En el marco del dossier Nuevos poetas de Chile, preparado por Leonardo Lara Arrate, presentamos el trabajo de Juan Carreño (Rancagua, 1986). Ha publicado “Compro Fierro”, pronto a salir en su tercera edición por Cinosargo ediciones, “bomba bencina”, libro editado por Das Kapital Ediciones, y vivido en Malloa, Pichilemu y La Pintana, entre otros pueblos.
De Compro Fierro
DESAPARICIÓN DE LA POBLACIÓN
SANTO TOMÁS, LA PINTANA.
Conocí a la Chica días antes
del fin del mundo.
Cristo había llegado hace tiempo
y vivía en la Santo Tomás.
Por esos días la gente andaba en la magia
aplaudiéndose la cabeza.
Éramos pura bulla.
Vimos los supermercados transformarse en perreras
y los carros de sopaipillas
en palomares.
Sólo alcanzaba para quedarnos escuchando árboles.
Por esos días ya estábamos todos tan
solos
que ni nos dimos cuenta
cuando de un sablazo
el cielo
se nos rajó.-
MEIL A PEESEPESANTOSARROBAJOTMEILPUNTOCOM.
no puedo leer tus poemas
tus palabras se me escapan
llevo agujas en la cabeza
se van pal fondo pal fondo pal fondo
mareadas
a cabezaso limpio
por ningún camino
dando gracias a nada
las miro y revientan
estrellando los ojos
los pedazos de biblia no me dicen nada
son hojas de Sacarías y Malaquías
en aquel día es la expresión de Jehová
porque de tal manera
amó dios al mundo
que ha dado a su hijo unigénito
para que todo aquél que en él crea
no se pierda
más tenga
vida eterna
qué se cree este viejo culiao del ciber
que pone la música tan alto?
que no se da cuenta que nos molesta?
la gente no atina, David,
nadie sabe pa dónde va la micro
está pegá, sin chispa,
soy un lobo
un árbol
soy una hormiga
soy un perro, un avión
una cabeza con luz de fondo marino
el prólogo de una sombra desvainada y trunca
sobre un paisaje de estrías de aceite negro
decorado de arcoiris de agua y gasolina
cortadores de cañerías arrinconados
en el vacío infinito
de un corazón
que cada vez se achica más
no fue Essaú hermano de Jacob?
–es la expresión de Jehová-
son la excelentísima gente
llena de risa y sin memoria
y se ponen pálidos
revientan de comida plástica
condena de vivir del cuero de pollo y paté
perdiendo la magia física
ya no corremos
ya no sudamos
ya no cazamos
todo lo que se pueda a culiar
no miramos la cara al momento de asesinar
no levantamos la cabeza
encorvados escapadores
estar plastificado es lo ideal
hay fruta gigante pero sin sabor
no caminamos
el mundo es
lo que vemos
por la ventana de la micro no má
la interacción no es de carne
ahora es lo que nos da la corriente
necesitamos aire y tiempo
que es lo que menos nos queda
porque Edón sigue diciendo:
”Hemos sido destrozados,
pero volveremos
y edificaremos los lugares devastados”,
esto es…
ahí la hoja acaba
da vuelta y la historia no sigue
pero
no será arrinconarse oxidado
por debajo de las placas
tragando el filo del frío
que no deja ver el hilo de luz
por donde se cuela una sonrisa
la púa ardiendo en el labio
los perros mordiendo sirenas
porque llueve
y lo extraño es el ardor en la cara
y no seguir de largo
a donde se supone existe el mundo
hay pasto a la orilla de las veredas
los nombres de los candidatos están frescos
los bototos son fulgurosos
no hay pájaros
las bancas están heladas
y
fin
y
paf
se
acabó.-
De bomba bencina
Fiesta
—“y de todo aquello,
qué vi realmente?”
—a puros regetoneros culiaos
ocupando espacio
ensuciando aire
música de celular
para oficinistas
animados a fotos pal feisbuc
a locura del ojo desorbitao
opinando sobre el mapuche
flojo, facho, curao
sobre dar oportunidades
con el voto
a los que ya lo tienen todo
a los que ya por eso
no tienen ganas de robar
Lo que de noche escribió en el block:
sí
ya vendí la mano
pa quemar el vidrio
un día entero pa comerme la foca
porque se me cayó la sin grasa
y porque sí
improvisando con la zapatilla
con los comerciales de llogüres con linaza
y la lija raspando ácido adentro
sonándote la virutilla
—se me seca la pelota así—
—me como el hacha el cortapluma así—
usted sabe que no vamos a terminar
viendo el mundo por la ventana de la micro
que no necesitamos su risa en el cartel
sí
usted sabe
por qué le compramos el pantalón
—se me achica el callampeo así—
—me trago durmiendo el pique a la pega así—
porque hace rato mijo
hace mucho mi esposa
tragando plasma
con miedo de colgarse a la luz
así
usted sabe por qué le pago el agua
soy un arriendo
un dividendo entre el frío
y las liebres que un día me atreví a matar
usted sabe
que en cualquier momento me voy a la chucha
y le reviento la casa
pa que trabaje con esquirlas
y se haga cagar las manos
en esconder con sangre su cara
Bomba bencina
Odio los viajes y los exploradores
Claude Lévi-Strauss.
Un camionero atrapado en la frontera
con insomnio de coca
mira la nieve atascarse
en el parabrisas de la máquina.
Restos de familia en Madrid
despiertan para limpiar
las alcantarillas de la ciudad.
Yo en La Pintana tomo pisco puro.
Violeta se dispara en mi cabeza:
bendice
Señor Maravilloso
la iluminación
de una iglesia en llamas
la herencia de un cura
que juega con su sexo
a la gallina ciega
sobre un pendejo
que llora
con una tortuga muerta
en la mano
—amanece en Micronesia—
—amanece en La Pintana—
así como nosotros
cantamos entre llamas
bendícete a lo bonzo
Señor Maravilloso:
cuando somos palabras y huesos
y toca recitar frente al fuego
que la lluvia cae a la antigua
que nada puede hacerse
entre pulmones y oxigeno
entre gravedad y lágrima:
—amanece en Tucumán—
—amanece en Malloa—
—amanece en Potosí—
amanece mi hermano con tevecable
y frases que repiten
se me pudre la cabeza
y
no
sé
lo
que
son
los
carruseles.
Bendice lo que eres
Señor Maravilloso
recolectores en la niebla
por ser fusilados:
es culpa de todos
en la pantalla
bailando
mientras coagulamos
con la mano negra
en la calle
al perseguir una vida de balazos
una escritura del ahora:
—bajo tierra todos nos parecemos
mira correr la sangre
sobre escaleras de pensiones por inundarse—
mientras escucho el amor pastero
en mi muralla
y cualquier pájaro en la cabeza
deja la lija para hablar
de un olor a Mudanza:
—amanece en Tarija—
—amanece en Carrizal Bajo—
en una calle mojada
cuando no se quiere decir
—el poema es un abandono dice don Mauricio—
dame lucidez de abismo
una noche más
una carretera vacía
—amanece en Caleta Angustia—
tres cigarros
un poco de cacao
grafitis mohosos
luces verdes
ascensores detenidos
—amanece en Catamarca—
candidatos vomitando
frente a un espejo
—amanece en Popayán—
una luna roja
una lluvia de cenizas
los andes nevados
alguien pensando
en la dirección del viento
alguien que diga
el perro está inválido
sus ojos en los nuestros
los nuestros en el vidrio
no somos lo que vemos
llueve y lluevo
—amanece en Tulahuén—
llueve y escribo.
Datos vitales
Juan Carreño nació en Rancagua en 1986, ha publicado “Compro Fierro”, pronto a salir en su tercera edición por Cinosargo ediciones, “bomba bencina”, libro editado por Das Kapital Ediciones, y vivido en Malloa, Pichilemu y La Pintana, entre otros pueblos.