No cesará el desvelo, de Milton Medellín

No cesará el desvelo

Con No cesará el desvelo (Instituto Tlaxcalteca de Cultura, 2010), Milton Medellín (San Luis Potosí, 1979) obtuvo el Premio Estatal Dolores Castro 2007. A continuación una muestra de sus poemas.

 

 

Proemio*

 

No cesará el desvelo.

No arderá el corazón sus bendiciones.

No procreará la sangre palabra alguna de apaciguamiento.

No crecerá el rosal sin sus espinas.

No mirarás a Dios en la penumbra,

ni erigirás tus cósmicas visiones

en el firmamento de los árboles.

No pasearás tranquilo

y entrelazado al viento

hasta que tú:

poeta

encuentres el amor de cuenta nueva

en los ojos de su nombre.

 

Fragmento para piano

a Arturo Gutiérrez Plaza

En un viejo y desvencijado piano,

en su cansado acorde

-la de siempre, canción de la miseria-

grita su corazón la incorpórea sustancia de la muerte,

el sueño de esos muertos luminosos

que lo acompañaron desde siempre por la vida.

No hay en sus teclas

más que la escasa firmeza de un arroyo quebrado,

la raigambre de un árbol que se desangra

el piano que emite sus últimos acordes

cortándose las cuerdas.

Prerrogativa

 

a Ramón J. Ayala

Del poeta

es la sutil condenación,

la sangre podrida por el tiempo,

hambre de días oscuros donde no se distingue la mirada.

La ausencia y el encuentro,

el dolor de descubrirse vinculado con todo lo que vive.

¿Cuántas veces no se ha roto el instante

y se encuentra la fisura que conduce

a la muerte… y dormimos amando,

despertamos al mundo aborreciendo los días?

¿Cuántas veces no somos desdichados

porque del amor no conocemos

más que las miserables letras del que escribe?

Se han roto en mil pedazos los espejos,

hemos mendigado la mirada compasiva por las calles,

hemos sido abandonados exhaustos

en la oscuridad de la metáfora

y no sabemos quiénes somos

ni quién da una limosna a los mendigos.

Todo lo que tenemos es locura.


 

 

Así sea

Dios mío

por favor introduce mis sentidos a tu carne.

Hunde mi cuerpo en el misterio de tu energía estentórea.

Da a mis ojos

la ceguera con que la razón quiebra su bastón imponente.

Reduce a cenizas mi esperanza

pues sólo en tu concordia moriré como un bendito.

Dios

que en todas las cosas

vibras

como átomo de la semejanza,

no me dejes morir en la tentación de abandonar la noche

y líbrame de todo lo que enturbie

tu terrible

y bondadosa presencia.

Epílogo

 

Fire, walk with me.

 

Los únicos senderos de tu vida

son aquellos a través de los cuales llora tu sangre.

Bebí del azar por simple gusto

y el infierno me atrapó por diez años:

palabras y palabras inútiles,

corazones vendidos,

prostitutas del saber

haciéndole competencia al diablo.

Pero entonces vi el rostro de Dios

y arranqué media parte de mi cerebro

por misericordia,

para aprender de la bondad y el mundo.

Caminé despacio encontrándome a tientas con la vida,

y pensé que una joven mujer puede ser la verdad.

Seguí de cerca el rastro de todas las estrellas

temiendo caer como el filósofo en un pozo enlodado.

Colaboré de lejos con la miseria inútil de mis prójimos

dejando secar mis raíces al sol y sin decencia.

He aquí que he acumulado a casi media vida,

litros del alcohol sin tregua,

benditas humaredas de nostalgia,

cuentos de amor perdido,

muchas ganas de adorar al Señor sin ser cristiano

y descargas impacientes de pasión y locura.

De lo que no me atrevo a hablar es de lo triste

que se encuentra la vida.

La mía, la de todos, la del crudo subsuelo en el destino.

Poseo el don profético de la melancolía,

despierto y la mirada se me llena de alma,

de lágrimas,

de proscritos amores,

y por más que deseo emprender el vuelo

engañando a los astutos y los fuertes,

siempre lo único que queda

es esta hermosa perra maldita inmaculada añoranza.

Sin embargo,

el fuego siempre vive oculto en nuestros mitos,

y siempre se ha de grabar en la piedra

con el aliento de nuestra sangre.

Así se construye la poesía.

Y así la historia.

*Del libro No cesará el desvelo. Instituto Tlaxcalteca de Cultura 2010. Premio Estatal Dolores Castro. 2007

También puedes leer