Poesía de Baja California

Mónica Morales Rocha nos presenta las palabras introductorias a un dossier de poesía actual de Baja California. Se trata de autores que se enfrentan, en palabras de Morales Rocha, a “Habitar la esquina, el extremo Noroeste de la nación; territorio hostil —así de pronto.  Habitar los brotes urbanos que se abrieron paso entre las arenas del desierto, las piedras y los matorrales.  Desafiar la Ley de la Gravedad, desde los cerros y sus cañones.  Declararse inmunes a todos los centígrados aglomerados. Renegar del “bordo”, la “migra” y las horas de “línea” para cruzar a U.S.A.”

 

 

 

 

 

 

POESÍA DE BAJA CALIFORNIA

 

Toda la California

cabe en tres palabras:

cielo, mar, desierto.

Rubén Vizcaíno Valencia

 

 

Habitar la esquina, el extremo Noroeste de la nación; territorio hostil —así de pronto.  Habitar los brotes urbanos que se abrieron paso entre las arenas del desierto, las piedras y los matorrales.  Desafiar la Ley de la Gravedad, desde los cerros y sus cañones.  Declararse inmunes a todos los centígrados aglomerados. Renegar del “bordo”, la “migra” y las horas de “línea” para cruzar a U.S.A.

 

Llegar, quizá, sin planes de permanencia… ¡pero es que el agua de la presa!, ¡pero es que el Pacífico y el Mar de Cortez!…

 

Permanecer, porque las noches —en esta esquina— son bálsamo de estrellas.

 

Baja California, con toda su aridez, es generosa fuente de poesía.  Poetas originarios, quizá los menos, o avecinados en esta tierra, los más; generación tras generación, dejan impresa en sus páginas la experiencia cotidiana, íntima y colectiva, de habitar la «realidad» fronteriza, urbana, porteña, desértica y rumorosa.  

 

Algo de esas letras, compartiremos acá. Algo de esa esperanza que furiosa derriba fronteras,  atraviesa el desierto y se amansa frente al mar, al ocaso. Poesía que reta la aridez, porque, como bien dijo Vizcaíno:

 

Conquistarla

es domar los desiertos…

y la muerte.

 

 

Karina V. Balderrábano

 

 

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