su producción de poesía y teatro hasta el momento en once volúmenes. Como investigador en artes escénicas contemporáneas ha colaborado con sus trabajos ensayísticos y de investigación con grupos como ARTEA, del Archivo Virtual de Artes Escénicas, de la Universidad de Castilla-La Mancha, además de con el grupo MODERNARIA de la Facultad de Filología Hispánica de la Universidad de La Laguna, o como miembro del Instituto de Estudios Canarios, así como en varias revistas especializadas en Europa y América. Ha sido dramaturgo y dramaturgista residente en el Teatro Guimerá (2007), artista visual residente en el Museo Conca (2011-2012) y director y dramaturgo residente en el Teatro Victoria (2012), en Tenerife (España). Además ha sido seleccionado como beneficiario de dos ayudas a la dramaturgia por sus textos La señora Blume (Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, 2005) y Tratado sobre la ceguera (Iberescena, Gobierno de España, 2009). De entre sus piezas y performances llevadas a escena, destacan las siguientes: Taumántide (2002), Mi doble (2004), La caja múltiple (2004), El primer espectador (2006), Puntos de fuga (2006), La mujer concreta (para la obra de danza-teatro Dragón, 2007), Meditaciones en (6, 2006) Los cien mil hijos del astro (2007), su versión libre de Él (novela homónima de Mercedes Pinto, 2008), Principios para la construcción de un cuerpo (para la obra de danza-teatro Esperanza-Yakar, Hope, 2009), Los hijos del Parlamento (2010), El no actor (2011), dos cuadros de Hipólita o el concierto del emperador (2011), El sujeto de los otros (2012) y Hamlet post scriptum (2012), entre otras. Su producción se cristaliza con la creación plástica y musical, ya que ha realizado varias exposiciones individuales y ha interpretado sus composiciones a piano en diversos espacios, en las Islas Canarias y en Madrid. Recientemente, se ha estrenado el documental El jardín barroco, un trabajo producido por el grupo Digital 104, y grabado (realización, cámara, fotografía y montaje) por el director de cine Jairo López, reflejo de una intervención en el espacio Museo Conca (Sala Conca), que llevó a cabo García de Mesa durante varias sesiones a lo largo de dos semanas de noviembre de 2011: un proceso de creación que dio como resultado la composición y ejecución por él mismo de poemas, acciones, performances, música irregular, instalaciones y obra gráfica. Así mismo, su Concierto de música irregular para piano, contrabajo, cabeza y manos enyesadas «El sujeto de los otros», llevado a cabo en 2012, también en el Museo Conca, fue grabado por el director de cine Josep Vilageliú, dando como resultado un mediometraje del mismo título. Su blog: http://robertogarciademesa.blogspot.com.es/
Sentido trágico
Todos guardamos celosamente el sentido trágico de la vida,
pero es nuestro secreto.
Así que nadie debe enterarse.
Si sospechan de ti estás perdido.
Te abandonarán primero tus amigos, y, luego, tu familia.
Todos lo entenderán, pero nadie se atreverá a admitirlo.
Y, claro, te tocará la responsabilidad de estar visible,
de ser la diana de sus deseos.
Debes protegerte.
Debes cuidar tus emociones.
Debes vigilar a quien le muestras tus sentimientos.
Todos conocemos la melancolía, pero está prohibido practicarla.
Es un deporte de riesgo.
No debes dejar que lo noten.
Ellos y ellas, los perfectos,
los que te leen,
los que saben dónde tienen que estar.
Tan sólo desean desprenderse de estos ecos molestos del pasado,
de otras vidas no vividas.
Así que procura callar si no quieres que te descubran.
Si lo hacen, te cerrarán todas las puertas.
Sentirás que huyen de ti, pero ellos te verán desde las sombras
y tendrán miedo de la emoción de tus palabras.
En los momentos nocturnos vivirán una experiencia sórdida con ellas.
Encontrarán un placer oculto en estas emociones que tampoco se atreverán a confesar.
Sí. Lo saben.
Todos han conocido el sentido trágico de la vida en algún lugar recóndito de sus almas.
Llegarán a pensarlo, aunque no lo admitan.
En los instantes más íntimos temblarán de angustia,
pero también sonreirán al ver la gigantesca imagen de su propio cinismo.
Esta noche
Esta noche he abandonado mis dedos delante de un piano,
he interpretado los cantos de los muertos
y he sonreído después del murmullo,
después de la conciencia, después de las sombras suicidas.
Esta noche he leído las palabras entre los restos de mi cuerpo,
la luz negra de mis días luminosos,
los relámpagos de mi piel que me bendicen antes de morir.
Todos los verdugos del mundo me han condenado discretamente.
Y mientras escucho el murmullo del viento,
mi mente ha sido barrida por unos labios extraños.
Yo sé que mi escondite secreto se encuentra bajo la sombra del mar.
Los líquenes me han confesado su impaciencia.
Bajo las aguas no se pueden escuchar las palabras del viento.
Entre estos restos busco mis huellas marchitas, mi propio olvido,
la naturaleza secreta de las cosas y un brote de claridad después del fin.
Soy un prisionero de esta guerra perdida,
pero nadie quiere ya supervivientes.
Así que tendré que escuchar mi propio murmullo, mi propia forma de luz.
Esta letanía oscura que me arrastra hacia los días sin salida,
hacia los témpanos de hielo, hacia la ruptura de todos los cuerpos imaginarios,
se halla entre mis dedos, cuando simulo tocar el piano a medianoche,
cuando escucho las campanas de una iglesia que anuncian el fin de la eternidad.
Tina Suárez Rojas (Las Palmas de Gran Canaria, 1971). Licenciada en Filología Hispánica. Es autora de Huellas de gorgona (1998), Pronóstico reservado (1998), Una mujer anda suelta (1999), Que me corten la cabeza (2000), El principio activo de la oblicuidad (2002), La voz tomada (2003), Los ponientes (2005), Las cosas no tienen mamá (2008), Blas y Catalina tras el Genio de la Ciencia (2010) y Brevísima relación de la destrucción de June Evon (2013). Ha sido traducida al italiano en Zeta News rivista internazionale di poesia e ricerche y al portugués en la revista Incomunidade.
CONSTATACIÓN DE LA TESIS DE PESSOA
Porque es Amor mentira de poetas
GASPAR GIL POLO
Te equivocas
No estuvo escrito en mi alma tu gesto
por ti no escribí los versos más tristes una noche
no me deslumbraron tus ojos claros, serenos
no poblé tu vientre de amor y sementera.
No tocaste mi corazón deshecho entre tus manos
no sentí que me hiriera tu llama de amor viva
no justificaste en absoluto mi existencia
no fui yo aquel perro de tu señorío.
No te erigí ángel de amor en una apartada orilla
ni glorioso desatino ni celestial locura
no subiste mi muerte a flor de labio
jamás anhelé en verte buscar la vida.
No remonté por ti los muros de pleberio
no te busqué en la alegría de los pronombres
no hiciste diferentes las golondrinas, las madreselvas
no se durmió la voz en mi garganta tras tu partida.
Cuando sobre mí caiga la postrera sombra
seré un despojo más bajo la tierra,
sin llama ni memoria, un pulso fenecido,
porque te juro que confundes el metal de mi querencia,
que te pierdes en la niebla que ocasiona tu delirio:
yo no te he amado nunca, mi amor, nunca
yo nunca te he querido, vida mía.
De Las cosas no tienen mamá, 2008
Astro y sombrero
Cuando contemplo el cielo
de innumerables luces adornado (…)
Fray Luis de León
Ilimitado espacio mental el cielo.
¿Serán el paisaje genuino del ser
las galaxias las estrellas los planetas…?
El imaginauta contempla el firmamento
desde el cabo cañaveral de sus anhelos;
respira hondo se asume humilde
sube a bordo del más sublime silencio
y proyecta cadencia arriba su naturaleza libérrima.
Tiene el imaginauta nociones de lírica relativista
y pues sabe que cielo más cielo más cielo es
inexorablemente cielo hasta el infinito
he aquí que comienza a propagarse
por entre nueve esferas de paz concéntricas.
Es hoja sidérea que mece el éter
es la humana metáfora de algún cuerpo celeste
que expande su armonía sobre el verso cosmogónico.
Allá va el imaginauta
va y se aleja y gravita y ya no atiende a coordenadas
es remoto en su osadía.
Quizá Houston jamás contara
con él para sus misiones y sin embargo
reverdeciendo los páramos de Marte, rociando
una lluvia de Perseidas constelando la cola de Pegaso
o lustrando un agujero negro
habrá un imaginauta, hidalgo de cometas
radiante imaginauta
con pose de astro y sombrero.
(Inédito)
Rafael-José Díaz (Tenerife, 1971). Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna. Fue lector de español en la Universidad de Jena y en la Universidad de Leipzig (1995-2000). Dirigió entre 1993 y 1994 la revista Paradiso. Como poeta ha publicado los siguientes títulos: El canto en el umbral (1997), Llamada en la primera nieve (2000), Los párpados cautivos (2003), Moradas del insomne (2005), Antes del eclipse (2007) y Detrás de tu nombre (2009). En 2007 apareció Le Crépitement, un volumen que recoge una selección de sus poemas traducidos al francés. La editorial La Garúa (Santa Coloma de Gramanet) publicó en 2012 un volumen que recoge quince años de su producción poética: La crepitación (Poesía reunida 1991-2006). También ha publicado entregas de su diario, entre las que cabe destacar La nieve, los sepulcros (2005). Ha publicado traducciones de los siguientes autores: Arthur Schopenhauer, Hermann Broch, Philippe Jaccottet, Gustave Roud, Pierre Klossowski, Fabio Pusterla, Ramón Xirau y William Cliff. Como ensayista, ha publicado recientemente Rutas y rituales, una selección de sus ensayos. Y, como narrador, ha publicado un libro de relatos, Algunas de mis tumbas, y otro de prosas misceláneas, Insolaciones, nubes. Mantiene el blog Travesías: http://rafaeljosediaz.blogspot.com.es/
Noche de sueños
Yo sé a quién amo: sé que no me engañan
los fragmentos de sueños sucesivos
que aletean perdidos en la oscura
mañana en que despierto cada día
y que recojo con mis manos torpes:
en ellos vuelvo a verte, celebramos
un nuevo nacimiento del amor,
nos separamos mientras tu mirada
se adhiere, frágil y orgullosa,
a la mía como tantas otras veces.
Siento tu lengua en besos
que antes no sabías darme, acaso
porque ahora te invento como quise que fueras
o porque has aprendido, en este tiempo de ausencia,
a besar con el otro para hacerlo
mejor ahora conmigo, dejando que tu lengua
se enrede lentamente con la mía,
retirándola luego sin rudeza y entregándola
una vez más, más húmeda, con todo
el ardor que has guardado, si los sueños no engañan,
en todos estos meses para mí.
Un patio de colegio, una parada
de autobús en donde tres, cuatro personas
depositan de pronto un cadáver de rostro
desfigurado, acaso el del amor
que ha muerto y del que huimos
cogidos de la mano hacia una nueva vida.
Amar es olvidar
la vida sin amor que fue como la muerte.
La intimidad
Y ahora,
atrapados como estamos
en estos terraplenes de jugosa luz última,
¿vas a decirme que no tiene sentido
ni siquiera atreverse a respirar
a medida que el viaje de las nubes
se adentra en las montañas,
respirar en el límite
y pensar que detrás de lo que respiramos
está la imposibilidad de respirar,
la extática tiniebla?
Te escribo porque apenas
lo he hecho últimamente,
arconte o diosecillo,
ángel faunesco
o serpentino mordedor
de tantas horas que el tiempo no quiso devolver.
Conozco tus caprichos,
pero soy más paciente que al principio.
Estoy sentado, mírame,
al borde de la oscuridad.
La luz se filtra desde inmemorables
gradas por las que no podríamos
descender o subir.
La memoria se engaña
creyendo que conoce el asiento de la sombra.
¿Vendrás
a hacerme compañía
en este umbral donde te conocí
para jugar de nuevo
al escondite que inventamos?
Ya sé que no vendrás.
Los árboles me miran
una vez más, materia absorta
que dibujara un día los rostros de la descomposición.
Ahora soy yo quien los dibujo
para que, sin necesidad de respirar,
pueda volver aquí
siempre que lo deseen las montañas.
Silvia Rodríguez (Las Palmas de Gran Canaria) ha publicado los libros de poesía Rojo Caramelo (Alharafishedita, 2004), El ojo de Londres (colección de poesía San Borondón de El Museo Canario, 2005), Casa Banana (Colección Poesía Gabinete Literario, 2007), Shatabdi Express (Ed.de Baile del Sol, 2008), Bloc de notas (colección de poesía El Mirador, Ediciones Idea, 2009) y este otoño sale su libro Departamento en Quito en la Colección La Palma de Ediciones La Palma. Es co-autora del libro tripartito La fiesta innombrable con Verónica García y Antonio Puente (Ed. de Baile del Sol, 2009) y entre otras antologías está incluida en 23 Pandoras: Poesía alternativa española (Ed. de Baile del Sol, 2009), Poetas canarios en Buenos Aires (La Máquina del Tiempo, Buenos Aires, 2009) o Somos solidarios (Ediciones Idea, 2013). Estuvo en el programa del la II edición del Festival Internacional de Perfopoesía de Sevilla en 2009. Participó en el libro Voces de Papel / A Miguel Hernández (Instituto Cervantes, Lyon, 2010) y ha intervenido en los Festivales Internacionales de Poesía de Génova (2005) y de La Habana (2008 y 2009) y en el Programa Literario de Otoño de Ginebra en 2009. Los dos poemas que aquí se presentan pertenecen al libro Departamento en Quito.
La Mitad del Mundo
No sé por qué rota la manía
de ser el centro de todo
el ombligo de La Tierra
los hemisferios son opuestos
estar en el Norte o en el Sur
no es lo que confunde
lejos de la línea ecuatorial
el equinoccio nos recuerda
que la luz y la oscuridad
son iguales para todos
Hotel Palace
Bajo el árbol retoñero que os babea
los cauchos
(“Mis pequeñas enamoradas”, Arthur Rimbaud)
Suena siempre la cascada
entre cimas verdes
y el edificio fantasma
el agua cristalina
canta el nombre de la selva
y no forma un lago de sangre
en el caucho verde
de la exuberancia vegetal
leo de nuevo a Rimbaud
Verónica García García (Las Palmas de Gran Canaria, 1967). Licenciada en Ciencias de la Información. Ha publicado los poemarios: La mujer del Cubo Verde, primer premio de Poesía Tomás Morales, 1986; Sinestesia, Nuevas Escrituras Canarias, 1990; Posibles Enunciados, Ediciones La Palma, 1996; El Universo de los Náufragos, Colección San Borondón (Museo Canario), 2000; La Isla del Caimán: poemas 1980-2003, Colección Plenilunio, Ed. Baile del Sol, 2003; De Amor y Locura, alharfish-edita, 2004; Lapso, Ed. Baile del Sol, 2006; Atonal, Colección El Mirador, Ed. Idea, 2008; La Fiesta Innombrable, Vía Blanca, Baile del Sol, 2009; Resucitar del Agua, Gobierno de Canarias, 2010 (del que forman parte los dos poemas aquí publicados).
Resucitar del agua
Cuando pienses que he muerto
verás una duda abierta junto
a una nube muy, muy pequeña,
respira entonces los últimos
rayos de luz que abandono.
Si dejas de creer tira el espejo
a la piel del agua, siente
la respiración que se apaga:
no somos viento pero podríamos
tocar los cuerpos del aire,
encender el sol que se esconde.
Dame la mano isla
y seamos palabras del mar,
letras sin forma
seamos gigantes del agua.
Miro hacia atrás y veo un delfín
junto a una nube muy, muy pequeña
me veo resucitar del agua.
Destierro
Están vacíos por dentro,
los santos temen la niñez
y el fulgor de la dicha,
roban a los fieles y atan
banderas al cuello de la lluvia.
El frío les deja indiferentes,
no acerques tu lengua a su cruz,
no malgastes el agua en su frente.
Sobre un manto de claveles
bostezan sangre, empañan
el azul en las cumbres y el gris
que destilan las flores secas.
Entran en la fe como quien taladra
la pared del vecino y no se disculpa,
salen de la fe como un derviche estático.
A las puertas del infierno esperan,
desterrados del mar ahogan sus ansias.
Paula Nogales Romero (Las Palmas de Gran Canaria, 1966). Licenciada en Filología Hispánica. Socia Fundadora y de Honor de ASOCIACIÓN ASPERGER ISLAS CANARIAS – ASPERCAN. Amén de participar en congresos nacionales e internacionales con obra crítica y de creación, y en diversas revistas especializadas y suplementos culturales de periódicos, tiene publicados los siguientes libros individuales: RELATOS: Zapping. Cuentos. (Ayto. Sta. Cruz de Tenerife, 1991), Sociedad anónima (relatos) (Premio Ateneo de La Laguna, 1996). POESÍA: Recintos (Ayto. Las Palmas de Gran Canaria, accésit, 1994), Saludos de Alicia (Accésit Premio Tomás Morales, 1996); Manzanas son de Tántalo (Museo Canario, Col. San Borondón, 1997); Esta falacia que se desangra impune. Antología 1990-2002 (Baile del Sol, 2003); Vicios ocultos (Baile del Sol, 2007); De la traición como arte (Ed. Idea, 2008). ANTOLOGÍAS NACIONALES E INTERNACIONALES: Última generación del milenio. Poesía canaria (1998), Reincidencias (relatos, Centro Cultura Popular Canaria, 2000); La nueva poesía canaria, Ed. Verbum, Madrid (2001); Los transeúntes de los ecos. Antología de poesía contemporánea en Canarias (Instituto Cubano del Libro, 2001); Ilimitada voz. Antología de poetas españolas, 1940-2002 (Balcells, Univ. Cádiz, 2003); Relato español actual (FCE-UNAM, México, 2002); Isla mujeres (Instituto Canario de la Mujer, 2003); Escritos a Padrón (Casa Museo Antonio Padrón, Gáldar, 2003); Desde su ventana. Antología de poetas canarias del siglo XX, (Blanca Rdguez., Ed. La Palma, 2004); 2.050 km de palabras: antología de relatos vasco-canaria (Baile del Sol, 2007); Poetas Canarios en Buenos Aires (Cabildo GC– La Máquina del tiempo, Bs As, 2009); Madrid en los poetas canarios, (coordinado por Berbel, Ed. Puentepalo – Dirección Gral. del Libro, Canarias, 2010); Voces de papel. A Miguel Hernández. (Instituto Cervantes de Lyon, Madrid, 2010); Poesía canaria actual (A partir de 1980), a cargo de M. Martinón (Ed. Idea, Tenerife, 2010); Gregorio Rodríguez Herrera, La tradición clásica en los poetas canarios del Grupo de los 90: Paula Nogales, Pedro Flores, Tina Suárez, Federico J. Silva (Valencia, Advana Vieja, 2008). Otros: Sus libros y trayectoria literaria se reseñan en “Literatura Canaria II. Desarrollo del currículo. Bachillerato” de la DGOIPE, Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, (2003), en la “Enciclopedia de la Literatura Canaria” del Centro de la Cultura Popular Canaria (2007), entre otras obras de divulgación.
Odisea
Ni carne, ni pescado, ni deseo:
sin raíces ni futuro, en el espacio
de un limbo acogedor en que me veo
sin quererlo buceando todavía,
en una espera inútil que no llega
a cuajar la silueta de mis días,
trazando la misma elipse en torno
a un ónfalos que gime lastimero
ajeno al universo y al bochorno,
navegante sin cartas ni astrolabio,
fingidora de diarios marineros
mareando perdices con resabio,
nunca fueron mis ansias maternales,
ni miré el bien y el mal según dictaban
la costumbre y las leyes terrenales;
nunca vi mi figura en el espejo
conforme a una herencia que acatara
la pauta antigua de mi yo reflejo:
mi cuerpo como nave futurible,
mi corazón, severo comandante
de un amor no propio e incorruptible
que amamanta un pequeño tripulante,
hasta que tú llegaste, impredecible
capitana de mi destino errante.
Membra Disiecta
Los poetas mienten. Destrozan al amante.
Aquél juega con el pequeño lóbulo de su oreja,
éste persigue un dedito y lo entierra
en la arena húmeda de la playa.
Los poetas arden en soberbia idílica,
sus frentes desordenadas ante el cuerpo del amado:
para eternizar ese pliegue horizontal del vientre
cuando la sombra cae de espaldas,
es preciso que no exista más su cabeza,
cercenar sus bellos muslos,
esconder lejos los brazos.
Los poetas, carroñeros insaciables del amante,
desprecian la última gota que implora el hueco de una mano.
Mañana habrá festín. Un ojo izquierdo
brillará con luz rara sobre la dulce carne.