Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México 2017: Martin Glaz Serup

Círculo de Poesía y Valparaíso México invitan a las lecturas del poeta danés Martin Glaz Serup que tendrán lugar del 29 de junio al 2 de julio en el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México 2017, dentro del marco del Festival DiVerso. A continuación presentamos un par de poemas suyos de su más reciente libro, El campo, publicado en Valparaíso México, en la traducción de Katherine M. Heeden y Víctor Rodríguez Núñez.

 

 

 

Al hablar de la relación entre el mar y el cielo, piensa el campo, hay más similitudes que el color. Los dos están, de una manera u otra, en oposición al pueblo. Los dos son espacios abiertos sin muchos edificios, y los dos se controlan con una masa de caminos invisibles y calles y regulaciones todos iguales. Hay fronteras entre distintos países en el aire y el mar, el campo encuentra paradójico que haya fronteras entre países, que haya rutas fijas para barcos y aviones, autopistas y calles laterales y carreteras paisanas, el campo no piensa más en carreteras paisanas, allí se acabó la diversión. Monitorean y mapean el mar y el cielo constantemente, una y otra vez, los institutos meteorológicos y los servicios de inteligencia. El tiempo, sabe el campo, es el programa de televisión más visto del mundo

 

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Cuando el campo era niño siempre le cantaban El sol está tan rojo, madre a la hora de dormir. Una de esas canciones folklóricas danesas, pensaba el campo siempre, que era consoladora, olía a madre. Al campo ya no le gusta, ahora las cosas son distintas. El campo vio a un hombre por la televisión que explicaba por qué era tan siniestra esa canción, por qué nunca debes cantársela a tus hijos, ya que trataba de la muerte, por qué no debes cantarles a tus hijos de la muerte. Esa canción, dijo el hombre, esa canción es demasiado dura, esa canción es como una amenaza, esa canción convierte a los niños en individuos miedosos y dependientes: el sol está tan rojo, madre/ y el bosque oscurece, dijo el hombre, indica el otoño de la vida, el último momento antes de que la chispa de la vida se apague, antes de que se acabe todo. Ahora está muerto el sol, madre/ y el día ya pasó, dijo el hombre. El zorro pasa afuera, madre/ debemos cerrar nuestra casa con llave, dijo el hombre, es sobre la muerte que pasa afuera. El zorro se relaciona metonímicamente con el sol mediante el color rojo, y el sol está muerto. El zorro se relaciona metonímicamente con pasar a otra vida porque pasa afuera, y el que pasa se muere. El zorro es un predador, dijo el hombre, acecha, dijo el hombre, y el niño que canta lo sabe, dijo el hombre, piensa ingenuamente que puede mantener la muerte fuera con llave si cierra la puerta con llave, pero no es lo mismo, no puedes, dijo el hombre, y él lo sabe. Ven y siéntate a mi lado, madre/ y canta una cancioncita, dijo el hombre, establece que el niño que canta está acostado, como en un ataúd, como en una tumba, en su cama, horizontalmente con su último deseo, una cancioncita, antes de que cierre los ojos para siempre, antes de que se deslice hacia el gran sueño, solo una canción, y se la otorgan, dijo el hombre, una canción con una madre madre madre rítmica, mor mor mor como un golpe recurrente, que recuerda a la “mor” de morir o la “mor” de mortal o la “mor” de mort, dijo el hombre, y por tanto, no debes cantarles esa canción a tus hijos a la hora de dormir, dijo el hombre, a un nivel subconsciente comprenden que quieres que se mueran, que deseas que no vuelvan a despertarse, a nivel subconsciente los hijos se sienten culpables por sobrevivir de esa manera, por decepcionar a sus padres de esa manera, a causa de esa canción. Cree usted verdaderamente eso, le preguntó el periodista de la televisión. Sí, dijo el hombre, estoy seguro.

 

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