Xavier Oquendo entrevista a Federico Díaz Granados

Federico Díaz Granados2Xavier Oquendo entrevista al poeta colombiano Federico Díaz Granados (Bogotá, 1974), uno de los autores que se perfila como imprescindible en su tradición lírica. Díaz Granados fue antologado en el volumen “Poesía ante la incertidumbre. Antología de nuevos poetas en español”. Publicó recientemente el libro de ensayos “La poesía como talismán”.

 

 

 

 

1. ¿Cuáles son los tres títulos de la literatura universal a los que se acerca constantemente a releerlos?

R. Entre los muchos títulos a los que intento retornar permanentemente destaco La tierra baldía de T.S. Eliot porque sin duda es la gran parábola poética del siglo XX. Es un testimonio de la crisis de la modernidad, el retrato y revelación del infierno de la edad contemporánea; Residencia en la tierra de Pablo Neruda, porque creo que es un inventario de soledades, destrozos, desencantos y exilios que han caracterizado al hombre moderno a través del milagro de la palabra poética y Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, porque considero que es la gran novela del idioma español después del Quijote  y que  nos otorga un  asombro distinto en cada nueva lectura y nos enseña que solo a través de lo mágico y lo poético podemos entender mejor la historia y la realidad. Nos da las herramientas necesarias para tener mejores visiones de nuestros arquetipos americanos.

 

2. ¿Qué haría por obtener un ejemplar de la primera edición de algún libro famoso de la literatura y cuál sería ese título?

R.Permutaría mi colección de antologías de poesía contemporánea de todo el mundo, que es quizá, el único tesoro material que poseo. Viajaría, robaría, dejaría al amor de turno, contraería pestes, en fin, por un ejemplar de la primera edición de Don Quijote de la Mancha. 

 

3. ¿En qué libro ha encontrado su definición de “Vida”?

R. Por todo lo que significó en mi infancia y en mi posterior descubrimiento de la literatura como opción de vida  no dudo en mencionar dos libros: Las aventuras de Tom Saywer y Hucklberry Finn del viejo Mark Twain. Ambas sagas han sido consideradas por la crítica y gran parte de la academia como los orígenes de la novela norteamericana contemporánea. Descubrirlas en mi infancia me permitió entender que la vida es ante todo libertad y aventura y que solo a través de la fuerza de la amistad uno puede conocer el mundo. La libertad cada vez más esquiva para el hombre moderno, es la que sueñan casi seis generaciones que han crecido con estos libros. Es la libertad que soñamos de poder entrar a una caverna por juego, irreverencia o para estar a solas con una mujer, caminar a campo abierto sin zapatos, coleccionar ranas, o armar una balsa para sumergirse en el Mississippi. Es para mí el retrato de la vida con sus asombros y zozobras.

 

4. ¿Qué historia de amor de la literatura le hubiera gustado vivir?

R.Varias, sin duda que la historia de Romeo y Julieta es la gran historia de amor de todos los tiempos, trágica y bella y cada vez más vigente, De ahí parten los grandes relatos de amor que aún nos conmueven, pero quizás por muchos otros factores y por los momentos en que  las leí,  me atraen la historia de amor de Horacio Oliveira y La maga con sus encuentros y desencuentros en Rayuela  de Cortázar y  el amor obsesivo de Juan Pablo Castel y María Iribarne en El túnel de Sábato. Aunque no descartaría para mi vejez vivir un amor como el de Fermina Daza y Juvenal Urbino en El amor en los tiempos del cólera.

 

5. ¿Qué obra de la literatura le gustaría ver en el cine?

R.Aunque no soy muy amigo de ver las adaptaciones de la literatura en el cine y prefiero crear mi propia imagen de los personajes y de los espacios y situaciones, me parecería, a lo mejor, interesante ver en la pantalla gigante El guardián entre el centeno de Jerome David Salinger y a su personaje Holden Caulfield. Eso sí, la condición es que la dirija Woody Allen y la protagonizara Asa Butterfield, quien protagonizó El niño del pijama a rayas y Hugo Cabret He visualizado tanto esta novela, esta versión contemporánea de David Copperfield, que me da mucha curiosidad verla en la pantalla gigante adaptada y dirigida por el maestro, el dueño de Nueva York y ahora París: Woody Allen.

 

6. ¿Con qué autor de la literatura le hubiera gustado conversar y compartir una velada bohemia?

R. Hay muchos autores a los que admiro y quiero pero que de igual forma por sus  personalidades, complejos y neurosis no serían unos interlocutores agradables. No imagino una tertulia con César Vallejo, ni con Vicente Huidobro, ni Pablo Neruda, ni Joyce, ni Kafka. A los escritores hay que leerlos y evitar conocerlos para no llevarse una decepción como generalmente ocurre. Claro que hablar de jazz con Cortázar en un café de París habría resultado inolvidable; Conversar sobre la vida, las mujeres y el sexo con Henry Miller y Charles Bukowski habría sido muy divertido. Me habría gustado haber tenido de cómplice para alguna fechoría a Jean Genet. Pero la tertulia soñada hubiera sido con Ambrose Bierce y cuando estaba escribiendo su Diccionario del diablo.

 

7. ¿A qué autor de la literatura universal considera injustamente olvidado?

R. No me atrevería a decir que son olvidados, pero si me abogara por un mayor reconocimiento universal de algunos autores apostaría por promover a los poetas colombianos Aurelio Arturo (poeta de una sencillez y de un tono muy personal); Luis Vidales (un vanguardista del los años 20); Héctor Rojas Herazo (antecesor y maestro de García Márquez, gran poeta y novelista) y Mario Rivero (precusor de la poesía urbana moderna en Colombia en gran parte del continente). De igual forma promovería al poeta cubano Gastón Baquero, cuyo reconocimiento fue muy tardío, poco antes de su muerte y al argentino Raúl González Tuñón, entre otros.

 

 

 

8. ¿A qué autor de la literatura universal considera sobrevalorado por la crítica y el tiempo?

R. A muchos y lamentablemente la crítica y la academia tienen mucho de culpa en esto por su excesivo afán de establecer corpus y cánones de la literatura. En mi caso particular establezco mi corpus y canon de acuerdo a mis gustos y rechazos, a mis filias y mis fobias. Mis lecturas arbitrarias y desordenadas me han permitido reconocer a los autores y obras que me producen alegrías, asombros, reflexiones y desde ahí una gran pasión por la literatura. Si fuera un extraño y poderoso dictador y pudiera borrar de la historia de la literatura a unos cuantos no dudaría en borrar a Camilo José Cela y a Alexander Solsjenitsin  entre otros (los dos curiosa y sospechosamente galardonados con el Premio Nobel). Les hubiera quitado el nobel a esos dos y se los hubiera dado al portugués Eugenio de Andrade o al canadiense Mark Strand o el polaco Adam Zagagewski.

 

9. ¿Qué personaje de la literatura le hubiera gustado que exista, efectivamente? 

R. Son muchas las leyendas que se tejen respecto a personajes de la literatura que son tomados de la realidad, o son caricaturas o representaciones de seres que existieron. Por toda su carga sicológica, humana y emocional, me hubiera encantado que existiera Don Quijote y su amigo Sancho Panza. De igual forma, por las mismas razones,  me hubiera encantado que fuera real el Jorobado de Notre Dame de París, Leopold Bloom, Gregorio Samsa y Pedro Páramo y el mago Melquiades.

 

10. ¿En qué personajes de la literatura se ha visto reflejado en virtudes y defectos?

R.  Hay varios. Se me vienen a la cabeza en estos momentos Juan García Madero protagonista de Los detectives salvajes la gran novela del chileno Roberto Bolaño. García Madero es un aprendiz de poeta, aventurero, enamoradizo, apasionado por la poesía, de buen sentido del humor y tomador de buenos licores, buen amigo de sus amigos pero a la vez terco y posesivo con cosas inútiles. Su amagos de poesía no son más que una exaltación de sus exilios interiores. Además no gustaba de Octavio Paz. Pero sin duda con el que más me identifico es con Bartleby el maravilloso personaje de Melville porque siempre “preferiría no hacerlo”

 

11. ¿Cuáles  son las cinco palabras que utiliza con obsesión en su literatura?

R. Tiempo, Dios, Viento, Casa, Corazón, cinco palabras desde las cuales parto para mi expresión poética. Desde ahí, nombrar o desnombrar lo que sea, el mundo mismo, pero siento que estas cinco palabras resumen la fugacidad y la eternidad de la poesía.

 

12. ¿Con qué está comprometida su literatura?

R. Con el hombre, no solo con el hombre moderno, sino con el hombre de todos los tiempos. Si a los líricos los perturbaba la primavera a los románticos los perturbaba el otoño, si los impresionistas salían al aire libre a capturar los colores y la luz, los expresionistas encontraban la luz del hombre en la oscuridad  de la buhardilla del estudio. La poetas –decía Shelley–son los legisladores no reconocidos de la humanidad y la poesía las leyes no formales del mundo. Desde Pessoa cuando afirmaba que el poeta es un fingidor que finge hasta el dolor que está sintiendo, hasta los que plantean un permanente encuentro entre la poesía y el hombre a través del poema. La poesía es del hombre y debe siempre llegar nuevamente al hombre.

De igual forma está comprometida con la necesidad de devolverle al mundo algo de la belleza que él ha otorgado, el impulso de traducir mis sueños, mis obsesiones a través de la palabra, el deseo de expresar un mundo con ritmos y silencios para retratar al hombre con sus dolores y derrotas por medio de esa región móvil del arte que el poema. Pero creo que el triunfo de la poesía radica en la belleza y en su capacidad de sobrevivencia a través de los siglos. Desde que se tiene noticia de la existencia del hombre y la palabra se sabe que existe la poesía, y esta triunfa gracias a su belleza y a su poder revelador y esta revelación y esa lucidez generalmente se halla en las honduras del dolor y las tristezas.

 

13. ¿Cómo sería su vida sin la literatura?

R. Bastante aburrida. Yo les digo a mis alumnos que si no leen literatura seguramente no les pasará nada. A lo mejor tendrán más tiempo para hacer cosas realmente importantes para la vida práctica como comer, dormir, ver TV cable, o chatear en facebook. Pero a cambio, si leen, con seguridad serán personas más felices, más autónomas. La literatura es revelación, asombro, sorpresa y emoción, pero que también es conocimiento y reflexión. Y si además a todo eso se suma el que sea bella estamos salvados. La literatura me ha permitido sobrevivir a largos periodos de soledad, me ha fortalecido en mi mundo interior, me ha permitido conocer el mundo desde la “cátedra” del papel impreso y el “aula” de mi cama y mis cobijas.

 

 

Datos vitales 

Federico Díaz Granados Nació en Bogotá en 1974. Poeta, ensayista y divulgador cultural. Ha publicado los libros de poesía: Las voces del fuego (1995); La casa del viento (2000) y Hospedaje de paso (2003). Han aparecido tres antologías de su poesía: Álbum de los adioses (2006), La última noche del mundo (2007) y Las horas olvidadas (2010). Preparó las antologías de nueva poesía colombiana Oscuro es el canto de la lluvia (1997), Inventario a contraluz (2001), Doce poetas jóvenes de Colombia (1970-1981) y Antología de poesía contemporánea de México y Colombia (2011). Coautor de El amplio jardín (Antología de poesía joven de Colombia y Uruguay, 2005) En el año 2009 le fue concedida la Beca “Álvaro Mutis” en la Casa Refugio Citlaltépetl, en México. Acaba de aparecer su colección de ensayos sobre la poesía y algunos poetas bajo el título La poesía como talismán. Es director de la Biblioteca de Los Fundadores del Gimnasio Moderno y de su Agenda Cultural.

 

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