“La transparencia es lo que está más allá del misterio”

A propósito de nuestro aporte más reciente a la Galería de Armas, presentamos la entrevista que Juan Carlos Hidalgo, escritor y promotor cultural hidalguense, realizó con el poeta Diego José, a propósito del poemario Los oficios de la transparencia, ganador del Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa (2006).

Juan Carlos Hidalgo: Existe una gran cantidad de poetas herméticos o crípticos, en contrasentido propones el oficio del poeta como el de la transparencia, ¿cómo es que llegaste a esta idea?

Diego José: El hermetismo es una doctrina de carácter místico que surgió, en oposición al cristianismo, a comienzos de nuestra era, cuyas fuentes se remontan al gnosticismo e incluso anterior. También se atribuye a los textos que encierran una verdad en términos sagrados, que, para ser descifrada se necesita una clave. Cuando el misterio es revelado, la verdad se vuelve transparente; por lo tanto, a la poesía que se supone hermética hay que exigirle una revelación, de lo contario ni es hermética ni es poesía. De cualquier forma, la poesía siempre nos tiene reservados algunos misterios y hallazgos: “bendito sea quien llegue” dijo Eugenio de Andrade. Sin embargo, no es lo mismo el hermetismo de Góngora, para el cual se requiere de la clave de la sintaxis y de la retórica; o, el hermetismo iluminado de San Juan de la Cruz, que la confusión gramatical y el sinsentido gratuito. A veces me da por pensar que existe una moda que consiste en esforzarse por confundir, aunque en realidad es producto del no tener qué decir. Empieza por una escritura que imita formas, que se guía por ‘teorías’ y que al intentarlo incurre en ciertas confusiones, aunque también proviene de una obsesiva búsqueda por ser ‘original’; lo cual, termina convirtiéndose en moda, luego en norma y al final en categoría poética que se enseña en las escuelas.

Un poema no es hermético por incomprensible, puede ser oscuro o demasiado claro -tanto que nos enceguece su claridad. La transparencia es lo que está más allá del misterio, por eso digo del oficio de la poesía que permite que acontezca la transparencia, llegar a ella implica el haber atravesado la oscuridad.

JCH: Durante la década de los sesenta se repetía que el poeta debía de ser “la voz de los que no tienen voz”, es decir debía asumir un rol social, a estas alturas de la historia ¿cuál sería hoy su principal misión?

DJ: El poeta como persona y como ciudadano tiene responsabilidades, su tiempo y la historia están presentes en su creación. Pienso que la poesía no debe servir a ninguna ideología, y el poeta no puede darse el lujo de vender su verdad por los intereses del mercado, del partido o de la iglesia: definitivamente no. Como sujeto tiene creencias que afectan su percepción, como artista debe reconocer que su voz es pública y, quizá, en ello estriba su responsabilidad: ser una voz significa que los otros reciben tus palabras y que, muchas veces, pueden tomar la verdad o el engaño implícito en ellas como algo absoluto. Pero, resulta triste, que ni la responsabilidad ni la necesidad de representar esa voz, esté dentro de las preocupaciones poéticas de muchos autores. Sin embargo, creo que la poesía puede arrojarnos una dosis bastante significativa de esperanza, porque la poesía ofrece la posibilidad de escucharse y de contemplarse interiormente, aunque claro, para ello se requiere de un gran esfuerzo.

JCH: Enfrentas la tarea de escribir poesía para obtener respuestas para ti mismo o más bien compartes hallazgos previos con tus lectores.

DJ: La poesía sucede en mi vida y procuro estar atento a su llamado, a veces viene acompañada de algún suceso, otras bajo la música de las palabras o en la resonancia de mi memoria; me emociona que la poesía me sorprenda: está ahí, sucediendo todo el tiempo. Entonces escribo, pero a veces no lo hago y me quedo contemplando, luego todo pasa y el poema me espera por algún tiempo… es un largo camino el que debo andar para llegar al poema. Luego, quisiera creer que el lector da vida al poema y hace que en su interior suceda la poesía, desconozco qué tan fiel puede ser esta transferencia, pero lo importante es que se mantenga viva.

JCH: La luz aparece como una constante a lo largo del libro, ¿qué es lo que te atrae de este elemento y que significa para ti?

DJ: Cada libro, cada poema es distinto. Me gusta pensar que es asunto de pulsaciones. Sin duda hay elementos que aparecen constantemente en la manera en que entiendo el fenómeno de la poesía. Para mí los elementos físicos tienen un peso muy importante al escribir, la luz me ha permitido sentir la transparencia.

JCH: Los oficios de la transparencia parece ser escrito por alguien que ha recorrido en solitario varios desiertos, ¿qué es lo que te atrae de estos parajes? ¿son alusiones reales o más bien elementos simbólicos?

DJ: Ambos. Los poemas que conforman este libro surgieron después de haber realizado una caminata durante 19 días por el histórico camino a Santiago de Compostela, pero también es la suma de otros caminos. Sobre aquella experiencia puedo decirte que conforme transcurrían las jornadas, no sólo iba por los senderos de Castilla, León, Palencia y Galicia, sino que mi camino era interno. La fatiga física y el cansancio mental se transformaron en mi desierto, luego tuve sed, y aquí es donde se conjugan los tres caminos: el fìsico, el introspectivo y el poético, porque el agua que mi sed anhelaba era la poesía.

JCH: En tu obra una y otra vez se recomienda el silencio, ¿lo consideras una alternativa al actual modo de vida y la sociedad mediatizada sobresaturada de información?

DJ: Creo que es necesario para purificar el mundo, pero ¿quién soy para recomendar algo imposible? Yo tengo la certeza de necesitar del silencio y lo busco, también trato de no producir demasiado ruido. Ahora, no cabe duda que la especie humana lo produce en cantidades exhorbitantes, porque además, resulta que el ruido es increíblemente comerciable. Por otra parte, no hay que olvidar que existe una forma del silencio que oculta en realidad un grito, otra que se aproxima más a la indiferencia (esta es la más común entre la gente); a mí me interesan, por el momento dos formas de silencio: la que está en el origen del poema y que se convierte en el aliento del poema, y el silencio que se requiere para contemplar.

JCH: Tus versos son reposados y serenos, y no buscan el efecto momentáneo. ¿Crees que la poesía debe en algún momento servir como una especie de consejo?

DJ: El consejo está en quien lo recibe, si en verdad lo ha encontrado; en ese sentido la poesía es sabiduría pero no es didáctica; puede ser moral puesto que fue escrita por una persona en una época determinada, pero no es moralizante. Muchas veces, la sabiduría que posee un poema es desconocida por el propio poeta. Algunas personas pueden sobreponerse a su dolor, merced a un poema desgarrador, que incluso fue dolorosa su escritura. Dice Sabines: “¡Maldito el que crea que esto es un poema!”, y sin embargo ¿podríamos dudarlo? Al contrario, es ahí cuando nos arroja su experiencia más profunda.

JCH: ¿A qué atribuyes que los poetas en general lleven una vida más discreta en comparación con la parte mediática que atañe a novelistas y ensayistas?

DJ: A que el mercado se interesa muy poco por la poesía. Sé que la poesía es realmente atractiva para unos cuantos; pero, también está la mercadotecnia: las editoriales comerciales fomentan que la poesía no sea rentable (y hasta cierto punto está bien); por otra parte los poetas alejan a los lectores menospreciándoles con su supuesta complejidad. Zaid tiene una mejor respuesta: “si todos los que quieren ser leídos leyeran habría un auge nunca visto”, esto es proporcional en el ámbito de la poesía.

Aun así, creo que es preferible que la poesía permanezca a cierta distancia del fervor mediático porque el tiempo de la poesía es otro, perdura más allá de los bestsellers y de las promociones editoriales.

JCH: Llevas varios años ejerciendo el oficio de la escritura. En general, se edita muy poca poesía y se lee menos, ¿a qué atribuyes tan pocos cambios?, ¿consideras que hay inmovilidad o las cosas empeoran?

DJ: Lo importante es que se produzca poesía, pero como consecuencia de la anterior respuesta, es triste atestiguar la desaparición de los libros de poesía de las librerías importantes, cada vez es un asunto de especialización y hay pocos que se atreven a hacerlo. No es fácil encontrar los libros de poetas mexicanos actuales. Creo que se escribe y que se publica regularmente; se lee poco, pero se habla mucho. Internet es una opción interesante como medio para la poesía, pero me da la impresión que en los espacios personales y colectivos tiene mucho peso la egolatría.

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