Ezra Pound: Libra Por Libra, El Mejor Orfebre

Ezra Pound 

El poeta, ensayista y traductor Edgar Amador (1967) nos ofrece una mirada lúcida y penetrante al pensamiento poético de Ezra Pound, uno de los poetas esenciales del siglo XX, uno de los poetas que configuraron nuestra visión de la poesía contemporánea.

 

 

 

 

Ezra Pound quiso ser moderno, pero acabó siendo un clásico. A diferencia de sus contemporáneos surrealistas y del “aire de los tiempos” que incentivaba una modernidad echada hacia delante, Ezra Pound terminó encontrando la modernidad en la tradición.

          Mientras Marcel Duchamp y Picasso, Gertrude Stein y T.S. Elliot, buscaban en la ruptura de la tradición vigente el nuevo decir y hacer, Ezra Pound, quien inculcó en los poetas e intelectuales de habla inglesa más importantes de la vanguardia, el ansia por lo moderno y la necesidad de la ruptura con la tradición, acabó buscando dicha modernidad en el discontinuado provenzal, en la literatura italiana a partir de Dante, en Lope, en la poesía china ancestral, en el Haikú.

          En sentido estricto, el experimento modernista de Pound es un intento fallido, una enorme catástrofe. En tanto búsqueda de renovación de la poesía, como receta para decir algo nuevo, en tanto ruptura con la tradición más larga, la poesía y el método del autor deLustra” terminaron siendo una derrota descomunal, en especial comparado con la ruta exitosa de T.S. Elliot, pues el modernismo radical  de Pound fue a final de cuentas absorbido por la tradición.

          De tan moderno, Pound acabó siendo un clásico, y en ese fracaso, escribió algunos de los poemas en lengua inglesa más bellos del siglo XX. Como resultado de esa derrota, fue capaz de darle a la poesía en lengua inglesa su verdadera modernidad: la universalidad, la incorporación de múltiples tradiciones poéticas dentro de la tradición de una lengua.

          Es Pound quien más que nadie, rompe las aldeas lingüísticas en que las diversas poesías se encontraban y es sin duda, el gran comunicador entre lenguas y poesías del mundo. No en tanto traductor, sino en tanto poeta. Cathay por ejemplo, no puede ser leído como traducciones de la poesía china, sino como poemas chinos de Ezra Pound.

          La verdadera modernidad del poeta de Rapallo radica en haber poetizado en inglés tradiciones poéticas que hasta el momento sólo habían sido objeto de estudio crítico o de traducciones, no de asimilación poética. Pound no tradujo del chino al inglés, escribió poemas chinos en inglés, o como en “Lustra”, escribió poemas italianos con música provenzal, pero en inglés.

          Hay dos probables razones por las cuales las generaciones recientes de poetas y lectores en México y en general, en castellano (con la probable excepción de Chile), consideren a Pound más que nada como el autor de “ese vasto y descosido poema” que son los Cantos, y no cómo el poeta que partió en dos la línea de tiempo de la poesía moderna, pero más que eso, como el poeta que escribió poemas que están ya inscritos en la tradición.

 a)      la primera es culpa del mismo Pound, y tiene que ver con su impresentable y osado fascismo, el cual justifica cualquier rechazo por su persona y explica sin ambages, la resistencia a su poesía;

b)      la segunda es un poco menos precisa; como la generación de poetas que escribían en español durante la segunda mitad del siglo pasado, comprendió mejor y se inclinó por la propuesta moderna de T.S. Elliot, la radical propuesta modernista de Pound encontró un eco menguado en nuestra lengua, o al menos en nuestro país.

          Pero si pudiéramos hacer caso omiso de sus barbarismos políticos, y su estupidez ideológica, y pudiéramos quedarnos con su obra y su aliento, deberíamos de ser capaces de reconocer que Pound es el gran renovador de la poesía en lengua inglesa, el gran río del cual son tributarios todos los grandes poetas de la vanguardia en ese idioma, casi sin excepción.

          Como se les tasa a los boxeadores para hacer caso omiso de su pesaje y centrarse en su técnica, Ezra es el mejor, Pound by Pound, libra por libra. Pound es, ni duda cabe, Il  Miglior Fabro.

 

 

 

Hacia atrás para agarrar viada

Para avanzar hay que mirar hacia atrás. Tal fue el método de Pound. Mientras que la modernidad francesa, y por extensión, la castellana, fue la de mirar hacia delante y romper con la tradición, Pound buscó en otras tradiciones, la modernidad y la ruptura, comenzando así lo que fue la misión imposible de su vida: la modernidad como la unificación de todas las tradiciones posibles (tal son los Cantos)

          El primer gran impulso modernista del poeta estadounidense fue el Imaginismo, una lectura inglesa de la poesía china, pero sobre todo, japonesa. El Imaginismo, en su búsqueda de imágenes limpias y concretas, es la primera gran traducción del Haikú a la poesía de occidente. El primer intento modernista de Pound es pues, la reinterpretación de una tradición milenaria,  pero ajena, y en tanto ajena para occidente, pareció ser una novedad moderna y osada, cuando en realidad representaba la interpretación de esa tradición lejana.

 

 

In A Station Of The Metro

 

The apparition of these faces in the crowd;

Petals on a wet black bough

 

(En Una Estación del Metro

 

La aparición de esa caras en la muchedumbre;

Pétalos en una negra rama mojada)

 

 

           El poema anterior, es probablemente el más conocido del poeta, es un breve Haikú (ya de por sí breve), pero puesto en un escenario moderno: la ciudad y la máquina.

           En ese sentido Pound no deja de ser ,en el Imaginismo, tributario de Baudelaire (del cual todos somos hijos), en tanto que poetiza el nuevo entorno urbano e industrial de la época. Pero la modernidad de Baudelaire es una modernidad aldeana (cuya aldea es París, el centro del mundo de su época, no obstante) , es una modernidad incompleta. La única modernidad posible es la que reconoce las tradiciones de las otras lenguas del mundo y busca asimilarlas en su tradición propia.

          Desde muy temprano la modernidad de Pound consiste en asimilar otras tradiciones, milenarias algunas, y usarlas para transformar la poesía en inglés.

           El riesgo de ese experimento pionero, y hasta ese momento solitario, de Pound, era la cacofonía, la imposibilidad de asimilar tradiciones o ritmos que no son asimilables en inglés: el poeta cayó en esos riesgos y es justo eso lo que los críticos que lo malquieren condenan en los Cantos: símbolos chinos, pasajes en latín, griego e italiano, silencios, los Cantos está hablado en lenguas precisamente por ese intento de asimilar incluso lo que, en ese momento, no era asimilable.

 

 

Io venni in luogo d’ogni luce muto;

The stench of wet coal, politicians

. . . . . . . . . . e and. . . . . n, their wrists bound to

their ankles,

Standing bare bum,

Faces smeared on their rumps,

wide eye on flat buttock,

sadic mothers driving their daughters to bed with decrepitude,

sows eating their litters,

and here the placard ΕΙΚΩΝ ΓΗΣ,

and here: THE PERSONNEL CHANGES,

 

(Canto XIV)

 

 

Acercando El Lejano Oriente

Hay una visión de Pound que me estremece por lo correcta, contrario al “West is West and East is East and they shall never meet” de Rudyard Kipling (él mismo, una fusión de los hemisferios), la obra del autor de “The Cantos” es una convicción que ha sido confirmada con los años no sólo por la poesía contemporánea, sino por la economía y por la política: el oriente y el occidente deben de converger y mezclarse, la universalidad lo requiere y la modernidad lo impone.

          Toda crítica o análisis es ante todo personal, desconfío del crítico que busca la imparcialidad o peor aún, del que afirma que la ha logrado.

           Va la disculpa anterior para poder continuar este texto: por encima de todo intento crítico, Cathay es para mí en lo personal uno de los libros de poesía más bellos de la poesía en inglés del siglo XX. La reinterpretación de Pound de la languidez, de la melancolía de la poesía china es casi auténtica, su laconismo, el tratamiento de los temas de la poesía china ausentes en la poesía de occidente (la amistad, el lenguaje del paisaje interminable, el desierto y las estepas, las guerras mongolas, etc.) son tan acabados que podrían ser traducciones perfectas.

          Pero Pound hace algo mucho mejor que traducir: escribe poesía china en inglés y al hacerlo, reinventa la lengua inglesa y le da a la poesía de occidente, una cara moderna y rupturista.

          Cathay fue publicado en 1915, hace 94 años (¡tan vieja es ya nuestra modernidad¡), y siete años después de la publicación del primer libro de Ezra Pound. El libro es extremadamente breve, tan sólo 19 poemas, construidos a partir de las traducciones y notas de Ernest Fenollosa, de quien Ezra había sido nombrado albacea literario por parte de la viuda.

          Lo que Pound hizo con las notas y bosquejos de Fenollosa es un acto de osada modernidad. Trasladó (no tradujo, el castellano nos permite este lujo sintáctico que no existe en inglés) las inacabadas traducciones de su maestro Fenollosa al inglés, creando algunos de los poemas más musicales y estéticamente bellos de la poesía en esa lengua.

         Los 19 poemas de Cathay son el equivalente a Residencia en la Tierra, o a Cantos de Vida y Esperanza en castellano, o a Las Flores del Mal en francés. La academia estadounidense está generalmente de acuerdo con que la influencia de Cathay, en donde Pound alineó la sencillez y precisión de la tradición literaria inglesa con la tradición clásica de oriente percibida en Fenollosa, es una de las más sólidas y permanentes de la poesía en lengua inglesa. Cathay desencadena el primer movimiento modernizador en los Estados Unidos, el Imaginismo, y dispara el interés y la fascinación de los poetas y escritores de lengua inglesa en la tradición literaria de oriente.

 

 

Separation on the River Kiang 

 Ko-jin goes west from Ko-kaku-ro,
The smoke flowers are blurred over the river.
His lone sail blots the far sky.
And now I see only the river,
The long Kiang, reaching heaven.

(Separación en el Río Kiang

Ko-jin fluye al oeste desde Ko-kaku-ro

Se borran las flores de humo sobre el río

Su solitaria vela empaña el cielo lejano

Y ahora veo tan solo el río

El largo Kiang, alcanzando el cielo.) 

 

Pound, Y  El “Sesgo Elliot” En La Poesía Reciente

Desde Darío hasta Octavio Paz, la modernidad de la poesía en lengua española cogió su impulso del dínamo francés: de Superville al surrealismo, del cubismo a Marcel Duchamp, del existencialismo a la nouvelle vague, la modernidad en lengua castellana tuvo casi siempre como referencia a las vanguardias francesas.

          La irrupción de T.S Elliot fue sin duda un cambio sísmico en la poesía de lengua castellana. La poesía, los recursos y el método de Elliot, por otra parte tan cercano al alma de la lengua española, tuvieron una repercusión en nuestra poesía moderna que ha demostrado ser incluso más duradera y crucial que, por ejemplo, el surrealismo.

          Elliot fue para muchos poetas activos en los mediados del siglo pasado la puerta que condujo al vasto y deslumbrante universo de la poesía moderna en lengua inglesa. Fue a través de Elliot que los poetas decisivos de la segunda mitad del siglo veinte en Latinoamérica, conocieron a William Carlos Williams, a Marianne Moore, a Robert Frost,  a Elizabeth Bishop, y a Archibald MacLeish.

          La fuerza de gravedad intelectual de Elliot, explicada por la vasta importancia de su obra, lo convirtió en el cristal con el que los poetas en lengua castellana se asomaron a la poesía en lengua inglesa, y se convirtió en el sesgo con el que la modernidad castellana se apropió de las vanguardias literarias en esa lengua. Ese sesgo sin embargo, es equívoco, y a pesar de que en la obra crítica de, por ejemplo, Octavio Paz, la poesía de Pound abarca un lugar menor, la centralidad de Pound en la poesía en lengua inglesa es tan profunda, que sería necesario que los poetas jóvenes de lengua española relean al desquiciado de Saint Elizabeth, pero esta vez, con los ojos apropiados.

           Tengo ante mí la edición definitiva de Versiones y Diversiones, uno de los libros favoritos de mi juventud, y un compendio preciso de la poesía de distintas tradiciones. Paz traduce más de un libro entero de William Carlos Williams, traduce largos y varios poemas de Elizabeth Bishop, y de E. E. Cummins, y traduce uno solo, el Canto CXVI de Pound.

            En las notas de la edición (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores), Paz agrega, respecto de Cathay: “los sinólogos han mostrado, aquí y allá, errores de traducción pero ninguno de ellos ha podido negar el inmenso valor poético de esas versiones”.

            Aparte de esa escueta traducción y la nota al pie, Paz le dedica en El Signo y el Garabato, un ensayo de título bello, por lo preciso: Ezra: Galimatías y Esplendor. Cierto, galimatías, ¿pero cómo podía escribir un poeta que quería, como el Aleph, contener en un poema (los Cantos) toda la poesía del mundo?.

            Entre las galimatías y el esplendor, la mayor parte de los poetas recientes optan por ver en Pound las galimatías, e ignoran el esplendor. Existe una explicación quizá, Paz, quien llegó a fijar, incluso involuntariamente, lo que había y no había que leer, se inclinó por ver también, más galimatías que esplendor, y quizá dejó en muchos poetas más jóvenes la imagen cacofónica del autor de The Cantos[1].

          Es conocido el entusiasmo que el poeta de Rapallo despertó en por ejemplo, Salvador Novo, quien vivió una temporada en la que no quería hablar de otra cosa. Es sabido el gusto de Eduardo Lizalde por “un tal Pound”.

            David Huerta publicó el 16 de enero de 2008, un breve ensayo sobre el centenario del primer libro de Ezra Pound, A Lume Spento, publicado en 1908. Huerta escribía en este texto respecto de los Cantos “…esos rasgos nunca fueron tan intensos ni tan bellos como la música verbal de Pound, su magnífico oído, el poder de evocación y la plasticidad de sus imágenes.”

           La historia de la poesía en lengua inglesa es inequívoca, y cualquier estudio de la poesía norteamericana es contundentemente claro: la poesía de Ezra Pound es el germen de su modernidad, la vanguardia más radical, el experimento más atrevido, y en su conjunto, uno de los poetas más importantes en lengua inglesa del siglo XX, cuya obra y propuestas siguen marcando pautas en las fronteras actuales de la poesía en ese idioma.

           Más aún, Pound es un poeta que escribió hermosísimos poemas, el mejor poeta libra por libra. No nos vendría mal a la poesía más reciente de lengua castellana un poco menos de Elliot, y un poco más de Pound.

 


[1] Casi por concluir este texto, me topé con una entrevista al joven poeta Efraín Velasco, cuyo trabajo no conozco, pero que hablaba sobre el hallazgo de Pound-Fenollosa. Aún le falta Lustra, etc.

 

 

 

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