España en su poesía: Alejandro Pedregosa

Presentamos, en el marco del dossier de poesía española contemporánea, algunos textos del poeta y novelista Alejandro Pedregosa (Granada, 1974).  Con su primera novela, Paisaje quebrado (Germanía, 2004) obtuvo el Premio de Novela Corta José Saramago. Ha publicado, entre otros, los poemarios Postales de Grisaburgo y alrededoresEn la inútil frontera; Los labios celestes (Premio Arcipreste de Hita), etc.

 

 

 

 

 

DEL LIBRO EN LA INÚTL FRONTERA

 

 

ATARDECER EN LA PLAYA DE RIANXO

 

La tarde era sombría

y una playa minúscula

como yo nunca habría imaginado

nos ponía de acuerdo en lo más básico:

el ruido de las olas guarda un bosque

y era verde el color del horizonte.

 

Yo me quedé dormido

porque a veces la vida te concede un deseo.

 

Tus muslos me aguantaban la cabeza

porque sabes sin la altura de mis sueños.

 

Entonces el invierno hizo un amago

y el bar se quedó sólo

como aquellos dos cuerpos en la orilla

que ya no eran los nuestros.

 

 

 

 

 

DIME ADIÓS A LA ORILLA DEL RÍO

 

Desde la otra orilla, justo enfrente

de nosotros,

la ciudad y sus luces

como un manto de niebla derretida.

 

A lo lejos el ruido de los barcos,

enormes cíclopes de vientre huero,

y una lluvia sutil y persistente

nos moja sin tocarnos.

 

Tal vez nunca volvamos

a la trinchera abierta de los sueños

ni a este invierno de frío apaciguado:

siempre tienen razón las despedidas.

 

El coche nos aleja

por carreteras bellas y escarpadas,

una música endulza los silencios,

las luces largas,

los abedules junto al río.

 

 

 

 

 

 

DEL LIBRO LOS LABIOS CELESTES

 

 

 

DONDE LA TIERRA ACABE

 

Si te dijera que esta habitación

guarda el aroma tibio de tu sueño,

que es de noche en Florencia

y provoca la luz en su artificio

mariposas de cera.

 

Si te dijera que tienen las calles

el poroso destello de unos pasos

iguales a los tuyos,

y en las puertas hay

corazones pintados y llamadas urgentes

a una revolución.

 

Si te dijera que el mar, tan lejano,

ha subido a las torres para verte…

 

Pero nada te digo que no sea

Donde la tierra acabe yo he de amarte y el eco

como un racimo abierto me responde

tierra,

yo,

amarte.

 

 

 

 

 

 

 

 

ENGELS SE HACE CARGO DE UN HIJO DE MARX, PRODUCTO DEL ADULTERIO

 

Querido Federico,

tal vez debamos algún día

estudiar juntamente los motivos,

las razones, las causas, los procesos

de aquello más sincero que en la tierra cabe:

la amistad.

 

Y firmaremos el libro con tu nombre.

 

 

 

 

 

 

CINE MUDO (Charles Chaplin)

 

He probado a correr como los patos

y como ellos

logré surcar el cielo.

Pero a nadie dije la palabra sueño.

 

Las señoras más bellas se rindieron

a mi torpeza de flores

hermosamente marchitas.

Y me supe querido

sin que nadie dijera la palabra amor.

 

Derroté a los malvados

y un mundo azul y grácil bailó sobre mis manos

cuando ordené la paz.

Pero no se ensuciaron mis labios

con la palabra fusil.

 

Y advertí a todo aquel que quiso verlo

del limo y la pobreza,

del otoño infinito de la máquina,

sin que me oyeran nunca pronunciar

la palabra fatal: revolución.

 

Inclinaros, poetas, a mi paso:

Soy el hijo del silencio.

 

 

 

 

DEL LIBRO ELTIEMPO DE LOS BÁRBAROS

 

 

 

 

EL NIÑO/1

 

¿Alguno de vosotros

ha visto pasar al niño?

 

Lo perdí a media tarde,

llevaba un soplo de alegría en la mejilla,

el pelo rubio y un jersey

azul como la niebla.

 

No puede andar muy lejos,

era así,

más o menos de tu altura,

debería ir cantando una canción

monótona y sin tiempo,

quizá la hayáis oído porque suena

todavía en el aire y en el agua

del resto de los niños.

 

Lo traía agarrado de la mano

y ha corrido detrás de una pelota.

Es de carne este niño que yo busco

pero también de sombra,

como fueron sus padres

y el hermano mayor

y la foto marchita de todos los salones.

 

Vosotros, que sois niños todavía,

y domináis el parque y sus contornos

y el vuelo de la piedra contra el charco,

vosotros, decidme,

¿habéis visto, por piedad,

pasar al niño?

 

 

 

 

 

 

AMOR EN TÁNDEM

 

Me gustaría que un día

cualquiera de este otoño

o la mañana más fresca

de la próxima primavera

me llevaras contigo

a pasear en tándem.

 

Porque conozco el sabor del esfuerzo

a tu lado compartido

y es armónico el empuje de los cuerpos

que trascienden la noche para amarse

a la luz también de una excursión o una merienda.

 

Quiero abrazar el ritmo de tu espalda

en medio de un deporte

y comprobar la gracia de tus piernas

que se tensan igual

que violines hambrientos

a la luz de las velas.

 

Pero en un tándem, amor,

para que puedan los niños reír a nuestro paso

y levanten el brazo los paisanos

y maldiga el ciclista

la soledad salina de su frente.

 

Elige la mañana que menos te entorpezca

y lánzame a rodar

por el trazado rojo de la periferia,

por empinadas cuestas y torpes cabañales

(cualquier tierra me vale)

con tal que nos veamos en un tándem,

pero en un tándem, amor,

que tengo el equilibrio abandonado

al vértigo del mundo y sus espuelas

y me caigo, amor mío, siempre me caigo,

sin casco, sin tu amor, sin tus coderas.

 

 

 

 

 

 

 

LA TIERRA MUERTA/1

 

Para entender la pena que abriga estos parajes

no basta argumentar una derrota,

ni un fragor de batalla

ni la quema de tantos

y tantos girasoles.

 

Sería necesario inspeccionar

el vientre de remotas alimañas,

hurgar el amarillo

sedoso de sus tripas

para advertir que aquí, antes que el agua,

regó la sangre el tronco de las vides.

 

Hoy pudre el sol la piel de los guijarros

y en su seno titilan

corazones de blancas lagartijas.

Los recuerdos –apenas una fiebre–

se secan en la boca de los peces

más profundos.

 

Para acabar con tanto desamparo

no alcanza la sonrisa de los niños

que divertidos juegan frente al mar.

Quizá con la belleza

desnuda de sus madres

tampoco alcanzaría.

 

 

 

 

Datos vitales

Alejandro Pedregosa (1974) Poeta y novelista. Estudió Filología hispánica y Teoría de la literatura en la Universidad de Granada. Ha publicado hasta la fecha cinco libros de poemas: Postales de Grisaburgo y alrededores (Universidad de Granada, 2000); Retales de un tiempo amarillo (Ayuntamiento de Trujillo, 2002); En la inútil frontera (Point de Lunettes, 2005); Los labios celestes (Pre-textos, 2008) con el que obtuvo el Premio Arcipreste de Hita y El tiempo de los bárbaros (Tragacanto, 2013). Con su primera novela, Paisaje quebrado (Germanía, 2004) obtuvo el Premio de Novela Corta José Saramago. Cuatro años después publicó El dueño de su historia (Point de lunettes, 2008), tras la cual inicia una serie de novelas criminales donde el ambiente y los escenarios adquieren dimensión de personajes. La primera de ellas, Un extraño lugar para morir (Ediciones B, 2010, reeditada en bolsillo en 2012), se desarrolla en Pamplona durante las fiestas de San Fermín, mientras que Un mal paso (Ediciones B, 2011) sitúa la acción en Santiago de Compostela y en el famoso Camino que lleva su nombre. A pleno Sol (Temas de Hoy, 2013) es la tercera novela de la serie y está ambientada en la acampada de Indignados que tuvo lugar en la Puerta del Sol durante la primavera de 2011.

Asimismo ha publicado el libro de relatos La sombra de Caín (2013), donde se recogen algunas de sus colaboraciones con periódicos como Ideal, Hoy, Sur, El correo o El diario vasco.

 

 

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